Drew y Ariann Corpstein son dos devotos cristianos que, tras haber perdido a su primer hijo antes de nacer, debieron enfrentar el peor de los diagnósticos cuando volvieron a concebir un niño.
Una devastadora noticia les llegó junto con un ultrasonido: su bebé padecía de una malformación cerebral terminal.
Ante la noticia, los médicos sugirieron abortar al niño.
Los Corpstein decidieron que el niño nacería y estarían con él el mayor tiempo posible.
El 29 de julio de 2018, Ariann esperaba que su hijo naciera muerto, pero un milagro sucedió.
El bebé sobrevivió al parto y no tenía signos de agonía. Una enfermera convenció a los padres de someter al niño a un resonancia magnética.
Los resultados sorprendieron a todos: el niño tenía el cerebro sano. La malformación de su cabeza se debía a una hidrocefalia, un exceso de fluido que podía que ser drenado.
El caso llegó hasta Fox News, donde entrevistaron a la pareja de esposos. Drew afirmó ahí que la vida de su hijo era una lección para todos los padres.
Por evadir la muerte de tal forma, sus padres le dieron un sobrenombre: “El gran Mateo”. “Si no crees en los milagros, Dios nos envía a Matthew para recordarnos que son reales”, señaló Ariann.
ChurchPOP
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