lunes, 17 de abril de 2023

¿Seguro que tu ser querido está en el cielo?

 

FUNERAL        

El purgatorio existe y tú puedes ayudar a las almas que están sufriendo la purificación a encontrarse pronto con Dios

Mi tío Raúl tuvo una experiencia fuerte y sobrenatural con un alma del Purgatorio. Son vivencias que pocas personas tienen. 

No tuvo miedo sino compasión. Se preocupó por aquella alma que lo despertaba en la madrugada para decirle que sufría. Pidió algunas misas y rezó por el alma de esa sufrida mujer. Nunca más volvió a aparecer. 

Es una historia fascinante y te la cuento en este artículo que publiqué en Aleteia (se encuentra más abajo).

El purgatorio es real 

Lo que digan aquellos que no creen en él no lo hará desaparecer. 

Siempre que escribo sobre el Purgatorio saltan algunos para señalar, ofender, decir que es un «invento de los católicos» y procurar que dudemos de su existencia. 

Me hacen recordar la vez que un penitente se fue a confesar por curiosidad con el Padre Pío en San Giovanni Rotondo, Italia.

-Padre Pío- le dijo el hombre-. No creo en el infierno.

-No te preocupes- respondió el famoso fraile-. Ya creerás cuando estés allá.

El purgatorio es dogma de fe

Si deseas conocer más sobre el purgatorio te recomiendo leer en el Catecismo de la Iglesia Católica. 

Te lo explica con asombrosa sencillez para que no queden dudas sobre su existencia. Léelo. Es bueno que los católicos estudiemos el Catecismo y nos instruyamos para que nadie nos pueda hacer dudar. 

Lee los numerales 1030, 1031 y 1032 del Catecismo sobre el Purgatorio.

Un alma agradecida 

Creo que una vez te conté esta maravillosa experiencia. Escribí sobre nuestras hermanas, las benditas almas del purgatorio y me empezaron a llegar una gran cantidad de testimonios impactantes y veraces. Personas que tuvieron algún encuentro sobrenatural con un alma agradecida del purgatorio y nos compartían sus experiencias. ¡Fue maravilloso!

Pero… ¿existe el purgatorio? ¿Qué es? En Aleteia te lo explicamos:

Hay que decirlo, las almas del Purgatorio son agradecidas. ¡Cómo no serlo si con tus oraciones y sacrificios ofrecidos por ellas las ayudas a salir de allí y partir gozosas al paraíso prometido!

El caso que más me impresionó me lo envió un lector de Aleteia desde Costa Rica. Una amiga de él dedicaba parte del día a ir a los cementerios y rezar el Rosario por esas almas. 

Una tarde, al terminar de rezar, una suave brisa la envolvió como en un abrazo y escuchó con claridad una voz que le susurró al oído: «!GRACIAS!».

Puedes leer completa esta fascinante historia en este artículo adjunto:

A menudo pienso en las almas olvidadas del purgatorio por las que nadie reza.

«Son almas que son queridas por Jesús, están pagando lo que deben a la justicia divina. Son almas que no deben ser olvidadas».

¿Alguien ha visto el purgatorio?

No solo es doctrina de fe, existe. 

Hay testimonios de personas, santos de nuestra Iglesia que han estado allí y cuentan lo que vieron. Esto es un pequeño adelanto de lo que a continuación leerás… 

«Yo estaba de pie delante del trono de Dios. Lo vi, pero no como un juez severo, sino como un padre afectuoso y lleno de amor. Entonces me di cuenta de que el Señor lo había hecho todo por amor mío, que había cuidado de mí desde el primer hasta el último instante de mi vida…»

Aleteia hizo una investigación fascinante y publicó este magnífico escrito que te recomiendo leer con testimonios de estas personas en el purgatorio:

¿Rezarías por esas almas?

Quiero pedirte amable lector que reces con fervor por nuestras hermanas, las benditas almas del purgatorio. 


El purgatorio y la misteriosa alarma de las 3 a.m.

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Una experiencia impactante con un alma necesitada de ayuda para purificarse

Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados.

Catecismo de la Iglesia Católica

Una historia en Costa Rica

Creo que alguna vez te lo he comentado. Mi familia por parte de mi mamá es de Costa Rica.

Solíamos ir todos los veranos a pasear y para compartir juntos. Mi abuela tenía una casona de madera de dos altos en el barrio la Dolorosa.

En Costa Rica está muy arraigada la costumbre de tomarse un café colado por las tardes, con panecillos calientes y mermelada y queso, siempre acompañados por familiares para charlar, compartir y pasar momentos gratos.

Recuerdo una tarde que visitamos a mi tío Raúl en san Pedro. Él cultivaba su propio café en el patio de la casa.

Al lado de su cama, sobre la mesita de noche, tenía un viejo reloj despertador que hacía mucho dejó de usar.

La alarma de las tres de la madrugada

Él nos contó que una noche, a las tres de la madrugada, misteriosamente se encendió a todo volumen y lo despertó.

Igual ocurrió al día siguiente y así durante varios días hasta que mi tío Raúl no soportó más la situación y gritó desesperado en medio de aquella oscuridad:

“Pero yo, ¿qué le he hecho?”.

Escuchó entonces con gran claridad, la voz adolorida de una mujer que respondía:

“Usted nada, pero sufro mucho”.

Pensó acertadamente que podría tratarse de un alma del purgatorio en busca de auxilio y ofreció por ella varias misas y sus oraciones. Nunca más lo despertaron.

¿Imaginación o realidad? Lo cierto es que este hombre tenía presente una antigua costumbre cristiana, la de rezar por la salvación de los que nos precedieron, y fue eso lo que acudió a su mente.

Fuego purificador

Pienso mucho en las pobres almas del Purgatorio, nuestras hermanas. Se encuentran purgando sus pecados y para poder salir rápido de ese lugar de tormentos y partir al Paraíso prometido, dependen en parte de nosotros.

El mundo debe saber que el purgatorio existe como un acto de misericordia de Dios.

Nos toca ser bondadosos, ayudar a esas almas con nuestras oraciones, sacrificios y el ofrecimiento de misas para que sean liberadas y puedan marchar al Paraíso.

“La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador: «Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador”.

Catecismo de la Iglesia Católica

Tengo algunas historias interesantes sobre el Purgatorio y nuestras hermanas, las almas del purgatorio. Te las iré compartiendo.

En este momento esperan y necesitan de tu ayuda, tus oraciones. No las dejes solas. Pide por ellas a Dios, ofrece la misa por ellas. No las abandones.

Claudio de Castro, Aleteia

Vea también           Corazón de Jesús, Salvación de los que en Ti esperan - San Juan Pablo II
























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