sábado, 12 de febrero de 2022

Futbolista, famoso y con un tatuaje de Jesús que le cubre toda la espalda

Pasquale Mazzocchi



Este deportista que juega en Italia ama el "body art" y lo usa para resaltar aquello a lo que está más unido en la vida.

Un futbolista con un enorme tatuaje de Jesús se está volviendo viral.

El deportista se llama Pasquale Mazzocchi, un napolitano de 26 años que ahora juega en el club Salernitana. Tiene un talento sobrenatural y se ganó su camino a la Serie A (la mejor liga italiana) con sudor, sacrificio y fuerza de voluntad. 

Mazzocchi ama los tatuajes. Los usa para resaltar las cosas a las que está más apegado en la vida. Decidió hacerse un enorme tatuaje en toda su espalda: no eligió dragones, calaveras o consignas, sino una bella imagen de Jesús con una corona de espinas, claramente inspirada en la famosa imagen del actor Robert Powell en el papel principal de Jesús de Nazaret de Franco Zeffirelli .

Un sueño nacido en las afueras de Nápoles

Para este futbolista su familia lo es todo, empezando por la mujer que conoció en su juventud y de la que nunca se ha separado. Mazzocchi es humilde: ha seguido siendo el mismo y cada vez que vuelve a Barra, en las afueras de Nápoles, se transforma de nuevo en el niño que tuvo que marcharse de allí a los 11 años para perseguir un sueño. 

El sueño se hizo realidad, trayendo alegría para él, su familia, sus amigos y todo un barrio, que hoy lo considera un ejemplo. 

Fe en la familia

“Para mí, la fe lo es todo”, dijo a Fan Page en octubre de 2021. “Si no crees en Dios, no crees en nada. Algunas personas me critican por ese tatuaje, pero yo soy un verdadero creyente. Yo lo soy, mi familia lo es y mi esposa también lo es. Respeto a todos, pero espero que los demás hagan lo mismo conmigo”.

El tatuaje de un niño en su pecho

Mazzocchi no solo tiene el tatuaje de Jesús: el futbolista de la Salernitana también tiene otro muy importante, un niño tatuado sobre su corazón. Explicó a Fan Page:

Es el amigo al que le dediqué el gol al Empoli. Es un chico con el que crecí en el barrio. Éramos inseparables. Lamentablemente, cuando tenía 9 años se lo llevó una meningitis y desde entonces no hay un día que no lo recuerde. Hoy en día, los jóvenes a menudo se llaman ‘hermano‘, pero él realmente lo era para mí. Y cuando murió, una parte de mí se fue con él. Suena a tópico, pero te puedo asegurar que no lo es. Y si he emprendido esta carrera, también se lo debo a él, porque estoy seguro que, de alguna manera, desde allá arriba, me dio el coraje de dejarlo todo y mudarme a Benevento [la ciudad donde tomó su carrera].

Gelsomino del Guercio, Aleteia 

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