lunes, 13 de septiembre de 2021

¿Será el momento de transformar tu mesa familiar?

 family dinner


¿Cómo hacer de la comida una experiencia – incluso espiritual – inolvidable para los tuyos?

Por lo general compartir a diario la mesa familiar se hace bastante difícil. Por un lado, esto se debe a que el tiempo disponible de cada miembro de la familia es distinto, ya que cada uno tiene sus tareas, trabajos. Y por otro lado, no se suele prestar demasiada atención al hecho de si se come o no juntos.

Una de las razones de ello es porque no se conoce el gran valor que tiene tomarse diariamente un momento para comer juntos en familia.

O muchas veces, cuando lo hacemos no lo hacemos bien, porque nos sentamos y comemos apurados; sin prestar ni siquiera atención a lo que estamos comiendo y mucho menos a los que nos rodean.

O se suele quedar hipnotizados mirando alguna pantalla.

Comer juntos en familia es una especie de retiro espiritual

Comer juntos es muy  importante, así lo explicaba claramente el Papa Francisco:

«Una familia que no come casi nunca junta, o en cuya mesa no se habla pero se ve la televisión, o el smartphone, es una familia ‘poco familia'»

(Audiencia General del 11 de noviembre de 2015).

Esto es porque cuando compartimos la mesa compartimos mucho más que los alimentos: compartimos una charla, una opinión; es escuchar al otro, es una escuela donde se cultiva el respeto; también es donde se enseña a establecer rutinas, el orden; es en donde se crean hábitos alimentarios saludables; y es alegría, es encuentro, es poner la mirada en el otro.

family dinner

El momento de sentarnos a la mesa a comer en familia es como decía el sacerdote jesuita Chileno José Aldunate: “Es una especie de retiro espiritual de la familia”.

Es por ello que es necesario que los padres defiendan desde la infancia de sus hijos este tiempo de encuentro, de escucha, donde nacen también gustos y tradiciones familiares.

Memoria del pasado

Seguramente a más de uno le haya pasado alguna vez, ya de adultos, pedir comer alguno de nuestros platos favoritos cuando nuestros padres nos invitan a su casa. Pues sí, y es que nos invade por un momento la nostalgia de aquellos exquisitos platos que comíamos cuando estábamos juntos.

A mí por ejemplo me viene a la memoria cómo comíamos, entre risas, y charlas, una sabrosísimas empanadas de carne caseras hechas por mi abuela junto a una deliciosa sopa de vegetales. Son recuerdos imborrables.

Siendo así que estas instancias ayudan a fomentar desde la infancia hábitos alimentarios saludables, algo que nos beneficiará a lo largo de la vida para mantener una buena salud.

Cuando este hábito de comer juntos no se tiene en la familia, se puede buscar la manera de comenzar a implementarlo y comprobar sus beneficios.

Si bien transformar nuestra mesa familiar no es algo que podamos hacer de un día para el otro, porque es un proceso que lleva su tiempo; y requiere de paciencia, constancia y fe. Lo que sí podemos hacer en cualquier momento es tomar la decisión de comenzar con el cambio junto a la familia poco a poco.

family cooking

¿Qué se necesita para realizar una mesa familiar?

  • Planificar: es indispensable la planificación, ya que seguramente todos en la casa tengan horarios distintos, por lo que es necesario anotar y coordinar entre todos cuál será el tiempo de comida que pueden compartir, ya sea un desayuno, almuerzo, merienda o cena, lo importante es que sea a diario o la mayor cantidad de días en la semana posible.
  • Organizar: una vez que sabemos que tiempo de comida se comparte, es el momento de dejar organizada  la lista con los alimentos que se necesitaran o dejarlo preparado con antelación si sabemos que no contamos con mucho tiempo ese día para prepararlo.
  • Involucrar: sí, es necesario involucrar a todos los miembros de la familia en las tareas de compra, elaboración de la comida y/o preparación de la mesa.
  • Sin pantallas en la mesa. Es fundamental compartir la comida sin la interferencia de los dispositivos tecnológicos como celulares, tablets, computadoras, televisores.
  • Saber que nadie está a dieta: la idea de transformar la mesa familiar no es solamente que cambie el plato que servimos, sino que además sea un momento de generar una mejor conexión de la familia y que ayude a promover el diálogo entre padres e hijos.
  • Probar nuevas recetas, pueden pensar en aquellos alimentos que les gusten a todos y con ellos pensar una preparación saludable para preparar y comer el día que estén todos juntos.
  • Que se adopte como un estilo de vida: pensar que estos cambios y más cuando se habla de alimentación deben ser despacio, sin prisa; festejando cada cambio y cada logro particular y de los demás miembros; y siempre recordar que cada uno tiene sus tiempos para adaptarse.
  • Hay cosas que no pueden faltar: por ejemplo, la bendición de la mesa, un halago, una sonrisa; y un gracias a la o las personas que cocinaron, es importante reconocer su labor y saber agradecer

Participar de la comida familiar tiene sus beneficios

  • Se observan que los niños pequeños tienen menos problemas de comportamiento
  • Amplían su vocabulario y tienen  mayor éxito académico
  • Disminuye la probabilidad en los adolescentes de fumar cigarrillos o marihuana, o de consumir alcohol.
  • Disminuye la probabilidad de padecer sobrepeso en niños y desarrollar desórdenes alimenticios.
  • Permite comer alimentos más saludables.

Francisco nos dice cuál es la verdadera importancia de comer juntos y nos invita a transformar nuestra mesa familiar:  “compartir los alimentos –y por lo tanto, además de los alimentos, también los afectos, los eventos…– es una experiencia fundamental” Audiencia General del 11 de noviembre de 2015.

María Eugenia Brun, Aleteia 

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