Cada día tiene un significado especial que nos conduce a la fiesta más grande del cristianismo: la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
En la Semana Santa, los cristianos celebran el misterio central de su fe: Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, muere en la cruz y resucita al tercer día. Todos los ritos de los días jueves, viernes y sábado (Triduo Pascual) hacen memoria de estos últimos días de Jesús entre nosotros.
Quizá para este momento ya te estés preguntando a qué celebraciones irás cada día, en qué orden es cada acontecimiento, o incluso es probable que te sientas desanimado a vivir estos días porque no conoces el porqué de cada oficio. Por ello, detengámonos a ver qué sentido tiene cada celebración del Triduo Pascual.
1
JUEVES SANTO
El Jueves Santo, por la tarde, se conmemora la Última Cena del Señor Jesús. En ella Cristo adelantó la entrega de su cuerpo y de su sangre a través del pan y del vino. Así instituye la Sagrada Eucaristía y el orden sacerdotal al mandar a los apóstoles que «hagan esto en conmemoración mía».
Unos momentos antes, recordó el mandamiento del amor en el servicio, a través del lavatorio de los pies de sus discípulos, como podemos leer en el capítulo 13 del Evangelio de san Juan.
Durante la Misa que se celebra en este día, el sacerdote lava los pies de 12 hombres, rememorando el gesto de Jesús. Al final de la misma, se adora el Santísimo Sacramento del altar en un monumento especialmente construido en cada templo para ese momento.
2
VIERNES SANTO
Se recuerda la muerte del Señor en la cruz. Jesús, a las tres de la tarde, inclinando la cabeza frente al Padre, entrega su Espíritu, consumando así la redención del género humano. Es costumbre celebrar un Vía Crucis por las calles de la ciudad para meditar la pasión y muerte de nuestro Señor.
Este día no se oficia Misa. En su lugar, se hace una celebración de la pasión del Señor. En primer lugar se lee en el Evangelio de san Juan todo el relato de la muerte de Jesús. Luego se rezan 10 oraciones por todo el mundo y un gesto de adoración de la santa cruz, para culminar con la distribución de la Sagrada Comunión (consagrada el día anterior).
3
SÁBADO SANTO
En este día, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y su muerte. Se abstiene de celebrar el sacrificio de la Misa, manteniendo desnuda la sagrada mesa hasta que, después de la solemne Vigilia o espera nocturna de la Resurrección, tenga lugar a la alegría pascual.
Durante la noche, asistimos a la Vigila pascual, una Misa muy especial en la que repasamos la historia de nuestra salvación en las lecturas, encendemos y renovamos los cirios, y damos la bienvenida a nuestros nuevos hermanos en Cristo que son bautizados durante la celebración. El momento culminante de esta celebración es la Resurrección de Cristo. Las campanas vuelven a sonar, las luces son encendidas y, unidos, cantamos nuevamente el Gloria y aleluya.
Padre Fabián, Aleteia
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