lunes, 20 de noviembre de 2023

Papa Francisco habla claro y duro sobre violencia contra mujeres y expone papel de los medios

Foto: Vatican Media

Mensaje del Papa a la Campaña Nacional contra la Violencia hacia las mujeres organizada por RAI Radio 1

“Quisiera dar las gracias a los promotores de la iniciativa «Una larga ola contra la violencia masculina hacia las mujeres», que nos permite reflexionar sobre un tema de gran actualidad. En efecto, la violencia contra las mujeres es una mala hierba venenosa que asola nuestra sociedad y que hay que erradicar de raíz. Y estas raíces son culturales y mentales, crecen en el suelo de los prejuicios, de la posesión, de la injusticia”, escribió el Papa.

El Pontífice también señala que “En demasiados lugares y en demasiadas situaciones las mujeres son puestas en segundo plano, son consideradas «inferiores», como objetos: y si una persona es reducida a una cosa, entonces su dignidad ya no se ve, es considerada una mera propiedad de la que se puede disponer en todo, incluso hasta suprimirla”.

A continuación Francisco exclama: “¡Cuántas mujeres se ven abrumadas por el peso y el drama de la violencia! Cuántas son maltratadas, abusadas, esclavizadas, víctimas de la arrogancia de quienes creen poder disponer de su cuerpo y de su vida, obligadas a rendirse a la codicia de los hombres”. Y agrega: “Desgraciadamente, los medios de comunicación siguen desempeñando un papel ambiguo. Por un lado, favorecen el respeto y la promoción de la mujer; pero, por otro, transmiten continuamente mensajes marcados por el hedonismo y el consumismo, cuyos modelos, tanto masculinos como femeninos, obedecen a los criterios del éxito, la autoafirmación, la competencia, el poder de atraer a los demás y dominarlos”.

Es así que Papa Francisco recuerda que “¡Pero donde hay dominación hay abuso! No es el amor el que exige prisioneros. ¡El Señor nos quiere libres y en plena dignidad! Ante la lacra del maltrato físico y psicológico a las mujeres, urge redescubrir formas de relación justas y equilibradas, basadas en el respeto y el reconocimiento mutuos. Los condicionamientos de todo tipo deben contrarrestarse con una acción educativa que, empezando por la familia, ponga en el centro a la persona con su dignidad”.

Finalmente, el Papa involucra al subrayar que “Es nuestro deber, responsabilidad de todos, dar voz a nuestras hermanas sin voz: mujeres víctimas de abusos, explotación, marginación y presiones indebidas. No permanezcamos indiferentes. Debemos actuar ya, a todos los niveles, con determinación, urgencia, valentía. Del corazón y de la carne de una mujer vino al mundo la salvación; de cómo tratamos a las mujeres, en todas sus dimensiones, se revela nuestro grado de humanidad”.

 


















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