Queremos llevar el amor del Hijo de Dios a todos los hombres. Ha permitido que le abran el Corazón con una lanza para que esté abierto para todos. Que el Corazón de Jesús nos ayude a ser sus testigos. Para ello invocamos la ayuda de la Madre de Dios, Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús.
lunes, 30 de noviembre de 2020
Decálogo de la Corona de Adviento
Memoria, símbolo y profecía en cuatro velas y unas ramas
1. ¿Qué es?
Se trata de una corona de ramas verdes, en la que se fijan cuatro velas vistosas, generalmente violáceas. Suele colocarse sobre una mesita, o sobre un tronco de árbol, o colgada del techo con una cinta elegante.
En principio, no se pone encima del altar, sino junto al ambón o en otro lugar adecuado como, por ejemplo, junto a una imagen o icono de la Virgen Madre, siempre Santa María del Adviento. La corona de Adviento es así el primer anuncio de la Navidad.
2. Orígenes e inculturación
Es una costumbre originaria de los países germánicos y extendida a América del Norte, ya convertida en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos y de las parroquias y comunidades.
Durante el frío y la oscuridad del final del otoño, los pueblos germánicos precristianos recolectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida del sol naciente y de la primavera.
Ejemplo, pues, de cristianización de la cultura donde lo viejo toma un nuevo y pleno sentido, la Corona de Adviento encuentra un espléndido referente en Jesucristo, la luz del mundo, el vencedor de la oscuridad y de las tinieblas.
3. Los contenidos de la Corona de Adviento
Artículo originalmente publicado por Revista Ecclesia
La tierra se alegra en estos días, y tu Iglesia se llena de alegría ante tu Hijo, el Señor, que se acerca como luz esplendorosa, para iluminar a los que estamos en la oscuridad de la ignorancia, el dolor y el pecado.
Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo, te pedimos, Señor, que mientras crece cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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