Marcelo Melani, un salesiano que era obispo emérito de Neuquén (Argentina) y que murió a causa del coronavirus en Perú, país al que quiso ir como misionero con más de 80 años. En su testamento pidió especialmente que «quienes quieran destinar ofrendas, sea para ayudar a una familia a tener una casita digna»
Este 14 de abril, en la ciudad de Pucallpa (Perú), falleció Marcelo Melani, obispo emérito del Neuquén y misionero en el Perú desde fines de 2019. Melani se encontraba internado en un hospital de ese país luego de haber contraído coronavirus en el mes de marzo.
La muerte de Melani engrosa la lista de tantos laicos, sacerdotes, obispos y misioneros que en los últimos meses han fallecido a causa de la pandemia. Pero en su caso, como en el de tantos otros, la vida de entrega y servicio por los demás ha dejado una huella imborrable.
Una vida religiosa y misionera
Melani era de origen italiano. Nació en Florencia el 15 de septiembre de 1938. Según una reseña publicada por los propios Salesianos en Bolivia y la diócesis de Neuquén, el 16 de agosto de 1962 hizo su primera profesión religiosa. Fue ordenado sacerdote en Turín el 21 de marzo de 1970.
Fue en el año 1971 cuando comenzó el vínculo con América Latina y en particular con la Patagonia (Argentina). A ese país llegó como misionero y enviado al colegio Don Bosco de Bahía Blanca.
En ese país continuó trabajando en el ámbito de la educación como director de colegios, además de tener labores de párroco. También se desempeñó como consejero de la Inspectoría San Francisco Javier de Bahía Blanca desde 1981 hasta 1990. Lo propio como director de la Misión Salesiana de Junín de los Andes (1989-1990).Ya en 1991 fue destinado como director de Don Bosco de San Carlos de Bariloche (Río Negro).
“No para ser servido, sino para servir”
En el año 1993 Melani es nombrado obispo coadjutor de Viedma por el papa Juan Pablo II. Su lema episcopal: “No para ser servido, sino para servir”. Su asunción como obispo titular se dio en 1995. Recién en 2002 fue nombrado tercer obispo de Neuquén, donde presentó renuncia y concluyó su servicio episcopal en 2011.
Morir como misionero en la Amazonía peruana
Como dato particular y destacado de la vida de Melani surge el curso de misionlogía que realizó en Roma con 81 años como parte de la 150 expedición salesiana. Fue así que luego de haber solicitado un permiso, el obispo emérito partió en diciembre de 2019 como misionero “ad vitam” a la Amazonía peruana.
En ese lugar estuvo acompañando la tarea del Vicariato Apostólico de Pucallpa (Ucayali), instancia donde se brindó de lleno con su carisma misionero a la gente que se le acercaba.
A continuación el mensaje reproducido por los Salesianos de Perú y la propia Diócesis de Neuquén:
«Querido Marcelo: has vivido de manera intensa tu lema, has servido y te has entregado generosamente a tu gente, lo has dado todo. Tu corazón misionero reposa en paz, pero tu ejemplo y tu testimonio seguirán vivos entre nosotros, como un signo claro y luminoso del amor que Dios nos tiene».
El testamento de Melani
Por último, algo que por estas horas ha difundido la propia Diócesis de Neuquén, el testamento de este obispo que quiso morir misionero. Fue redactado en Viedma el 22 de noviembre de 1995 y refrendado en Pucallpa, Perú, el 19 de diciembre de 2019.
Pidió especialmente que «quienes quieran destinar ofrendas, sea para ayudar a una familia a tener una casita digna», recuerda el post de la diócesis además de publicar de puño y letra el testamento donde surge a simple vista el noble pedido de que se use «el cajón más barato posible».
Pablo Cesio, Aleteia
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