domingo, 30 de marzo de 2025

El Papa: Vivamos esta Cuaresma como un tiempo de sanación



En el texto del ángelus preparado por el Santo Padre para este domingo 30 de marzo, el Pontífice invita a vivir esta Cuaresma, especialmente en el marco del Jubileo de la Esperanza, como un tiempo de sanación.

“Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; Él sana nuestras heridas para que podamos amarnos como hermanos”, este es el núcleo de la reflexión del Papa Francisco al comentar el Evangelio de este IV Domingo de Cuaresma, en el cual el evangelista Lucas presenta la narración de la parábola del hijo prodigo (Lc 15,1-3.11-32).

Dios es siempre misericordioso con todos

En el texto del ángelus preparado por el Santo Padre, se evidencia la actitud de los fariseos ante la cercanía de Jesús a los pecadores, que se escandalizan y murmuran a sus espaldas, y cómo Jesús les presenta la misericordia del Padre.

“Jesús se da cuenta de que los fariseos, en lugar de alegrarse porque se acercan a Él los pecadores, se escandalizan y murmuran a sus espaldas. Entonces Jesús les habla de un padre que tiene dos hijos: uno se va de casa, pero luego, habiendo quedado en la miseria, regresa y es acogido con alegría; el otro, el hijo ‘obediente’, indignado con su padre, no quiere entrar en la fiesta. Así Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; Él sana nuestras heridas para que podamos amarnos como hermanos”.

De esta revelación de Dios misericordioso con todos que el Papa Francisco invita a vivir esta Cuaresma, especialmente en el marco del Jubileo, como un tiempo de sanación. Y desde su experiencia personal que, lo está viviendo en su alma y en su cuerpo, señala que Dios sana nuestras heridas.

“Por eso agradezco de corazón a todos aquellos que, a imagen del Salvador, son instrumentos de curación para los demás con sus palabras y con sus conocimientos, con el afecto y con la oración. La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos; con mayor razón, sin embargo, somos hermanos en la salvación que Cristo nos ha donado”.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano


Texto completo

PAPA FRANCISCO

ÁNGELUS

IV Domingo de Cuaresma, 30 de marzo de 2025

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Texto preparado por el Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buen domingo!

En el Evangelio de hoy (Lc 15,1-3.11-32) Jesús se da cuenta de que los fariseos, en lugar de alegrarse porque los pecadores se acercan a Él, se escandalizan y murmuran a sus espalas.  Entonces Jesús les cuenta la historia de un padre que tiene dos hijos: uno se va de casa, pero luego, cuando se encuentra en la miseria, regresa y es recibido con alegría; el otro, el hijo “obediente”, indignado con su padre, no quiere entrar en la fiesta. Así, Jesús revela el corazón de Dios: siempre misericordioso con todos; cura nuestras heridas para que nos podamos amar como hermanos.

Queridísimos, vivamos esta Cuaresma, sobre todo en el Jubileo, como un tiempo de curación. Yo también lo estoy experimentando así, en el alma y en el cuerpo. Por eso doy las gracias de corazón a todos aquellos que, a imagen del Salvador, son para el prójimo instrumentos de curación con su palabra y con su ciencia, con su afecto y con su oración. La fragilidad y la enfermedad son experiencias que nos unen a todos; pero con mayor razón somos hermanos en la salvación que Cristo nos ha dado.

Confiando en la misericordia de Dios Padre, continuemos rezando por la paz: en la martirizada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, República Democrática del Congo y Myanmar, que tanto sufre también por el terremoto.

Sigo con preocupación la situación en Sudán del Sur. Renuevo mi apremiante llamamiento a todos los líderes, para que hagan todo lo posible por reducir la tensión en el país. Es necesario dejar de lado las divergencias y, con valentía y responsabilidad, sentarse alrededor de una mesa e iniciar un diálogo constructivo.  Solo así será posible aliviar el sufrimiento de la querida población sursudanesa y construir un futuro de paz y estabilidad.

Y en Sudán la guerra sigue cobrándose víctimas inocentes. Exhorto a las partes en conflicto a que den prioridad a la protección de la vida de sus hermanos civiles; y espero que inicien cuanto antes nuevas negociaciones que puedan garantizar una solución duradera a la crisis. Que la comunidad internacional redoble sus esfuerzos para hacer frente a la terrible catástrofe humanitaria.

Gracias a Dios, también hay acontecimientos positivos: cito, por ejemplo, la ratificación del Acuerdo sobre la delimitación de la frontera entre Tayikistán y Kirguistán, que representa un excelente resultado diplomático. Animo a ambos países a seguir por este camino.

Que María, Madre de misericordia, ayude a la familia humana a reconciliarse en la paz.



















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