Amenudo pensamos que ser cristiano consiste principalmente en hacer muchas cosas, como si acumular buenas obras fuera la medida de nuestra fe. Sin embargo, lo esencial no está tanto en lo que hacemos, sino en cómo nos abrimos interiormente a la presencia y guía del Espíritu.
La acción del Espíritu Santo muchas veces es silenciosa, casi imperceptible. En ocasiones nos llena con sus dones, otras veces nos vacía, haciéndonos ver nuestra fragilidad y dependencia. Pero ya sea consuelo o prueba, su gracia siempre es fecunda, siempre busca hacernos más receptivos y más disponibles.
Fátima Navarro - Luisa Restrepo, Aleteia
Vea también Diálogo y Oraciones al Espíritu Santo
No hay comentarios:
Publicar un comentario