La semana vaticana estuvo marcada por una conmemoración especial por los obispos fallecidos este año, dedicada en particular al antiguo Obispo de Roma y Papa emérito Benedicto XVI, el 3 de noviembre.
El Papa Francisco celebró una Misa que tuvo lugar en el altar de la Cátedra de San Pedro, en un ambiente íntimo, con los cardenales y obispos presentes en Roma y algunos centenares de personas más.
«Padre providencial, que eliges con amor pastores para tu rebaño, da el descanso eterno a tu siervo, el Papa Benedicto XVI, que durante su larga vida te ha servido con sabiduría y amor». Estas palabras resuenan en la Basílica de San Pedro durante la oración universal del día después de la Jornada de Difuntos. Como cada año, el Papa Francisco celebra una misa de sufragio por todos los cardenales y obispos fallecidos a lo largo del año. Pero esta vez, diez meses después del fallecimiento de su predecesor, el 31 de diciembre de 2022, la celebración adquiere un tono especial.
En su homilía, bajo los dorados de la Gloria de Bernini, el Pontífice argentino citó varias veces al Papa emérito, fallecido a los 95 años en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, tras diez años de retiro en la mayor discreción. «Me gusta recordar las primeras palabras del Papa Benedicto: ‘humilde trabajador en la viña del Señor'», confiesa su sucesor.
A continuación, ensalzó ante la pequeña asamblea las virtudes de la humildad, especialmente para los responsables de la Iglesia:
«Sí, los cristianos, especialmente el Papa, los cardenales y los obispos, están llamados a ser humildes trabajadores: a servir y no a ser servidos; a pensar, antes que en sus propios frutos, en los de la viña del Señor».
El 266º Papa citó también a Benedicto XVI, enterrado más abajo en las grutas vaticanas, para recordar «que la fe no es ante todo una idea que hay que comprender o una moral que hay que asumir, sino una Persona que hay que encontrar, Jesucristo». «Su corazón late fuertemente por nosotros, su mirada se compadece de nuestro sufrimiento», añade Francisco, que predica el estilo de Dios, hecho de «cercanía», «compasión», «ternura» y… «pocas palabras».
«Dios todopoderoso y misericordioso, te suplicamos por tus siervos, el Papa Benedicto, los cardenales y los obispos, a quienes has nombrado embajadores de Cristo entre los hombres»… En San Pedro, la celebración continuó, sobriamente, escuchándose varias veces el nombre del Pontífice alemán, en las distintas oraciones colecta y después de la comunión.
Dos días antes, en una entrevista difundida por la televisión pública italiana el 1 de noviembre, Francisco había rendido homenaje al «coraje» de Benedicto, mencionando en particular la lucha que había iniciado contra los abusos en el seno de la Iglesia. El Papa Francisco celebró el funeral del Papa alemán el 5 de enero. De esta ceremonia invernal, bajo un frío glacial y un cielo gris, queda una imagen: el argentino, contemplativo, colocando su mano sobre el féretro de Joseph Ratzinger, momento histórico de un pontífice despidiéndose de su predecesor.
Ana Kurian, Aleteia
Vea también El Purgatorio según las enseñanzas
de Benedicto XVI
No hay comentarios:
Publicar un comentario