Aquí tienes las herramientas para que tu economía sea siempre positiva,
incluso en tiempos de crisis
incluso en tiempos de crisis
Si quieres estabilidad económica y te preguntas qué hacer para afrontar una posible crisis mundial, no basta con tener buenas intenciones.
Tanto para lograr independencia económica como para formar una familia o mantenerla en una situación saludable, es importante que tengamos en cuenta algunos pasos:
Adquiere los conocimientos financieros básicos
Es importante que podamos manejar el vocabulario esencial de las finanzas.
Así comprenderemos mejor la información económica que nos llega a través de los medios de comunicación y también sabremos mejor en qué situación nos encontramos o hacia dónde vamos a dirigir nuestros pasos.
Conviene saber la terminología y su significado: qué son los tipos de interés, qué es una hipoteca y en qué términos firmamos la nuestra, qué es un crédito y sus condiciones, cómo funciona un contrato de alquiler en nuestro país, qué supone ser autónomo, qué es la inflación y cómo nos afecta, qué es el PIB, cómo funciona cada seguro que contratamos…
Haz que tus hijos adquieran esos conocimientos básicos de economía.
Haz un escáner de tu situación
Para conocer en qué estado te encuentras realmente, debes analizar cuál es tu situación real actual: qué ingresos tienes, con qué periodicidad, cuáles son tus bienes patrimoniales si es que tienes, qué impuestos debes pagar, qué gastos has hecho hasta el momento…
Revisa tus extractos en la cuenta bancaria para poner cifras reales a tu situación actual. Así podrás tomar medidas como establecer un control del gasto. También detectarás posibles fugas de dinero que debes atajar.
Controla tus gastos
¿En qué empleas tu dinero? ¿Usas la tarjeta de crédito sin pensar demasiado y después te pegas el susto? Visualiza qué gastos generales tienes regularmente: alquiler o hipoteca, luz, teléfono, gas y agua. Revisa tus gastos variables: teléfono, viajes, comidas, actos sociales, suscripciones, ocio, ropa… Suma los estudios de los hijos y el mantenimiento de la casa.
Si algún gasto es excesivo, toma medidas para que no pase más tiempo: habla con tu compañía, revisa el contrato, determina qué actos sociales son prescindibles, cambia hábitos de vida.
Pon nombre a tus “fugas” de dinero.
Prepara tu jubilación
Infórmate acerca de la jubilación que te corresponde según las leyes de tu país. Esto te ayudará a determinar si puedes hacer algún paso para mejorarla antes de que llegue el momento. Valora la posibilidad de tener un plan de pensiones, por ejemplo.
Escoge a tu equipo asesor
Seguramente en tu familia o entre tus amigos hay personas a las que puedes consultar los asuntos de carácter económico. Si ellos no conocen bien la cuestión, te podrán remitir a un experto. Es muy importante en estos temas que trates con personas de confianza.
Haz un presupuesto anual
Coloca en el papel o en un excel cuáles van a ser tus ingresos y tus gastos en el próximo año. Eso te ayudará a visualizar el panorama y a tomar medidas antes de que te encuentres con un problema económico.
Ahora estás a tiempo de cambiar contratos, buscar ingresos extra o aplazar un gasto para el siguiente año.
Huye de “recetas milagro”
Cuando te encuentras en situación económica justa o vulnerable, pueden aparecer soluciones rápidas como la oferta de un préstamo fácil o una inversión que te dará beneficios enseguida. Ojo con esas trampas. Consulta las condiciones de lo que se te ofrece antes de involucrarte. Piensa que el dinero fácil casi siempre se debe a un origen dudoso y que tú puedes ser la víctima.
Un préstamo que te alivia hoy se puede convertir en una terrible carga cuando tengas que devolverlo porque los intereses que van a exigirte puede que sean gigantes.
No olvidemos tampoco, la vía fácil de las apuestas y los juegos de azar de pago. Jugar “on line” acaba por arruinarte, así que descarta eso como sistema económico para tu vida. Ni siquiera para sacarte de un apuro.
El ahorro es un gran aliado
Vivimos en un sistema que invita al gasto contínuo. Pero en el plano personal y familiar debemos pensar primero qué es lo que mejor va a nuestra situación presente y futura.
Si vives al límite, no podrás afrontar situaciones que siempre acaban surgiendo, como urgencias médicas, accidentes domésticos o del coche, cambio de planes de algún miembro de la familia, subida de impuestos…
Los imprevistos tienen que estar en la columna de “previstos”, así que es lógico que tengas un remanente para asumir un gasto inesperado: el taller, una reparación, un gasto médico…
A este previsto que consiste en tener un dinero reservado, se le llama “colchón” y nunca mejor dicho, porque te permitirá dormir mejor.
Dolors Massot, Aleteia
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