domingo, 2 de marzo de 2025

Apertura solemne de la causa de canonización de Cecilia María, «la carmelita de la sonrisa»

 La monja encontró su vocación durante un viaje por España

Murió en 2016, a los 42 años, tras lucha contra un cáncer de lengua.


El pasado domingo 23 de febrero se oficializó el inicio de la Causa de Canonización de la religiosa carmelita Cecilia María de la Santa Faz (1973- 2016), conocida como la "carmelita de la sonrisa", con una Celebración Eucarística y la sesión de apertura de la investigación.

La religiosa, quien fue monja en Santa Fe (Argentina) durante 20 años, falleció en junio de 2016 tras padecer un cáncer de lengua. Su historia se hizo conocida a nivel mundial por la imagen de su sonrisa, que se viralizó en redes sociales.

Cecilia fue monja en Santa Fe durante 20 años.

El Arzobispado de Santa Fe explicó los detalles del proceso de canonización: "El domingo comenzó la fase diocesana, en la que se estudiará su vida, sus escritos y se verificará que su testimonio es un reflejo vivo del Evangelio, encarnado en nuestro tiempo".

El camino hacia la canonización consta de varias etapas. En esta primera fase, se analizarán documentos, testimonios y pruebas que avalen la santidad de Cecilia María de la Santa Faz. Si se confirma que su vida fue un modelo ejemplar de virtud cristiana, el proceso avanzará hacia las siguientes instancias en el Vaticano.

Santa Teresa y su viaje por España

Cecilia María nació el 5 de diciembre de 1973 en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén (Argentina), del matrimonio entre María Teresa Bosch y Santiago Sánchez Sorondo, en plena mudanza, pues su padre era militar y partían hacia su nuevo destino, Buenos Aires. Fue la segunda de diez hermanos y la mayor de las hijas mujeres.

Cecilia, la segunda por la derecha, durante su época como enfermera.

Un profesor de Teología le hizo conocer a Santa Teresa de Jesús, despertando así en ella una creciente sed de intimidad con Cristo y un anhelo de consagrarse a Él. Su abuela, tal vez adivinando sus deseos, le regaló un viaje a Europa, pensando así disuadirla. Lo cierto es que, en ese viaje, estando en el monasterio de la Encarnación de Ávila (España), sintió fuertemente su llamado al Carmelo.

Una vida de fe y sufrimiento

Ya de regreso, intentó estudiar una carrera universitaria pero, pasado año y medio, ingresó al Carmelo de Corpus Christi, en Buenos Aires. Estuvo allí cinco meses. La vida le gustaba, pero no se sentía en su lugar. Con todo el dolor y la oscuridad de su alma, salió de allí, pensando que el Carmelo había sido una ilusión suya y no un verdadero llamado.

Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, no podía olvidar el Carmelo y, con el consejo y guía de su director espiritual, un fraile carmelita, pidió ser admitida en la comunidad de Santa Fe. Pero para esto tuvo que esperar, ya que tanto las hermanas como sus padres le pidieron que antes terminara una carrera. Ella escogió la de enfermería. Al cabo de tres años, con su diploma en mano, tomó la decisión definitiva: pidió ingresar precisamente allí, al Carmelo de Santa Fe. Lo hizo el 8 de diciembre de 1997, a los 24 años, según cuenta la Carta de Edificación que publicó el Carmelo luego de su muerte, el 23 de junio de 2016.

El 20 de junio de 1998 recibió el hábito, y casi un año después, un 5 de junio, hizo su profesión de votos de obediencia, castidad y pobreza por tres años.

Antes de ingresar en el Carmelo estudió Enfermería.

A finales de 2015, fue enviada para terminar de cerrar el Carmelo de la localidad de Azul. En ese momento sentía unas molestas llagas en la boca, que cuando volvió a Santa Fe se hicieron más intensas y dolorosas. Fue a ver a un dentista y la derivó a un especialista. Este, de urgencia, la mandó a hacerse una tomografía computada de lengua y cuello. 

El resultado del estudio se conoció el 11 de diciembre, el cual evidenciaba que tenía un tumor en la base de la lengua y en un ganglio en el cuello. Al primero que le dio la noticia fue a uno de sus hermanos: "El Señor eligió por mí y yo dije: 'Confiá'. Otra cosa no puedo hacer".

En una carta a su familia del 17 de diciembre de 2015, expresó: "No sé si estoy en el aire, pero a pesar del dolor, que ya se va anunciando cada vez más y me quita bastante el sueño, me siento por ahora animada y contenta. Supongo que me vendrán momentos de oscuridad y desesperación un poco, pero como no estoy sola, podremos juntos seguir al Cordero".

La sonrisa siempre estuvo en su rostro, incluso después de muerta.

El 23 de junio del 2016, a los 42 años, la hermana Cecilia María falleció en el Hospital Austral, de la localidad de Pilar, luego de batallar seis meses contra su cáncer de lengua.

ReL

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