«Si mi oración no es diaria, pierdo de vista a Cristo. ¡Y cuánto me afecta cuando pasa!»
Jules es un joven francés de 21 años que estudia fisioterapia en España. proviene de Angulema, cerca de Burdeos, y este viernes 7 de mayo hizo su Primera Comunión y recibió también el sacramento de la Confirmación. Lo hizo en la parroquia del Buen Suceso, en Madrid, junto a otros jóvenes de su edad que han descubierto a Cristo y se han enamorado de Él a estas edades. En total: dos bautizos, tres primeras comuniones y dos confirmaciones. En esta entrevista que le hemos hecho justo antes de recibir estos sacramentos, nos cuenta cómo fue descubriendo a Cristo: vio un vídeo en el que se decía que en esta vida “o te mueves por amor o por miedo, y en mi mente hubo como un electroshock y sentí una inmensa alegría en el momento. Sin saber, Jesús me estaba llamando a ser cristiano”.
Jules, recibiendo el sacramento de la Confirmación
- ¿Cómo conociste a Cristo?
- Conocer a Cristo ha sido por mí un camino largo de varios años. Diría que todo empezó de joven, porque tuve una niñez muy feliz. Desde entonces siempre busqué esa felicidad tan grande que viví de pequeño. Tuve una época muy triste en la cual no sabía quién era, y resistí para no deprimir. Para luchar, inconscientemente tomé la decisión de ser más fuerte y empecé la musculación. En realidad me escondía detrás de la imagen de alguien fuerte...
» Durante este periodo, veía vídeos de desarrollo personal para sacar la “mejor versión de mí mismo”, y buscaba cuál era la mejor manera para ser lo más “perfecto” posible. Hasta que un día de mi primer año en la Universidad Francisco de Vitoria, un vídeo me llamo la atención. Decía: “O te mueves por amor o por miedo”. En mi mente, hubo como un electroshock y sentí una inmensa alegría en el momento. Sin saber, Jesús me estaba llamando a ser cristiano.
» Paralelamente, hacía meditación, también experimente algunas sensaciones extraordinarias, lo que me abrió la mente a lo sobrenatural. Al acabar mi primer curso de fisioterapia, hice un seminario llamado “la guía del hombre” que abarca grandes preguntas como: ¿Por qué existo yo? ¿De dónde viene la materia? ¿Existe algo sobrenatural? Al acabar ese seminario, sentía en mí que esto era verdad. Entonces empecé a quedar con un grupo llamado “Gardendal” que me enseñaron todo sobre el cristianismo.
- Entonces la gente se mueve por miedo o por amor… ¿Una persona que se convierte a tu edad qué está dispuesta a hacer por amor?
- Actuar por amor es hacer el bien, entonces incluso en las mínimas acciones de mi vida intento tomar conciencia de si lo que hago está bien. Puede ser algo muy sencillo como una mirada profunda, una sonrisa, etc.
Jules, junto a otros jóvenes amigos suyos
- ¿En qué medida estudiar en una universidad católica como la Universidad Francisco de Vitoria te ayudó en este proceso?
- La Universidad Francisco de Vitoria me ofreció un ambiente cristiano que me ayudó a descubrir desde cero el cristianismo.
- ¿A lo largo de este tiempo, has tenido algún amigo, sacerdote, religiosa, laico… que te haya impactado especialmente?
- En el momento en el que estoy respondiendo a estas preguntas, me quedan dos horas para hacer mi Comunión y mi Confirmación y acabo justamente de mandar mensajes de agradecimiento a personas cercanas que me ayudaron. Pienso particularmente en mi profesor de psicología que me presento el Gardendal, o también en mi mentor de 1er año que me propuso hacer Effeta, también pienso en el sacerdote que me dio la catequesis, por fin pienso en mis padres sin los cuales no sería quién soy hoy por hoy.
- También has hecho Effetá…
- Effetá es maravilloso. Durante ese seminario, te sientes amado como raramente te has sentido. Salí de ese seminario en una nube, ¡con un felicidad indescriptible!
- ¿Cómo te estás preparando para recibir estos sacramentos?
- Primero rezo mucho para decirle a Jesús que estoy muy contento de estar en Él y de que Él esté en mí. Le pido perdón por todos los pecados que cometo, aunque sean muy pequeños. Porque quiero recibirle lo más limpio posible. También leo un librito sobre anécdotas sobre santos (o no) que cuentan su Primera Comunión para tomar ejemplo.
- Antes de conocer a Cristo ¿cómo era tu relación con él? ¿Tenías prejuicios contra Dios o contra la Iglesia?
- Sinceramente desconocía mucho a Cristo y, claro, tenía muchos prejuicios. Antes, decía que “esas personas están demasiadas restringidas por las reglas y siguen ciegamente la Iglesia”. Normal... ¡no conocía al que manda la Iglesia!
- ¿Eres consciente de lo que supone confirmarse y recibir la Primera Comunión? ¿Y qué supone?
- Sí lo sé, ¡pero me haría falta aún más sabiduría para darme más cuenta de que Cristo está aquí en la Eucaristía! Cuando veo algunas personas rezar con tanta fe... se me pone el pelo de gallina. Debo llegar a ese punto, porque no lo vivo yo interiormente como ellos. Por mí no se trata de ser consciente o no (que ya es un paso), sino de saber hasta qué punto soy consciente del milagro que ocurre.
- ¿Cómo es tu vida de oración y tu relación con Dios?
- Si mi oración no es diaria, pierdo de vista a Cristo. ¡Y cuanto me afecta cuando pasa! Con lo cual intento tener la relación la más cercana con Él, ¡porque tenemos que ser reflejos de Cristo! ¿Como ser un reflejo suyo sin estar unido a Él?
- Tu relación con Cristo también implica salir a anunciar el Evangelio… ¿qué estás haciendo o qué quieres hacer?
- Lo que quiero hacer es servir a mi grupo y ayudarles a preparar actividades o sesiones de estudios (como la guía del hombre, por ejemplo). Puede ser de múltiples formas, solo basta con ayudar física o intelectualmente. Incluso en mi trabajo de fisioterapia quiero dar lo más posible cariño a mis paciente y tratarles como si tuviera que lavar sus pies.
- ¿Qué le dirías a un joven que esté también pensándose si seguir a Cristo o no?
- No lo sé, sinceramente. El Espíritu Santo (si quiere) me lo soplará en el momento adecuado. Más que decirle cosas, habría que antes haberle escuchado... y mucho.
Fernando de Navascués / ReL
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