Usar el dolor y la tristeza como método de aprobación es tendencia en las redes sociales de los jóvenes
Recuerdo que en la escuela de periodismo me enseñaron que una táctica comunicacional era la llamada “falacia de apelación a la misericordia”, que es básicamente cuando una persona manipula los sentimientos de su audiencia para sostener un argumento como válido (aunque no necesariamente lo sea).
Y no es algo nuevo, lo que en la cotidianidad se le conoce como “inspirar lástima”, tiene siglos; pero últimamente se está usando de manera muy recurrente por los jóvenes en las redes sociales, inspirados muchas veces en sus artistas e influencers que hacen lo mismo, tanto así que ha merecido su propio término en inglés: sadfishing (“pescando tristezas”), acuñado a principios de 2019 por la escritora Rebecca Reid.
Lo delicado de esta situación es que no solo se están exponiendo de una forma potencialmente riesgosa a nivel emocional si no reciben la respuesta esperada; sino que, además, algunos hasta se inventan o exageran historias sobre ansiedad, depresión, acoso o hasta pensamientos suicidas para llamar la atención, alienando a quienes realmente sí padecen estas situaciones en la vida real.
Incluso, como ya este fenómeno es conocido, una persona con problemas que acude a las redes como desahogo, puede ser víctima de ataques aún peores por la gente creer que está fingiendo o haciéndolo para obtener algo. Y esto puede traer consecuencias aún peores.
Igualmente, para menores de edad, puede resultar especialmente peligroso mostrarse tan vulnerables o en esa constante búsqueda de apoyo emocional en las redes, ya que se convierten en blancos fáciles para pedófilos y delincuentes.
Es realmente preocupante que los jóvenes, en esa búsqueda de validación a través de likes y comentarios, lleguen tan lejos, creyendo que así van a conseguir alivio o aprobación, cuando quizá lo que necesiten es ayuda privada y profesional. Tampoco es bueno que crean que apelando a la lástima pueden zafarse de los problemas o de algún error cometido.
¿Qué pueden hacer los padres si ven que sus hijos están cayendo en el sadfishing?
Lo primero es no regañarlos, investigar bien lo que está pasando y mas bien demostrarles más amor. Ya sea que en verdad sufran algún trastorno psicológico o simplemente estén fingiendo, algo no va bien.
Es importante explicarles los riesgos de exponerse tanto (especialmente en redes que hay tantos desconocidos y personas mal intencionadas) y recalcarles que cuentan con ustedes siempre para resolver juntos sus problemas.
La tristeza nunca debería estar de moda y usarla para manipular puede ser un arma de doble filo. A muchos les podría pasar como el cuento de Pedrito y el lobo, que al final, cuando Pedrito finalmente dijo la verdad de que venía el lobo, nadie le creyó después de tanto mentir.
Sigamos promoviendo el uso consciente y responsable de las redes sociales, eduquemos sobre la seriedad de las enfermedades mentales y su correcto diagnóstico (no se puede decir a la ligera que se sufre de ansiedad o depresión) y, sobre todo, trabajemos en las relaciones interpersonales para que la única ayuda que se necesite buscar afuera, con un extraño, sea la de un profesional capacitado.
Adriana Bello, Aleteia
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