Hablar de noviazgo y matrimonio a jóvenes es esencial. Es el camino del amor que lleva a un chico y una chica a iniciar una relación para conocerse, ir profundizando y creciendo en ese amor y valorar si quieren un proyecto de vida juntos.
En este itinerario se ve la importancia de dedicar tiempo a conocerse para poder vivir la relación de amor en la verdad. Y se muestra cómo el amor no puede separarse de la verdad y la libertad.
Si no conozco a la otra persona, no puedo decidir libremente si quiero o no vivir mi vida con ella. Y en sentido inverso, si no me doy a conocer, la otra persona no podrá decidir con libertad si quiere unir su vida a mí.
La doble elección
Cuando nos estamos planteando el matrimonio, hacemos una doble elección:
- Elegimos a una persona: "Te elijo a ti y me entrego a ti". El amor nos lleva a querer compartir la vida con la persona a la que amamos.
- Elegimos la forma de relación en la que queremos vivir nuestro amor: ¿como pareja de hecho, como unión matrimonial civil o canónica? Es una decisión que es importante valorar y elegir, también desde la libertad.
Durante la relación es bueno ser conscientes de que todos tenemos heridas. Incluso si hemos vivido en una familia que nos ha querido mucho, siempre hay alguna herida -más o menos grande- causada por algo que nos han hecho o por algo que no nos han dado como necesitábamos.
Antes de poner ejemplos para entenderlo mejor, es importante aclarar que las heridas emocionales no necesariamente son consecuencia de hechos objetivamente graves. Pero cuando hablamos de sufrimiento emocional no hay que compararse: tal vez lo que le ha pasado a uno es más grave que lo que le ha ocurrido al otro. Pero eso no quita el dolor de cada herida.
Las heridas pueden ser:
1Por algo que nos han hecho
Por ejemplo, cualquier tipo de abuso. Pero también por cosas menos graves, objetivamente, como comentarios sobre el aspecto físico.
2Por algo que no hemos tenido cuando lo necesitábamos
Por ejemplo, faltó la presencia del padre o la madre durante la infancia; pero también podría ser que nos manifestaron el cariño de una forma distinta a la que requeríamos.
3Por algo que uno mismo ha hecho directa o indirectamente
Por ejemplo, un aborto; pero también una traición a un amigo o amiga, una ruptura anterior.
Que las heridas no nos determinen
Las heridas que tenemos indudablemente influyen en nuestra forma de ser y de querer; lo importante es que, aún influyendo, no nos determinen.
Así que, para elegir a una persona y vivir una relación de amor, tienes que pensar: si tengo una herida causada porque no he tenido a mi padre o a mi madre en la infancia, quizás esa carencia me lleve a buscar no una relación de pareja de igual a igual, sino una persona que haga de padre o madre.
Por eso es recomendable que cada uno conozca sus heridas, grandes o pequeñas. Porque reconocerlas es el primer paso para curarlas.
El segundo paso es poder expresarlas: contar a otra persona lo que sientes, lo que te duele, lo que te da miedo; eso es sanador.
En algunos casos, hará falta una ayuda especializada, depende de la herida. Pero siendo consciente de lo que te pasa, ya no determinarás tus decisiones de manera inconsciente. Y así podremos amar desde la libertad de ser uno mismo y no desde las carencias provocadas por heridas.
María Álvarez de las Asturias, aleteia
Vea también El Noviazgo Católico de los que creemos
en Cristo y en su Iglesia
No hay comentarios:
Publicar un comentario