Un hombre salva al bebé de un cochecito que iba a ser arrollado

        

El video, ahora viral, muestra a la Divina Providencia en acción, y el rescate tiene un final aún más feliz

Un video que pone los pelos de punta está circulando por las redes sociales. Afortunadamente tiene un final muy feliz.

En el breve clip se puede ver a una mujer junto a su automóvil con un bebé en un cochecito cercano. Sin embargo, en solo unos segundos, una gran ráfaga de viento arrastró la carriola hacia el tráfico entrante. La mujer, que es la tía abuela del bebé, se cayó y tuvo dificultad para levantarse. Se quedó indefensa cuando vio que su precioso cargamento se dirigía directamente hacia el peligro.

Pero fue entonces cuando intervino la Divina Providencia. Un hombre vio la carriola (el cochecito de bebé) y pudo agarrarla en el último momento. Como señalaron los espectadores, estaba en el lugar correcto en el momento correcto.

De hecho, ahora se sabe que el hombre en cuestión, Ron Nessman, salía de una entrevista de trabajo en un restaurante Applebee’s en California. A pesar del estrés de la entrevista, todavía mostró su ingenio para poder correr al rescate.

Como compartió con KOVR-TV, «ni siquiera tuve tiempo de pensarlo. Solo reaccionas».

Y felizmente, a Nessman, que se quedó sin hogar durante muchos años después de sufrir un profundo dolor cuando su novia murió repentinamente, ahora le han ofrecido el trabajo en Applebee’s, e incluso ha recibido otras ofertas de trabajo, según informa The Guardian .

Si bien algunos podrían decir que todo fue una feliz coincidencia, para las personas de fe es más una cuestión de una pequeña intervención del Cielo justo cuando se necesitaba.

Y aquí hay algunos recordatorios de seguridad importantes para cualquier persona que cuide a un niño en un cochecito :

Siempre asegúrese de que el freno esté puesto cuando la carriola no esté en movimiento.

Asegúrese de que su bebé esté bien sujeto, aunque sea solo por unos segundos.

Por tentador que sea, no coloque bolsas en las manijas, ya que podría hacer que la carriola se vuelque.

Y finalmente, nunca deje a un bebé desatendido en un cochecito.

Cerith Gardiner, Aleteia

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