viernes, 10 de septiembre de 2021

Evangelio del día

 

Lucas 6:39-42
¿Puede un ciego guiar a otro?

El ciego guiando al ciego,
Pintado por Zoryana Petriv (nacida en 1994),
Óleo sobre lienzo,
Pintado en 2020
© Zoryana Petriv / Saatchi Art

Jesús contó una parábola a los discípulos: "¿Puede un ciego guiar a otro? ¿Seguro que ambos caerán en un pozo? El discípulo no es superior a su maestro; el discípulo plenamente formado será siempre como su maestro. ¿Por qué observas la paja en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la viga en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, déjame sacarte la paja que tienes en el ojo", cuando no puedes ver la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con suficiente claridad para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano".

Comentario

Bulle

San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Explicación del Sermón de la Montaña“, 19


La paja y la viga

“¿Cómo dices a tu hermano: Deja que te saque la mota del ojo, si tienes una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la mota del ojo de tu hermano.” (Mt 7,3ss) Es decir: Sacúdete de encima el odio. Entonces podrás corregir a aquel que amas. El evangelio dice con razón “hipócrita”. Reprender los vicios es propio de los hombres justos y buenos. Cuando lo hacen los malvados usurpan el papel de los buenos. Hacen pensar en los comediantes que esconden su identidad detrás de una máscara...
Cuando estamos obligados a corregir o a reprender, prestemos atención escrupulosa a la siguiente pregunta: ¿No hemos caído nunca en esta falta? ¿Nos hemos curado de ella? Aún si nunca la hubiésemos cometido, acordémonos de que somos humanos y que hubiéramos podido caer en ella. Si, por el contrario, la hemos cometido en el pasado, acordémonos de nuestra fragilidad para que la benevolencia nos guíe en la corrección o la reprensión y no el odio. Independientemente de que el culpable se enmiende o no, -el resultado siempre es incierto,- por lo menos podremos estar seguros de que nuestra mirada sobre él se ha mantenido pura. Pero, si en nuestra introspección descubrimos el mismo defecto que pretendemos reprender en el otro, en lugar de corregirlo, lloremos con el culpable. No le pidamos que nos obedezca, sino invitémosle a que nos acompañe en nuestro esfuerzo de corregirnos. (EDD)

Oración

Señor Dios, te damos gracias que tu voluntad es fortalecernos con tu presencia, por medio de Jesucristo, el líder de tu causa, quien es y sigue siendo victorioso en toda la tierra. Nuestras almas necesitan fortaleza y nuestros corazones necesitan confianza, para que en esta época podamos acercarnos a ti y a tu reino. Bendícenos con el Espíritu Santo, cada vez que comencemos a agotarnos. Tu Espíritu Santo puede darnos la fortaleza para creer y esperar, la fuerza para ver la salvación que viene a dar alegría al mundo entero. Amén.

































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