domingo, 7 de septiembre de 2025

Munilla advierte: estos son los 10 riesgos que convierten al evangelizador en un «proselitista»

 El obispo de Orihuela-Alicante reclama una vuelta a la centralidad de Cristo

El obispo está participando estos días de la Semana de la Evangelización en Santa Marta (Colombia).

osé Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante (España), está participando estos días de la Semana de la Evangelización en Santa Marta (Colombia), organizada por la diócesis local en el marco de los 500 años de la ciudad. 

Durante una de las charlas, el obispo Munilla ofreció 10 indicadores que hay que tener presentes para saber si uno está evangelizando o, por contra, está cayendo en el proselitismo, una conducta alejada del auténtico celo apostólico.

1- No caer en un activismo sin vida interior

Hacer muchas cosas que nos llevan al desgaste, organizar cosas para aquí y para allá, pero sin vida interior, sin oración profunda, eso no sirve

El activismo, dice el Papa Francisco, es el "martismo". "Marta, Marta, andas afanada y preocupada con estas cosas". Y nos vemos todos reflejados. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Tenemos el peligro de ser Marta, todo el día haciendo cosas, un activismo sin vida interior. Tenemos que ser oyentes de la Palabra para poder ser misioneros, con una oreja puesta en Dios y con otra oreja puesta en el mundo.

2- Huir del desánimo apostólico

Como las cosas no me han salido como pensaba me frustro y abandono. Si las cosas las haces o las dejas de hacer porque tengas éxito, entonces no estás sirviendo a Jesús. Estás buscando tu éxito personal. Tenemos que estar dispuestos a tirar las redes a pesar de que salgan vacías, todas las veces que el Señor nos lo pida.

¿Cuántas veces tengo que tirar la red y que salga vacía? 70 veces 7. Por cierto, a veces, hoy en día, no es tirar la red, sino tirar la caña, porque, muchas veces, el apostolado tiene que ser tú a tú. No es un apostolado masivo, sino que es persona por persona. 

3- El riesgo de la falta de formación

Tenemos que profundizar en la Sagrada Escritura, en la doctrina, en la formación, formarnos. Hoy en día no hay excusa, porque hay tantos medios para formarse. Uno pone YouTube y hay tantas posibilidades.

La oración y la formación son fundamentales a la hora de evangelizar.archivo

4- Tener cuidado con los egos

El ego, las luchas de celos entre nosotros... eso también es un cáncer. Jesús nos dijo que seamos todos uno para que el mundo crea. Si nosotros no somos uno, si en las parroquias no hay unidad ente los catequistas, los movimientos, las espiritualidades... Si no somos uno, nuestro testimonio no tendrá fuerza.

Tertuliano dice que en aquellos momentos en los que en el Imperio Romano los cristianos eran perseguidos, ¿sabéis por qué los paganos se hicieron cristianos? Porque, decían: "mirad cómo se quieren los cristianos. Cómo se quieren entre ellos" Llamaba la atención el amor tan grande que se tenían.

Los egos, los celos, las envidias, los afanes de protagonismo nos hacen imposible la misión. Nuestro ideal es servir y no figurar. Servir y no figurar. Luchar siempre por los servicios más humildes, más sencillos.

5- Diluirse para agradar al mundo

Otro riesgo es diluir el contenido de la evangelización para agradar a los demás. Decir al mundo lo que el mundo quiere oír. Hay cosas que también hay que decirlas aunque resulten antipáticas. Eso de que yo diga únicamente lo que está bien visto, hay cosas que son y que hay que ser firmes diciéndolas.

Por ejemplo, el aborto es un asesinato, hay que decirlo y es duro decirlo, pero hay que decirlo. No podemos limitarnos a decir lo que es fácil compartir. Por ejemplo, es fácil decir que tenemos que respetar todos la casa común, la naturaleza. Eso es fácil decirlo, pero... decir que el aborto es un asesinato empieza a ser duro decirlo. 

Nosotros tenemos que evangelizar no solo diciendo palabras agradables, sino siendo sinceros como Jesús lo fue

6-Evangelizar sin trabajar la relación personal

Para poder ser evangelizador uno tiene que conocer a las personas a las que se dirige, tiene que amarlas, tiene que saber cuáles es su situación, sus problemas, las ilusiones que tiene, sus proyectos. Tener una relación de amistad y, entonces, puedes hablarles y entrar en su corazón.

Un evangelizador no es alguien que dice lo mismo a todo el mundo sin saber lo que hay dentro de cada uno. Un evangelizador tiene que ir conociendo a las personas y teniendo con ellos una relación personal.

Para poder evangelizar tenemos que hacer que las personas se sientan queridas, que nos interesan, que nos preocupamos por ellas. Y de esa manera, obviamente, podremos ser instrumentos de evangelización.

7-No tener miedo a la presión del ambiente

En España hay un ambiente anticatólico bastante fuerte. No es infrecuente que vayas por la calle y te insulten. A veces el miedo puede hacer que nos autocensuremos, que caigamos en esta trampa de la cancelación, de no atrevernos a decir las cosas.

Jesús nos dice: "Id como corderos en medio de lobos". No dice, "Esconderse de los lobos". No dice eso. Dice, "Id como corderos, como ovejas en medio de lobos. Tened mansedumbre, tened paz, yo estaré con vosotros".

8- No caigamos en el aislamiento eclesial

El que cada uno se cierre en su propio grupo. Es tan importante que respiremos en catolicidad. Somos católicos y en la Iglesia Católica todos los carismas se suman. Tenemos que estar a gusto, no solo en nuestro pequeño grupo de referencia, en nuestra pequeña comunidad, sino estar a gusto en el conjunto de la parroquia, en el conjunto de la diócesis, en el conjunto de la Iglesia universal. No encerrarnos en una pequeña burbuja.

9- El peligro de la tibieza y la falta de coherencia

La mediocridad, el haber hecho un pacto con la tibieza del mundo. Dice la Escritura: "No eres ni frío ni caliente. Y como no eres ni frío ni caliente, te voy a vomitar de mi boca". Es una palabra bien fuerte que dice el libro del Apocalipsis. Es decir, estamos llamados a que nuestro corazón arda, que no sea tibio, que ardamos de amor. La tibieza, la tibieza nos hace incompatibles con la vocación misionera.

10- No perder la centralidad de Jesucristo

Que no caigamos en el riesgo de evangelizar sin hablar de Cristo. Porque, a veces, ocurre, por ejemplo, que en la escuela, en la enseñanza, en la caridad, en la ayuda de Cáritas, en muchas cosas, se evangeliza en valores, pero sin hablar de Jesucristo. Y eso es vaciar totalmente de contenido la evangelización.

Lo más importante no son solo los valores. "No, yo es que yo no hablo de Dios, yo hablo de solidaridad", "yo no hablo de Dios, yo hablo de generosidad", "yo no hablo de Dios, yo hablo de compartir". Solidaridad, compartir, sinceridad, todos esos valores, si no son en la persona de Jesucristo, la experiencia nos dice que no se sostienen

No nos avergoncemos nunca de hablar de la persona de Jesucristo, no solo de las enseñanzas morales de Jesucristo, sino de la persona de Jesús. Que Jesús sea nuestro gran amigo, que Jesús sea el dueño de nuestro corazón, que tengamos con Él una verdadera relación de amistad corazón a corazón.

ReL

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