En un mensaje dirigido a los participantes en el Congreso Internacional WOOMB, que se realiza en Roma este 28 y 29 de abril, el Papa Francisco resalta el “gran valor pastoral” de la promoción de los métodos naturales de control de la fertilidad.
En su discurso, difundido hoy por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Santo Padre señala que “promover el conocimiento de la fecundidad y de los métodos naturales tiene también un gran valor pastoral, ya que ayuda a las parejas a ser más conscientes de su vocación marital y a dar testimonio de los valores evangélicos de la sexualidad humana”.
“En aquellos años, su enfoque podría haber parecido obsoleto y
menos fiable en comparación con la supuesta inmediatez y seguridad
de las intervenciones farmacológicas. Sin embargo, de hecho,
su método ha seguido demostrando ser oportuno y desafiante, ya que
ha llevado a una seria reflexión sobre una serie de áreas esenciales”, resalta.
Estas áreas, precisa el Santo Padre, incluyen “la necesidad de una educación en el valor del cuerpo humano, una visión integrada e integral de la sexualidad humana, una capacidad para apreciar la fecundidad del amor incluso cuando no es fecundo, la construcción de una cultura que acoge la vida y formas de enfrentar la problema del colapso demográfico”.
“En este sentido, el impulso original de lo que se ha dado en llamar la ‘revolución Billings’ no ha disminuido, sino que sigue contribuyendo a la comprensión de la sexualidad humana y a una apreciación más plena de las dimensiones
relacional y procreadora de la pareja”.
relativista y banalizada de la sexualidad humana, la educación seria
en esta área parece cada vez más necesaria”.
Recordando las enseñanzas de su predecesor San Pablo VI en su encíclica Humanae vitae, el Santo Padre resalta que “es necesario tener siempre presente la conexión inseparable entre los significados unitivo y procreador del acto conyugal”.
“El primero expresa el deseo de los esposos de ser uno, una sola vida; el último expresa el deseo compartido de generar vida, que perdura incluso en los momentos de infertilidad y en la vejez”, explica.
Para el Papa, “cuando estos dos significados son afirmados conscientemente, la generosidad del amor nace y se fortalece en el corazón de los esposos, disponiéndolos a acoger la vida nueva”.
En cambio, “sin esto, la experiencia de la sexualidad se empobrece, se reduce a sensaciones que pronto se vuelven autorreferenciales, y se pierden sus dimensiones de humanidad y responsabilidad. La tragedia de la violencia entre parejas sexuales –incluido el asesinato de mujeres– encuentra aquí una de sus principales causas”, lamenta.
El Pontífice advierte luego que “a raíz de la llamada revolución sexual y la ruptura de los tabúes, necesitamos una nueva revolución en nuestra forma de pensar. Necesitamos descubrir la belleza de la sexualidad humana volviendo de nuevo al gran libro de la naturaleza, aprendiendo a respetar el valor del cuerpo y la generación de la vida, con miras a experiencias auténticas de amor conyugal”.
Para el Santo Padre, “el Método Billings, junto con otros similares, representa uno de los medios más adecuados para hacer realidad responsablemente el deseo de ser padres”.
potencial generativo ha resultado en la búsqueda de formas alternativas
de tener un hijo, ya no a través de relaciones maritales sino a través
del uso de procesos artificiales”, advierte.
“Sin embargo, si bien es apropiado ayudar y apoyar un deseo legítimo de concebir con los conocimientos científicos y las tecnologías más avanzados que pueden mejorar la fertilidad, es incorrecto crear embriones de probeta y luego suprimirlos, comerciar con gametos y recurrir a la práctica de la maternidad subrogada”.
Frente a este panorama, resalta, “el Método Billings también sirve como un recurso para tratar con naturalidad los problemas de infertilidad y para ayudar a los cónyuges a convertirse en padres identificando los períodos más fértiles”.
“En este campo, una mayor comprensión de los procesos de procreación, utilizando los hallazgos científicos modernos, podría ayudar a muchas parejas a tomar decisiones informadas y éticamente sólidas, más respetuosas de la persona y su dignidad”, expresa.
que las universidades católicas, y las Facultades de Medicina en
particular, deben asumir con renovado compromiso”.
David Ramos, Zenit
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