Son cosas muy concretas: dar limosna, confesarte, hacer obras de misericordia,...
“…el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él”.
Lucas 18
Recuerdo haber leído sobre este hombre que toda su vida se dedicó a buscar riquezas y despreciaba a los demás.
Le pedían que cambiara, pero él solo pensaba en hacerse rico.
Una tarde murió y fue llevado al juicio de Dios. Vio pasar su mala vida frente a él. Lo acompañaba su ángel custodio.
– ¿Tienes una sola obra buena que puedas presentar en tu favor?
El hombre guardaba silencio. No la tenía.
Dios esperaba paciente la respuesta.
– En ese caso, te espera la condenación eterna.
Aquella limosna…
Su ángel custodio reaccionó rápido y suplicó a Dios:
– Un momento Señor. Sé que no tuvo una vida ejemplar, pero en una ocasión hizo algo que podrías tomar en cuenta. Se le acercó un pobre para pedir limosa y él disgustado le arrojó un mendrugo de pan seco a la cabeza gritándole que se alejara. El pobre tomó el mendrugo de pan y se alejó. Sé que no es lo ideal, pero en tu bondad infinita, ¿podrías considerar que dio limosna al pobre?
El hombre aterrado miraba a su alrededor. Recordaba arrepentido ese momento y lo mal que trató a aquel pobre.
Dios en su gran misericordia decidió aceptar este gesto propuesto por el ángel custodio y el hombre se salvó.
Ahora tú, que lees esta historia, debes saberlo… ¿Cómo está tu alma? Es un tema muy serio. Hablamos de tu eternidad.
Aún estás a tiempo de salvarte. ¡Hazlo!
¿Qué debo hacer?
Primero, haz una buena confesión sacramental. Podrás limpiar tu alma de todo pecado y restaurar tu amistad con Dios. Procura permanecer en su presencia amorosa.
Dediquemos unos minutos a leer la Biblia. ¿Te parece? Ábrela en Tobías 4. Encontrarás explicaciones maravillosas sobre ser generosos, dar limosna.
«Con tus bienes haz limosna en beneficio de todos los que practican la justicia y el bien, y no vuelvas la cara al pobre, para que el Señor no aparte su rostro de ti. Da limosna según tus posibilidades. La limosna nos libra de la muerte y nos guarda de andar en tinieblas. Además, para el que da, su limosna le queda como un precioso depósito ante el Altísimo”.
Jesús tuvo una conversación con un joven sobre este tema. Estoy seguro que te ayudará. Le hicieron la pregunta. En Lucas 18 puedes encontrar la historia. Es interesantísima.
Pero hagamos un alto. Vamos a meternos en el Evangelio. Imagina por un momento que estás allí, en medio, cerca de Jesús. Lo ves y escuchas la conversación.
“Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?”
Le dijo Jesús:
“¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no levantes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre.”
Él dijo:
“Todo eso lo he guardado desde mi juventud.”
Oyendo esto Jesús, le dijo:
“Aún te falta una cosa. Todo cuanto tienes véndelo y repártelo entre los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego, ven y sígueme.”
El amor salva
Jesús te llama. ¿Te animas a seguirlo?
Es hora de tomar en serio el tema de nuestra salvación eterna.
Salva tu alma. Haz obras de misericordia. Ama.
Recuerda: “El amor nos salvará”.
¡Dios te bendiga!
Escríbeme. Cuéntame tus experiencias con Dios. Te paso mi email personal cv2decastro@hotmail.com
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