Heidi Crowter ha logrado poner el foco en una ley que permite abortar a los fetos con síndrome de Down hasta el momento de nacer. Ella está dispuesta a llevar el asunto hasta el Tribunal Supremo del Reino Unido
El Reino Unido cuenta ya con una nueva heroína. Se llama Heidi Crowter y es una joven de 25 años que tiene síndrome de Down.
Junto con Máire Lea-Wilson, cuyo hijo Aidan también tiene síndrome de Down, se enfrentan al gobierno británico que el pasado viernes aprobó la ley que permite el aborto hasta el mismo momento del nacimiento si el feto tiene síndrome de Down.
Heidi lleva meses luchando para que frenar esta ley. Su argumento es claro: es una ley «discriminatoria y estigmatiza a las personas con discapacidad». La edición inglesa de Aleteia publicó un artículo sobre ella el pasado mes de mayo.
Los jueces del Tribunal de Apelación de Inglaterra y Gales, sin embargo, desestimaron el recurso. Esto hace que la ley siga vigente.
Angustiada
Al conocer la resolución, Heidi manifestó sentirse «absolutamente angustiada».
Las personas como ella, condenadas a la «extinción»
Dado que la legislación permitirá el aborto de cualquier bebé que presente síndrome de Down en cualquier etapa del embarazo, la joven dijo al diario The Guardian que esto le hacía sentir que las personas como ella debían ser «extinguidas».
Heidi es activa en las redes sociales y su postura ha generado que hasta los mismos jueces que han emitido la sentencia se vean en una situación cuando menos incómoda. Lord Justice Underhill, Lady Justice Thirlwall y Lord Justice Peter Jackson quisieron aclarar que esta ley no interfería con los derechos de los «discapacitados vivos».
Algo chirría en la decisión judicial cuando estos mismos jueces reconocen en su texto:
«El tribunal reconoce que muchas personas con síndrome de Down y otras discapacidades se sentirán molestas y ofendidas por el hecho de que un diagnóstico de discapacidad grave durante el embarazo sea tratado por la ley como una justificación para la interrupción del embarazo, y que pueden considerar que implica que sus propias vidas tienen menos valor».
La ley actual de Inglaterra, Gales y Escocia permite el aborto hasta la semana 24 del embarazo. Pero además aprueba que se practique hasta el momento del nacimiento en los casos en que exista un «riesgo sustancial», «cuando el bebé que naciera sufriera de alguna anomalía física o mental o tuviera alguna minusvalía grave». Esta frase se convierte, en la práctica, en una licencia para matar a todos los fetos con síndrome de Down.
Acudirá al Tribunal Supremo
Heidi Crowter se mostró triste en un primer momento pero ha decidido que, pese a este fracaso, su lucha no ha acabado. La joven piensa llevar el caso al Tribunal Supremo.
Además, ha publicado el libro «I’m just Heidi» y hace presentaciones y conferencias.
En declaraciones a la cadena Sky News dijo que toda su batalla no ha caído en saco roto, porque muchas personas han descubierto la necesidad de proteger al bebé durante el embarazo y más concretamente a los niños con síndrome de Down cuando todavía están en el vientre de su madre.
Su testimonio de batalla contra la injusticia ha logrado, dice ella misma, «informar y cambiar los corazones y mentes y cambiado las opiniones de la gente sobre la ley».
El pasado viernes día 25, día del fallo del tribunal, dejó claro que quiere seguir defendiendo la vida de los fetos con síndrome de Down.
«Seguiremos luchando activamente. Lo siguiente, el Tribunal Supremo… hasta que encontremos un juez que MIRE a las personas discapacitadas.»
Dolors Massot, Aleteia
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