El noviazgo debe vivirse con la mira al santo matrimonio. Es una etapa que, si es bien vivida, estableciendo estos límites, se podrá vivir de una forma más plena y bella
El amor conyugal trae consigo cosas fascinantes. Es la gran aventura de la vida que vale la pena experimentar a plenitud. Para ello hay que preparar el camino con un buen noviazgo.
Si de verdad se quiere vivir un matrimonio pleno y feliz, hay que tener un noviazgo rebosantemente sano. Una relación que sea una verdadera ruta al altar, honesta y con un objetivo claro de llegar a la santidad juntos.
El amor en el noviazgo debe protegerse como uno de los mayores tesoros. Hay que cuidarlo como se cuida una rosa en el rosal, la cual no se arranca antes de tiempo, por muy bella que esté.
Cuando vemos el botón de una rosa, cerrado, pequeño y frágil, sentimos ternura y quizá hasta un deseo de arrancarlo. Pero si lo hacemos, por mucha agua y cuidados que le demos, este no florecerá. No podremos ver una rosa brotar, abrirse y llegar a su máximo esplendor. La rosa morirá al poco tiempo.
Lo mismo pasará con el amor de novios si no se trata con delicadeza y cuidado. Y lo más peligroso es que, muchas veces, se llegará al altar sin ser totalmente conscientes de que llevan un amor ya marchito, demasiado malgastado… arrancado antes de tiempo.
Por ello, se recomienda vivir límites sanos durante la etapa del noviazgo, aquellos que lejos de ser restricciones, son ingredientes necesarios para crecer en el amor verdadero.
1RESPETO
En ninguna circunstancia deben de ofenderse ni tratarse con faltas de respeto. Es mejor abstenerse de las groserías, así como de acciones que en el trato puedan lastimar al otro, ya sea por comentarios sin sentido o agresiones verbales, emocionales y/o físicas. Simplemente, estos comportamientos no convienen en la relación.
2RECONOZCAN SUS DIFERENCIAS
No se trata de quien tiene más poder, sino de llegar a un punto medio. Decía san Agustín: “Unidad en lo esencial; libertad en lo accidental y en todo caridad”. Hay valores que no pueden ser negociables, pero hay que saber poner el tema sobre la mesa y decidir por lo que “conviene” para el bien mayor.
3LA VIDA ES MÁS QUE SOLO EL DISFRUTE
Busquen tiempo para crecer espiritualmente, sobre todo, en amor a Dios. “Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no le alumbre”. Esto no quiere decir que todo lo que hagan sea rezar, sino que todas actividades sean sanas, honestas y de cara al Señor. Todo puede ser diversión sabiéndolo hacer.
4NO BUSQUEN ESTAR TODO EL TIEMPO JUNTOS
Hay más vida allá afuera que solo tu pareja. Debe haber un equilibrio en el tiempo que pasas con tu novio (a), con tu familia, con Dios, tus amigos, e incluso contigo mismo. No enfoques toda tu atención a tu noviazgo, siempre busca convivir con los demás círculos sociales de tu vida.
5CUIDA A TUS AMISTADES
Las amistades, así como el noviazgo bien cultivado, nos llevan en camino al cielo. Nunca descuides a tus amigos por el galán o por la novia. Date tiempo para fortalecer y embellecer esas relaciones.
6ENFOCA CORRECTAMENTE TUS PRIORIDADES
Hasta que no te cases no conviene cambiar tus prioridades. Dios, tus padres y hermanos merecen seguir siendo lo primero para ti. No dejes de convivir con ellos e invita a tu novia (o) a que también lo haga y se integre.
7EVITEN SITUACIONES DE PECADO
Si de verdad deseas vivir un buen noviazgo evita los lugares que te inviten a faltar el respeto a tu pareja y a ti mismo. En esta etapa la muestra de amor más grande surge del respeto mutuo, de reconocer en el otro la dignidad que posee.
8VIVAN LA CASTIDAD Y PUREZA
Puede ser que no tengan relaciones sexuales, pero si viven una relación en la que solo les falta poco para llegar a eso, no es un noviazgo puro y no conviene vivirlo así porque hay muchos riesgos, el principal, fracasar en el matrimonio.
Pide y confía
Confía en que Dios te dará tu compañero (a), tu “ayuda adecuada”, si se lo pides de todo corazón. Y, sobre todo, pídele ser tú esa persona idónea para alguien más… Prepárate para serlo…
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