«Queremos comunicar la alegría de ser sacerdotes», reconocen sus integrantes

Durante 10 años han compuesto e interpretado canciones para acompañar en sus actividades pastorales.
El grupo de música "Los padrecitos" está formado por cinco sacerdotes católicos ecuatorianos, que además de su profunda fe en Dios también poseen una vocación innata por la música.
Surgieron en la ciudad de Guayaquil (Ecuador) y ya son todo un éxito a través de las redes sociales. Durante 10 años han compuesto e interpretado canciones para acompañar en sus actividades pastorales.
Deseosos de evangelizar
Formado al principio por los sacerdotes José Manuel Delgado, Jorge Avilés y Francisco Sojos, en compañía del músico y compositor Jorge Luis Bohórquez, poco después se integraron a la agrupación los sacerdotes Carlos Mena y Jorge Montalvo.
El nombre de "Los Padrecitos" se debe a que ellos nunca han pretendido ser otra cosa que lo que ya son: sacerdotes católicos deseosos de evangelizar. De hecho, fueron los fieles quienes bautizaron el grupo diciendo con frecuencia "queremos escuchar a los padrecitos cantantes”.
Sus conciertos son todo un éxito de público.la barca
Este trabajo de evangelización a través de la música encontró un canal natural en la "La Barca Network", proyecto discográfico que busca potenciar el talento musical católico.
"Los Padrecitos" son el primero de muchos proyectos de La Barca, en el que se fusionan la espiritualidad y la creatividad musical. Uno de sus últimos discos ha sido ¡Qué Dios tan bueno!, que fue presentado en 2023 con bastante éxito.
Con un proceso de grabación en el que participaron músicos internacionales, fue grabado por partes en la Catedral de Guayaquil y en el Parque Seminario.
"Queremos comunicar la alegría de ser sacerdotes, no hay nada más grande que nos llene el corazón el testimonio de poder llevar a los felices que somos sacerdotes. Así que, esto nos ha impulsado un poco de tratar nuestros pocos talentos que tenemos de llevarlo a los demás. Queremos llevar a los demás, esa cercanía del Señor, sentir de que vale la pena hablar como sacerdote y ser testimonio de la palabra del Señor a través de todos los medios en nuestros días", comenta Jorge Montalvo, uno de los integrantes.
El sacerdote recuerda la experiencia de San Agustín cuando ingresó a la catedral de Milán y se dejó cautivar por los cantos de los Salmos:
"Aquel deseo que cada uno de nosotros tenemos de buscar la belleza y especialmente un joven, la música logra como elevarlo a un nivel mucho más grande y logra conectar con Dios de un modo que a veces incluso es inexplicable. Encontramos mucha gente que sí que escuchó una canción justamente en la radio y en ese momento en que necesitaba consuelo y lo encontró".
El sacerdote ecuatoriano señala que es importante reconocer la esperanza, encontrarla dentro de cada una de las cosas que hacemos. Podemos ver como dentro de la música encontramos mucha fe, confianza y esperanza. Encontramos consuelo, tantas veces es un anuncio para nosotros.
“Cada vez que escuchamos una buena canción, una buena letra que nos ayude a conectar con el Señor, definitivamente es un signo de esperanza porque nos une. Además, hay que tener esperanza en lo que viene, porque ya por la Biblia sabemos que hay cantos, de que los ángeles siempre están alabando el Señor, ya aquí en la Tierra es un gran signo de esperanza porque nos eleva a las cosas de Dios".
"A veces el mundo quiere como que ensimismarnos o encerrarnos en ciertas cosas que no nos llevan a Dios, pero en cambio la música nos eleva a las cosas divinas, nos da la esperanza de buscar las cosas que vienen después. Pues tiene muchas implicaciones en cuanto a la esperanza", concluye.
ReL
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