La vida implica un continuo cambio. Por eso te animo a seguir estos 4 consejos para poder adaptarte sin problemas
La vida es un cambio constante, imparable y necesario. Con frecuencia nos cuesta aceptarlo porque cualquier cambio, por pequeño que sea, implica una renuncia, una pérdida.
Pero si cambio y vida van de la mano, si es inevitable, no te resistas. Si lo asumes, podrás elegir ser alguien nuevo cada día. Aceptemos los cambios de la vida y sigamos adelante.
Espero que estos consejos puedan ayudarte
1. Huye de las batallas perdidas
El primer paso para afrontar con mejor predisposición los cambios es aceptar que nada podemos hacer para detenerlos.
El filósofo griego Heráclito lo expresó en una imagen genial hace cientos de años: “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. Cuando alguien regresa a un mismo cauce, las aguas no son las mismas ni tampoco ese alguien es aquel que fue.
2. Cambios inevitables y deseables
Las utopías de la eternidad y de la inmutabilidad de la vida no son solo imposibles, sino que si fueran realizables, se volverían prontamente aborrecibles. ¿Podéis acaso imaginar una vida absolutamente monótona, eternamente igual y que fuera, aun así, deseable?
Así, el cambio no es solamente inevitable sino deseable. Es, quizá, lo que hace que nuestras vidas humanas no sean completamente vanas.
3. Cuando el cambio es drástico
El cambio en escalón es aquel que se genera en un corto periodo de tiempo y de modo más o menos brusco. En estos casos tenemos plena conciencia de las modificaciones que se han producido en nuestra vida, pudiendo reconocer y diferenciar claramente un antes y un después.
Los cambios en escalón ocurren a veces de manera programada y podemos preverlos, pero otras veces, nos pillan desprevenidos o, más dramáticamente, nos golpean. Tenemos que asumir que esto forma parte de la vida de cualquier ser humano.
El cambio es ineludible y sin embargo muchas veces nos encontramos a nosotros mismos tratando de hacer todo lo posible para que las cosas permanezcan igual, para que nada se modifique. Queremos retrasar el cambio, disminuirlo o evitarlo.
4. Dejar atrás para ir hacia delante
Esto quiere decir que no todo cambio es negativo. Es posible que la ganancia sea mayor que la pérdida, pero no por eso dejaremos de sentir un poco de dolor por la desaparición de la situación inicial. El dolor no se determina por el resultado de una ecuación costo/beneficio.
Todos los cambios van acompañados por el dolor de dejar algo atrás y se siguen con un periodo de “duelo” en el que elaboramos nuestra nueva situación sobre todo si estamos alejándonos de nuestra zona de confort.
Evidentemente en los casos en los que el cambio nos lleva a un beneficio inmediato que podemos sentir incluso instintivamente, las emociones que nos acompañarán serán sobre todo de alivio e satisfacción.
Ser alguien nuevo cada día. Renovarse o morir! Perder, dejar atrás, cambiar, es algo que inicialmente podría ser doloroso, pero también puede ser liberador y sobre todo fuente de crecimiento y maduración.
Esta es la maravilla del cambio: que nos entrega un universo de posibilidades. Somos alguien nuevo cada día y podemos elegir, cada día. Para afrontar los cambios que vendrán y aceptarlos, debemos estar dispuestos a renunciar, pero en retribución ganaremos un abanico enorme de opciones y caminos.
Javier Fiz Pérez, Aleteia
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