domingo, 26 de noviembre de 2023

Supera la envidia con estas recomendaciones

envidia


Tal vez no tengas muy claro qué tanta envida has sentido en tu vida, pero no estaría mal que analizaras cómo vives estos sentimientos tan dañinos

Para muchos pensadores la envidia es una de las emociones más poderosas y complejas que tenemos y que causan tremendas alteraciones en la calidad de vida. 

Por un lado, te puede llevar al enojo o a la tristeza al darte cuenta de que aquello que deseas tener, la otra persona lo posee; bien puede ser su físico, sus éxitos o posesiones. Por otro lado, el sentimiento de impotencia causado por no poder conseguir algo que los demás ya han obtenido puede ser causa de una baja de autoestima, frustración y pensamientos o conductas de agresión, vengativas y hasta de autocastigo. 

¿A quienes afecta más la envidia?

Regularmente los sentimientos de envidia suelen estar detrás de personas que se creen muy competitivas o ambiciosas; sin embargo, la motivación de estas personas suele estar en superar a los demás, pues en su interior sienten que ellos también se merecen lo que otros ya tienen. 

Estas personas luchan constantemente con la idea de que tienen que lograr lo que otros ya hicieron, por lo que se la pasan comparándose a sí mismos con los demás, con el desagradable temor de no poderlos alcanzar.

En momentos de carencia o falta de recursos, la envidia puede incrementarse y hacer crecer la sensación de que hay que luchar más fuertemente para conseguir lo que los demás tienen, y si es necesario, hasta arrebatárselos con tal de tenerlo. 

La envidia se puede apoderar tanto de la mente que se convierte en el eje rector de muchos de los planes y proyectos de vida; como querer destacar, ser protagonistas o alcanzar éxitos profesionales y económicos que aligeren el sentimiento del «por qué yo no y ellos sí» 

Es muy común que la envidia se presente en el trabajo, al ver a los compañeros tener logros que uno no ha obtenido; o en la escuela, cuando se desea la belleza de una compañera de clases; o en las amistades, cuando una de ellas está estrenando un auto. Esto puede acompañarse de un mayor enojo, por ejemplo, cuando a un compañero le suben el sueldo o lo ascienden y a ti no. 

Celos vs envidia

Aunque la envidia está relacionada con los celos, no son lo mismo. Los celos, que también son una compleja emoción, se caracterizan más por cuidar y proteger lo que ya se tiene para asegurarse de que, por ningún motivo, alguien más se lo apropie; a la inversa, la envidia se basa más en desear lo que otros ya tienen. 

El ejemplo más común de celos es el que se vive en la pareja, donde uno de los dos teme que le roben la atención o protagonismo que quiere tener en exclusiva, y si nota cualquier cosa contraria, se siente inquieto, comienza a sospechar y le da miedo perder lo que considera que es suyo. Por eso las personas celosas son también posesivas y alejan de sus relaciones a todas las personas que les puedan quitar el cariño y el afecto que ya tienen.

A pesar de ser cosas diferentes, al hacer un examen de consciencia te darás cuenta de que a lo largo de la vida tenemos muchas emociones de envidia y celos que se acompañan la una a la otra en varios momentos y circunstancias diferentes. 

Recomendaciones prácticas para superar la envidia

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1 | Acepta de buena gana lo que ya tienes, disfruta lo que eres y goza de las cosas que has obtenido con tu esfuerzo. Procura mejorar tu vida sin compararte y desear parecerte a alguien más. Y dar las gracias a Dios por tantas cosas buenas que te ha dado. Haz una lista.

2 | Mejora tus cualidades y corrige tus errores sin hacer referencia a cómo lo hacen otros para centrarte en tus propias capacidades y no anhelar las vidas de los demás; es decir, no copies a nadie. Sé tu mismo. Mira cómo estás ante Dios.

3 | Que tus deseos por mejorar y alcanzar nuevas metas y éxitos sean a base de perfeccionar lo tuyo. ¿Qué es lo que Dios espera de ti?

4 | Es una emoción normal que todos experimentamos, pero no la dejes crecer y convertirse en un problema. Fíjate bien si estás envidiando a alguien en particular, y si lo identificas, intenta borrar semejante deseo. Reza por esa(s) persona(s).

5 | Enfócate en tus propias fortalezas y deja de fijarte en otras personas por lo que tiene o han logrado. Eso no te ayuda superar tu envidia. Da las gracias a Dios.

6 | Agradece lo que tienes y aprecia más tus propios logros. Pide poder hacer la voluntad de Dios día por día.

Superar la envidia toma tiempo, pero lo puedes empezar a trabajar desde ahora y vivir una vida más saludable y espiritualmente más tranquila. La oración es potente.

cf. Guillermo Dellamary, Aleteia

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Tristeza y envidia



















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