¿Nosotros elegimos a los santos o los santos nos eligen a nosotros? Esta es una pregunta que se hace el sacerdote exorcista Mons. Stephen Rossetti.
En un artículo escrito en Exorcist Diary, el célebre exorcista narra una curiosa experiencia sobre la relación particular que se establece entre la Iglesia triunfante -los santos- y la militante -quienes estamos en este mundo unidos a la fe católica.
¿Los santos nos eligen a nosotros en lugar de nosotros a ellos? La experiencia de un sacerdote
Mons. Rossetti cuenta que una una mujer a quien llama “K”, estaba poseída. “Fue consagrada al Maligno por sus padres biológicos: uno era brujo y el otro satanista. Su educación fue brutal, incluido el hábito de las drogas que le impuso su madre y repetidas violaciones por parte de los hombres”.
Tras el fallecimiento de sus padre, K fue adoptada por un buen hombre que era un católico devoto. Después de presentarle los sacramentos y sacramentales católicos y presenciar sus síntomas, se dio cuenta de que estaba poseída.
Así, el hombre decidió llevar a K a un exorcista y acudió a Mons. Rossetti. El equipo que asistía al sacerdote “se sorprendió cuando K dijo que un ser llamado ‘Ágape’ apareció y la estaba ayudando. K no sabía quién era Ágape, ni tampoco la mayoría del equipo”, cuenta Mons. Rossetti.
“K pensó que ella era un ángel; cuando apareció, estaba rodeada por una gran luz. Solo después de que ella se identificó como ‘Ágape’, K se dio cuenta de que la persona era humana“.
Después de escuchar la descripción de K de Ágape e investigar un poco, el equipo se dio cuenta de que estaba describiendo a San Ágape, la virgen y mártir del siglo IV.
Santa Ágape también quedó huérfana a una edad temprana. Ella y sus dos hermanas llevaron vidas piadosas y castas bajo la dirección del sacerdote Xeno. Rechazaron varias ofertas de matrimonio, así como insinuaciones indecentes de hombres. Fueron martirizados por la fe bajo el emperador Diocleciano.
“Santa Ágape es la santo perfecta e intercesora de K, dada la historia de ambas. K es el objetivo de intensos ataques demoníacos. La presencia e intercesión de Santa Ágape es muy, muy necesaria”, reconoce Mons. Rossetti.
Y luego comenta una interesante posibilidad:
“Muchas veces alimentamos una devoción a un santo en particular, pensando que hemos elegido al santo. Puede ser al revés. Tal vez, por la gracia de Dios, se elija para nosotros un santo en particular. En el futuro, cuando comencemos nuestras sesiones de exorcismo, o simplemente comencemos nuestra vida diaria, tal vez deberíamos comenzar preguntándole a Dios qué santo es el elegido para nosotros”.
ChurchPoP
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