Las mejores conversaciones ocurren cuando les damos un lugar privilegiado a los demás
Piensa en aquellas personas que conoces y que parecen sacar lo mejor de ti cada vez que hablas con ellas. Las conversaciones fluyen de forma natural y te transmiten una seguridad y tranquilidad que te hacen olvidarte del peso de los problemas. Pueden pasar horas sin que lo notes y al final te quedas lleno en el espíritu y con un sentimiento renovado.
Tener conversaciones de calidad, que sean significativas y fructíferas con nuestros amigos es algo que se puede aprender con el enfoque adecuado y un poco de práctica para mejorar nuestro estilo comunicativo. El objetivo es darle un lugar privilegiado a nuestro amigo y aquí hay algunas claves que nos pueden poner en el camino correcto.
Salir de uno mismo
Las mejores conversaciones comienzan cuando ponemos a la otra persona primero, cuando mostramos interés por ella, su mundo y lo que podría interesarle. En cambio, cuando toda la atención está en nosotros es como si estuviésemos hablando con nosotros mismos aunque nuestro amigo esté delante nuestro. Si queremos que se trate de nuestro amigo, tenemos que dar un paso hacia afuera de nuestro ego e ir a un encuentro real con él.
A la mayoría de las personas les encanta hablar sobre sí mismas. En vez de hacer eso, elige ofrecer un cumplido sincero o un comentario positivo sobre tu amigo. Los grandes conversadores tienen un interés sincero en los demás, anotan cosas sobre ellos y las usan para alimentar sus encuentros haciendo un gran bien a la relación.
Hacer buenas preguntas
Una de las maneras de llevar la conversación a un nivel más profundo con nuestro amigo es haciendo buenas preguntas. Las buenas preguntas son aquellas que se hacen al preguntar cómo el otro piensa o se siente acerca de algo, de lo que está hablando o experimentando y no solo preguntas con la intención de recoger información o simplemente enterarse de cosas.
Pregúntale a tu amigo sobre cosas que le importan de verdad o sobre algo que haya hecho desde la última vez que hablaron. Si te ha mencionado algo con frecuencia, es posible que eso sea de su interés o le importe. Piensa en cosas relacionadas con sus gustos o temas sobre los que quisiera hablar. Tal vez no haya nadie más que tú para hacer esas preguntas.
Escuchar de forma activa
La mayoría de las personas piensan en lo que quieren decir mientras el otro está hablando. Sé consciente de esto durante tus conversaciones especialmente cuando estés con tu amigo y si te das cuenta de que tu mente va a responder demasiado rápido, detente en ese momento y trata de obligarte a escuchar. Sacarás mucho provecho de ese acto de amor.
Escuchar no es algo fácil de hacer, sobre todo si eres muy extrovertido, pero puedes ponerlo en práctica. Es un ejercicio que ayuda a crear conciencia sobre la cantidad de tiempo que realmente dedicamos a escuchar activamente a los demás y al final tiene un gran impacto en nuestra vida al hacernos personas más sabias y amorosas.
Entregar nuestro tiempo
Cuando te encuentras hablando con un amigo no hay cosa más grande que hacerle sentir que tienes todo el tiempo del mundo para él; cuando nota que no corres ni estás mirando el reloj o tu móvil a cada rato. Aunque hayan quedado solo por media hora durante el almuerzo o una breve caminata, ese momento es suyo y exclusivo y vale oro.
Todos tenemos tiempo en nuestras manos y podemos dedicar parte de este tiempo para destinarlo a alguien que amamos. Estar disponibles y mostrar que hay tiempo para otro en un mundo donde hay tanta prisa y a nadie le alcanzan las horas del día, es un verdadero acto de entrega por el que hacemos renuncias que reflejan que esa persona nos importa.
Hacer contacto visual
Hay personas con las que aun sin conocerlas tanto podemos abrirnos con facilidad y contarles cosas que tal vez no se las diríamos a otros. Nos hacen sentir cómodos, incluso cuando estamos tratando un tema sensible o difícil. Los amigos suelen permitir que esto suceda cuando sentimos que nos van acompañando en los movimientos del alma.
Cuando alguien está compenetrado en la historia de otro se le ilumina el rostro al escuchar algo que le hace feliz o bien, adopta una mirada solemne con una noticia triste que le hace sufrir. Este acompañamiento cercano es posible si hay contacto visual. Busca ese punto de encuentro que le hace sentir a tu amigo que tiene toda tu atención. Mira sus expresiones y el tono de sus palabras para que sienta que estás absorto en lo que está diciendo.
Escoger un sitio tranquilo
Establecer un lugar para hablar sobre determinados temas puede ser muy positivo. Un lugar privado y libre de distracciones invita a hablar cómodamente. Piensa en ese sitio que a tu amigo le gusta tanto ir o la hora del día que está más relajado para poder llamarle. Intenta tener un encuentro personal y acércate con algo que le haga sentir querido.
Los lugares que son ruidosos y con mucha gente alrededor no son los mejores lugares para entablar una gran conversación. Una buena conversación requiere un ritmo lento y relajado y una atmósfera libre de presiones y sin distracciones. Un espacio al aire libre o las cafeterías son ideales para este propósito. Los bares deportivos en un día de partido, tal vez no tanto.
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