Los padrinos desempeñan un papel muy importante y significativo en la vida de un niño. ¿Sabes cómo construir una buena relación con tu ahijado?
«¡Ser padrino es un papel hermoso, grande y responsable! Al fin y al cabo, una madrina y un padrino deben apoyar a un joven (¡y más tarde también a un adulto!) en ‘el camino de la vida cristiana’ (CIC 1255). Y para ello -como todos sabemos- son esenciales unas buenas y estrechas relaciones, que merece la pena fortalecer incluso cuando el ahijado es todavía muy joven o vive lejos de nosotros.
He aquí algunos consejos para ayudar a su ahijado a conocer a Jesús y a establecer una relación estrecha con Él desde una edad temprana:
1PASAR TIEMPO JUNTOS
Busca una forma sencilla de pasar tiempo con tu ahijado. Escríbele una carta, planea una charla por webcam o invítale a tomar un té o un chocolate caliente. Para que estos encuentros puedan producirse con regularidad, procura planificar estas actividades con antelación. Más aún si se trata de un viaje largo de varios días.
2REGÁLALE UN LIBRO VALIOSO
Nada ayuda tanto a infundir la fe como un buen libro que merezca la pena. Y la oferta es realmente amplia. Puedes regalar una Biblia para niños, historias sobre los santos o una lectura típicamente aventurera pero con una sabia moraleja. Quizá puedas encontrar un artículo que le ayude a aprender a rezar o le ayude a experimentar la Eucaristía.
3IR JUNTOS A LA IGLESIA
¿Ir juntos a nuestro templo favorito? ¿Por qué no? Pasa por la iglesia para rezar, encender una vela o contemplar interesantes esculturas, pinturas y vidrieras. Te garantizamos que tu ahijado lo recordará durante mucho tiempo. Aprovecha la ocasión para contarle la historia de Jesús o de su santo patrón.
Si no se ven todos los días, es buena idea enviarle una foto de una iglesia en la que hayas estado recientemente, junto con un breve mensaje diciendo que has rezado por él.
4REZAR JUNTOS
Rezar juntos es una forma estupenda de mantenerse en contacto con su ahijado. Ya sea en casa o en la iglesia, basta con cantar juntos una canción, rezar a los santos patronos o iniciar una oración espontánea. Y lo que es más importante, esta forma tan sencilla puede ponerse en práctica aunque los separe una gran distancia.
5CELEBREN ANIVERSARIOS DE BAUTISMO
Cada año, recuérdale a tu ahijado que el día de su bautizo es una ocasión muy especial que merece la pena celebrar. ¿Cómo celebrarlo? Por ejemplo, rezando una breve oración, combinada con la lectura conjunta de la historia del bautismo de Jesús en el río Jordán (Mateo 3,3-17).
Si tu ahijado aún es pequeño, pueden simplemente mirar juntos las ilustraciones bíblicas. En este día, piensa en un regalo para conmemorar el bautismo. Podría ser, por ejemplo, un álbum de fotos con imágenes de este importante acontecimiento.
Como ves, no necesitas grandes hazañas para construir una relación estrecha con tu ahijado. Lo más importante son las buenas intenciones y tomar la iniciativa. Una relación como esta, si se cultiva con regularidad, puede durar toda la vida y dar frutos realmente hermosos.
Cecilia Pigg, Aleteia
Vea también Código de Derecho Canónico
De los padrinos 872-874
C872 En la medida de lo posible, a quien va a recibir el bautismo se le ha de dar un padrino, cuya función es asistir en su iniciación cristiana al adulto que se bautiza, y, juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo.
C873 Téngase un solo padrino o una sola madrina, o uno y una.
C874 P1 Para que alguien sea admitido como padrino, es necesario que:
1º. haya sido elegido por quien va a bautizarse o por sus padres o por quienes ocupan su lugar o, faltando éstos, por el párroco o ministro; y que tenga capacidad para esta misión e intención de desempeñarla;
2º. haya cumplido dieciséis años, a no ser que el Obispo diocesano establezca otra edad, o que, por justa causa, el párroco o el ministro consideren admisible una excepción;
3º. sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y lleve, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir;
4º. no esté afectado por una pena canónica, legítimamente impuesta o declarada;
5º. no sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar.
P2 El bautizado que pertenece a una comunidad eclesial no católica sólo puede ser admitido junto con un padrino católico, y exclusivamente en calidad de testigo del bautismo.
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