Según informó la Casa Blanca, la orden incluye una serie de políticas que buscan "proteger el acceso a la FIV" o reducir drásticamente los costos de dichos tratamientos”.
La orden de Trump pretende justificarse en que, según sus cálculos, “una de cada siete parejas que intentan tener un bebé no pueden concebir”, y “muchas enfrentan importantes obstáculos financieros para acceder a la FIV”.
Entre esas dificultades, el mandatario menciona el elevado costo de cada tratamiento -entre 12000 y 25000 dólares por ciclo- o la cobertura limitada de la FIV por seguros médicos.
“Brindar apoyo, concientización y acceso a tratamientos de fertilidad asequibles puede ayudar a estas familias a transitar su camino hacia la paternidad con esperanza y confianza. Para apoyar a las familias estadounidenses, la política de mi administración es garantizar un acceso fiable al tratamiento FIV, incluso reduciendo las cargas innecesarias para que el tratamiento sea drásticamente más asequible”, afirma la orden.
Más muertes por FIV que por aborto
Según cifras oficiales, en 2021 fueron al menos 85.000 los niños nacidos mediante técnicas de Fecundación in vitro. Se estima que en Estados Unidos hay un millón de niños congelados en estado embrionario.
Todos los embriones creados en el laboratorio se califican según su “calidad” y se descartan si no están a la altura. A menudo, los embriones se destruyen o se dejan abandonados por no tener el sexo adecuado, tener una condición de salud genética o no cumplir con los estándares que se han establecido para ellos, incluido el color de los ojos y el color del cabello. La FIV destruye embriones a una tasa mayor que el aborto inducido.
“El presidente Trump acaba de firmar una orden que amplía la FIV”, dijo Lila Rose, fundadora y presidenta de Live Action, en X. “Solo el 7% de los embriones humanos creados mediante FIV darán como resultado un nacimiento vivo. El 93 % de estas vidas se congelan indefinidamente, se abortan o se pierden. En los EE.UU. se congelan más de un millón de embriones. La FIV NO es pro vida”.
Con la Iglesia en frente: “Dispuesta a combatir cualquier mandato de FIV”
La orden de Trump desoye así las advertencias que solo hace dos días dirigieron los obispos de Estados Unidos a través de su documento Una introducción católica a la fertilización in vitro. En ella, los obispos recuerdan que es una técnica que implica generar seres humanos de forma artificial, congelarlos, almacenarlos y a menudo desecharlos (matarlos), o seleccionarlos.
Los obispos también comparan el congelar a seres humanos en su edad embrionaria con un encarcelamiento injusto y critican los métodos utilizados para recolectar esperma. Y es especialmente grave cuando se producen embriones con gametos que ni siquiera son de los esposos.
El mandato de Trump también choca frontalmente con la carta que dos días después de su toma de posesión le dirigió el obispo de la diócesis de Arlington, Michael F. Burbidge, La familia cristiana, la fecundación in vitro y el testimonio heroico del amor verdadero.
En ella, el obispo recordaba que “por cada uno de los más de 12 millones de niños nacidos mediante FIV desde 1978 hay muchas decenas de millones más de hermanos y hermanas desaparecidos que han sido destruidos deliberadamente”, siendo esta una técnica “injusta moralmente” al “crear vida y destruirla”.
La carta enumera profusamente los argumentos doctrinales y bioéticos por los que órdenes como las firmadas por Trump “representan una grave amenaza para la libertad futura de un pueblo libre”. Tras ello, el obispo Burbidge recuerda que “la Iglesia, como lo ha hecho en tantos otros ámbitos de la vida política, está dispuesta a proclamar la dignidad de todas las personas humanas y a actuar pacíficamente para combatir cualquier mandato nacional de FIV”.
Según una encuesta reciente de Gallup, el 82% de los estadounidenses compartían su creencia de que el uso de la FIV es moralmente aceptable, y el 49% afirmaba que cree que es moralmente aceptable destruir personas humanas embrionarias creadas mediante procedimientos de FIV. Incluso el 65% de los católicos estadounidenses ven el acceso a la FIV como un bien, según una encuesta reciente de Pew.
José María Carrera, ReL
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