Francisco, guía espiritual para un mundo en crisis; fe, esperanza y caridad los ejes de la pedagogía amorosa y del servicio para un año 2021 distinto
El año 2020 ha marcado 10 meses de confinamiento forzado en el Vaticano. Un año diferente para el papa Francisco, 84 años de edad, que ha sufrido algunos de los efectos de la pandemia, casi como la mayor parte de los fieles: nada de viajes, obligado a reducir el contacto y las visitas, vivir la Navidad de puertas para dentro y usar las pantallas para contactar con amigos, conocidos y creyentes distantes.
El octavo año de pontificado, parece venir con la luz cálida de la esperanza de una vacuna anti Covid-19, que el Papa espera que sea gratuita y disponible especialmente para los más pobres y frágiles.
En este contexto, el papa Francisco ha sido una guía espiritual para un mundo en crisis; fe, esperanza y caridad son sus ejes temáticos y pragmáticos en la acción de una pedagogía amorosa y del servicio que transforma la crisis en una oportunidad delante a un año 2021 que se espera distinto, pero, naturalmente incierto.
Una imagen símbolo de este año 2020: Una plaza vacía, pero llena espiritualmente
Quisiera detenerme en una imagen símbolo de este año 2020: una plaza de San Pedro desierta por primera vez y el Papa que, a los 83 años, con paso decidido pero cansado, llega a la patio de la Basílica para presidir un extraordinario momento de oración en tiempo de pandemia. Caminaba casi como si llevara el peso de toda la humanidad.
El 27 de marzo es un día oscuro, lleno de nubes que cubren el cielo de Roma, hay un silencio ensordecedor y un vacío desolador que paraliza. Francisco lo describe y usa el «nosotros» para comunicarse.Padre Federico Lombardi S.J., aseguró recientemente que la Plaza lucía vacía, pero, en realidad, estaba espiritualmente llena.
«Nos encontramos asustados y perdidos», dice el Papa. Cerca de la puerta central tenía colocados dos arquetipos de superación de la muerte y la peste: la imagen de Salus Populi Romani y el Crucifijo de San Marcello. Francisco se comunica con símbolos cristianos que evocan una fe que siempre gana, no porque se imponga, sino porque persiste en el bien común a pesar de la tormenta. Compromete a la humanidad.
Francisco insiste en mostrar cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por la gente común: desde el médico hasta el trabajador. Nos recuerda que no somos autosuficientes; no niega las dificultades, sino que las acepta. La crisis del momento es una oportunidad comunicativa para abrir el corazón, la mente y mover las manos del interlocutor. Es una comunicación sin artificios con el propósito de construir una comunidad.
El ejemplo de San José y apoyar a las familias en 2021
Los gestos del Papa han dejado una huella para llamar al pueblo de Dios a mantenerse firme en la sabiduría del amor cristiano, el valor, la justicia y la templanza fortalecida en la fe.
Las imágenes del Papa solo, bajo la lluvia, que reza a la Virgen en la Plaza España conmovieron al mundo por su sencillez y significado (08.12.2020). El Papa confía a la Virgen a todos los que están afligidos por la enfermedad y el desánimo.
1300 millones de católicos en el mundo celebrarán y reflexionarán este año nuevo con el Papa sobre la alegría del amor y de la familia. El Papa ha convocado un año especial dedicado a la familia en 2021. Una manera de dejar atrás un año viejo que ha puesto a prueba las relaciones interpersonales: los matrimonios, el contacto físico y el diálogo con los hijos, marcado por el aumento de la violencia doméstica y de género, el abandono de los ancianos, entre otros males.
Este año, a los muchos trabajadores y padres desesperados por la crisis económica que deben realzarse por amor a sus familias, el Papa ha puesto como patrón y modelo a San José. El padre putativo de Jesús, que respondió con fe, con coraje, con ternura a los desafíos. Porque su vida no fueron “rosas y flores”. El obrero de Nazaret, trabajador ejemplar, será el intercesor este año para que los que buscan trabajo lo encuentren y el trabajo de todos sea más digno.
Salir mejores de la crisis en este año 2021
Salir mejores de la crisis, según el Papa (21/12/2020), dependerá de aceptar la evidencia de las contradicciones, de cortocircuitos en el testimonio, de la necesidad de conversión. En primer lugar, recordar que la muerte es inevitable, pero estamos hechos para vivir; en segundo lugar, para salir de la crisis hay que volver a ser esenciales; la crisis saca el verdadero carácter, caen las máscaras, nos enseña el Papa.
Con sus homilías en casa Santa Marta durante la fase más critica de la pandemia, Francisco predicó a una humanidad frágil, pues nadie se salva solo: el mundo y las personas están interconectadas. Del científico que busca la vacuna hasta quien limpia en un hospital son importantes, dado que el virus demostró que nadie es indispensable.
Salir mejores de la crisis, afirma el Papa, significa aceptar que necesitamos de una comunidad para salir de ella y soñar juntos un mundo posible; que cuide desde las personas más frágiles hasta de la creación.
En efecto, la exhortación Apostólica “Querida Amazonia” es un llamado a salir de intereses mezquinos, cuidar de los pueblos originarios y del ‘pulmón del mundo’.
Fraternidad, economía solidaria, educación y amistad social
Así este año también el Papa ha dejado una tarea a los creyentes profundizar en su mensaje sobre la fraternidad y las amistad social presente en su última encíclica social Fratelli Tutti. Esto para salir de las sombras de un mundo cerrado dado que esta crisis resalta el mal de las polarizaciones que no ayudan al diálogo y a la convivencia.
El Papa en esta crisis también pidió un nuevo pacto económico a través del Encuentro Internacional que continuará el próximo año: “Economy of Francisco”. En este sentido, el Papa pone su esperanza en los jóvenes empresarios y economistas para salir de la fiebre del consumismo. Gestar un mundo distinto es una tarea de todos.
Por último, cabe señalar el Pacto Mundial de Educación. Este año hay que revertir no solo las brechas del pasado, sino la crisis educativa sin precedentes del año 2020. Un año marcado por el aislamiento y la exclusión de «cientos de millones de niños» que se han quedado atrás «en las oportunidades de desarrollo social y cognitivo» (Discurso 16/12/20).
Servicio
En suma, el Papa Francisco es una guía espiritual en estos tiempos de crisis que nos hace mirar a la Cruz (como cuando besó los pies del crucifijo de San Marcelo que la tradición asegura salvó Roma de la peste) y también a elevar nuestra mente y corazón al cielo.
Los cristianos podemos elegir vivir este año 2021 conforme a nuestra naturaleza amorosa y caritativa. Eso sí, recordando que no somos de este mundo, pues moriremos algún día (memento mori), pero podemos dar sentido y significado a nuestra vida sirviendo a los demás y contribuyendo a detener las injusticias y las desigualdades. ¡Feliz año 2021!
Ary Waldir Ramos Díaz, Aleteia
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