Juan Sánchez Requena, ex-maestro de reiki, alerta en una entrevista concedida a HM televisión sobre la práctica del reiki; según explica se trata de una “canalización de energía por imposición de manos. Pero esa energía es el demonio”.
Sánchez Requena explica que hay varios niveles dentro del reiki.
Mientras que en el primer nivel es necesario que la persona esté presente, en el segundo ya no es necesario porque “se capacita para hacer reiki a distancia, en la longitud y en el tiempo, es decir, se puede enviar reiki para que llegue en un momento del pasado o del futuro”.
“Lo puede recibir una persona lo quiera o no, y esa energía no mana ni de Jesucristo ni de Dios ni de la Santísima Trinidad, sino que viene del demonio”, explica.
También precisa que aunque en un segundo nivel se dice que hay un mayor nivel de conciencia y de energía vital, “después la factura es enorme, porque el demonio no hace esto de manera gratuita, sino que te persigue”.
En un nivel posterior se llama a los “via reiki” que, según explica, “si el reiki no viene de Dios, estamos invocando al demonio con el nombre que le queramos poner”, porque en ese nivel “se trata de inculcar los símbolos reiki en esa persona”.
“Se sopla encima de la cabeza para que los símbolos que se han impuesto sobre la persona se vayan introduciendo en la columna de chacra, con un movimiento que desciende hasta el [hueso] sacro. El sitio donde el hinduismo, el yoga, dice que está la ‘kundalini’, la serpiente, el dragón, el demonio”, precisa.
El reiki es una pseudoterapia inventada en 1922 por el budista japonés Miako Usui y su práctica ha sido adaptada en todo el mundo. Está basada en la pseudociencia que cree en un sistema de armonización natural que utiliza la energía vital universal para tratar enfermedades tanto físicas como mentales o emocionales. Su práctica está inspirada en las religiones orientales y está muy relacionada con la Nueva Era.
ACI Prensa
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