En un ambiente festivo, miles de personas, entre las que había numerosas familias con niños y muchos jóvenes, han recorrido las calles del centro de Madrid hasta llegar al Paseo de Recoletos con cantos y un lema coreado de manera unánime: "Sí a la vida, no al aborto". Muy presente entre los asistentes estuvo la reciente decisión en Francia de incluir el supuesto derecho al aborto en su Constitución, decisión que consideraron errónea, pues el único derecho que existe en este aspecto es el de la vida.
Un año más la sociedad ha salido a defender la vida, atacada en estos momentos tanto tras la concepción a través del aborto, como al final, especialmente a través de la eutanasia. Entre las autoridades públicas presentes se encontraba la vicealcaldesa de Madrid, la popular Inmaculada Sanz, y la líder de Vox en Madrid y diputada autonómica, Rocío Monasterio, que denunció a "las élites globalistas que lo único que promueven es la cultura de la muerte, que favorece el aborto, como estamos viendo en Francia".
Bajo el lema de “Sí a la vida humana”, más de 500 asociaciones han convocado a la sociedad para recorrer las calles para defender la dignidad de toda vida humana. Una vez concluida la marcha, en el escenario Marcel García y Leticia Salinero han presentado un acto en el que ha habido testimonios y un concierto del grupo Green Velvet con el que ha concluido un año más esta marcha provida.
En el manifiesto que se ha leído, los convocantes instaron a “rechazar todas las leyes y prácticas que atentan contra la vida o la naturaleza humana y la familia”. Además, defendieron que no hay personas “que tengan menos valor por su edad, salud o capacidades”, sino que es “hora de desenmascarar las mentiras, horrores y negocios que sustentan la cultura de la muerte”.
Igualmente, en el manifiesto se pidió que “los avances médicos y de cuidados lleguen a todos sin excepción, nacidos y no nacidos”. “Seguiremos trabajando para que ninguna ley ilegitima esté vigente en nuestro ordenamiento. Instamos a los políticos a que legislen a favor de los verdaderos derechos humanos”, agregaron.
Testimonios conmovedores
En el escenario hubo después testimonios muy conmovedores. Los primeros en hablar fueron Diego y Clara junto a sus tres hijos, entre los que se encontraba Felipe, de cuatro años, y que nació con un grave problema en el corazón. Resistieron todas las presiones y no abortaron. “Todos tenemos vidas complicadas, haya o no enfermedad. En este caso ha sido complicada, pero llena de alegría. Felipe ha transformado nuestra familia”, explicó su madre.
Felipe, de cuatro años, junto a sus padres, Diego y Clara.
Después salió Paloma Zafrilla, una joven que habló en nombre de su familia, y cuyo hermano mayor, Carlitos, tiene una discapacidad del 96%. “Es como un niño de 6 meses aunque tiene 26 años. Pero no para de sonreír. No tiene diagnostico concreto, le detectaron la discapacidad a los 7 meses y llegaron las teorías de si podía ser algo genético. La gente les llegó a decir a mis padres que eran egoístas por tener hijos que tuvieran que convivir con esta desgracia. Mis padres fueron muy valientes y por eso estoy hoy aquí”, explicó.
“Que la vida no sea fácil no la hace menos bonita. Es mucho mas divertida y te hace mirar todo con una perspectiva más especial. No somos máquinas, no valemos por lo que producimos”, concluyó entre los aplausos de los asistentes.
A continuación, la doctora María Lombarte realizó una ecografía en directo a una mujer embarazada, donde se pudo escuchar perfectamente el latido del corazón de este bebé. Mientras se escuchaba, se realizó un minuto de silencio por todos los niños que como éste no han podido nacer.
Para acabar este acto reivindicativo, pero también festivo, actuaron en el escenario el grupo Green Velvet, que demostró que defender y querer la vida es alegría, es lo bueno, lo bonito y lo bello.
ReL
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