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Los ángeles están constantemente presentes en la vida humana, desde que nacemos hasta que morimos. Incluso nos acompañarán durante toda la eternidad.
El padre John Horgan sacerdote canadiense de la Arquidiócesis de Vancouver experimentó cómo los ángeles se acercan a los humanos especialmente al momento de la muerte. A partir de su experiencia escribió el libro Sus ángeles a nuestro lado (His angels at our side).
Aquí te contamos un impresionante testimonio.
Capellán cuenta su extraordinaria experiencia con los ángeles y las personas a punto de morir
“En mi vida como sacerdote y como capellán de hospital, fui testigo de la presencia de los Santos Ángeles, especialmente en el cuidado de los enfermos y moribundos”, afirma el padre Horgan.
Luego cuenta una historia asombrosa. “Una vez acompañé a un hombre que no era católico, pero cuya primera esposa siempre estuvo muy comprometida con la Fe; incluso después de que terminó su matrimonio, nunca dejó de orar por su esposo. Él le había prometido que se bautizaría antes de morir, lo que ella nunca olvidó. Su vida fue difícil después de que él la dejó, pero perseveró en su confianza en Dios, criando a sus hijos en la fe”.
El hombre se enfermó gravemente de cáncer y quedó solo, porque su segunda mujer lo abandonó. Sin embargo, la primera mujer a la que él había abandonado se quedó a cuidarlo en el hospital. También se acercaron sus hijos quien, animados por el espíritu cristiano de su madre, se reconciliaron con él.
“Hizo todo lo posible para consolar sus últimos días y animarlo a tener una mejor relación con Dios”, cuenta el padre Horgan.
Inicialmente, el hombre no quiso bautizarse, pero su primera esposa continuó rezando y entregó su conversión a la intercesión de los ángeles de la guarda.
“‘Padre, le estoy rezando a su ángel de la guarda y a mi ángel de la guarda. Estoy seguro de que se bautizará”. Así recuerda el sacerdote las palabras de la mujer.
Y entonces ocurrió algo inesperado. Un domingo a la mañana, visitó al hombre en el hospital y le dijo: “¿Quieres ser bautizado y aceptar la gracia de Cristo? Ya sabes que el Señor te ha estado llamando todos estos años y ha visto la evidencia de su amor en la fidelidad y devoción de tu buena esposa”.
“Sí, padre, sé lo que hice; y sé cómo he vivido. Me arrepiento de todo y le pido perdón al Señor. Quiero ser bautizado.” ¡Esto respondió el hombre!
Inmediatamente el sacerdote preparó el agua bendita para el bautismo y escuchó una voz en su interior que lo alertó diciendo: “¡Ahora!“.
Al instante el Padre tomó el agua y la derramó sobre la frente del hombre, a punto de fallecer, pronunciando las palabras del Bautismo: “Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Antes de pronunciar “Amén”, el hombre falleció.
“No hubo sufrimiento, simplemente cerró los ojos y se fue. Se había ido a casa con Dios. Las enfermeras y su familia estaban obsesionadas por esto, pero lo que más recuerdo es la mirada en los ojos de su esposa. Con su último aliento aceptó la gracia que su esposa le había pedido durante años”, recuerda el sacerdote.
¡Los ángeles están siempre rezando por nosotros!
y adaptado de Gaudium Press.
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