A la derecha, Peter en su etapa transgénero. A la izquierda, tras abandonar esta vida, aunque viviendo con las consecuencias de la operación quirúrgica
“Vamos a tener hospitales de salud mentales llenos teniendo que tratar a todos esos niños (trans) que decidan que son transgénero a medida que crecen. El NHS (sistema de salud británico) tendrá una gran responsabilidad sobre lo que está sucediendo. Estoy muy preocupado”. Estas palabras han sido pronunciadas por Peter Benjamin, un hombre extransexual que se llegó a realizar una operación de reasignación de sexo y que ahora admite que toda esta transición ha sido un error. Pero por el camino ha quedado mutilado para siempre. Y su caso no es el único.
Este ex militar de 60 años y que tenía numerosos problemas psicológicos como depresión, ansiedad así como altas dosis de consumo de alcohol critica ahora que no encontró ningún tipo de obstáculo a la hora realizar el cambio de sexo.
La muerte de su tercera esposa, el detonante
Peter, padre de dos hijos ya adultos, se ve a sí mismo como víctima de un asesoramiento psicológico inadecuado que condujo a su transición médica con operación incluida. Se casó en tres ocasiones y fue tras la muerte de su tercera esposa cuando se hizo transgénero.
Peter, a la edad de 17 años
En una entrevista en The Sun, Peter relata que en aquel momento el psiquiatra que le trató concluyó que no tenía problemas médicos subyacentes que merecieran un análisis más profundo. Así que decidió seguir adelante.
Ansiedad, depresión y mucho alcohol...
Sin embargo, en ese momento su realidad era muy precaria –recuerda- pues “estaba bebiendo mucho, sufría ansiedad, depresión y sufrí un colapso completo después de la muerte de mi esposa, y nada de esto fue recogido por el psiquiatra”.
Además, este hombre cuenta que asistió a un grupo de apoyo para personas transgénero donde le dijeron simplemente que en realidad era una mujer y le animaron a “continuar por este camino”. Nadie le advirtió de lo que en realidad iba a hacer.
Operación a cargo del erario público
En primer lugar, Peter Benjamin empezó a tomar hormonas de vendedores sin licencia y a leer páginas webs sobre transexualidad mientras se vestía como una mujer. Después se hizo llamar Victoria. Finalmente, en 2015 fue operado y le extirparon los genitales masculinos para la reasignación de sexo. Él mismo afirma que el NHS (sistema de salud británico) pagó 10.000 libras a un hospital privado de Londres para que le realizara la operación quirúrgica.
Confiesa que se sintió “eufórico” inmediatamente después de la operación. Pero pronto empezó a sentir gran frustración al experimentar una soledad mayor de la que tenía antes y que todo lo que le habían dicho que sentiría en realidad no era así.
Se percató que aunque vestía como una mujer y se había operado para intentar serlo no se parecía en nada a una. En vez de tener más amigas, tal y como esperaba, se veía cada vez más solo.
"No podía soportar más ser transgénero"
“Mis niveles de ansiedad eran altísimos. Iba a ver al médico por todo tipo de problemas. Bebía porque no podía soportar más ser transgénero. Tenía que salir de eso”. Y ante la falta de ayuda psiquiátrica tras la operación y tras mucho sufrimiento decidió intentar revertir la situación hacia su sexo biológico. Sin embargo, tuvo que aceptar las consecuencias físicas de la decisión que tomó años antes y que los especialistas ni cuestionaron ni impidieron.
Ya de nuevo como Peter Benjamin, este hombre afirma sentirse en paz y tranquilo al haber encontrado también un hogar en la Iglesia.
"Una advertencia inquietante a la sociedad"
“Todo el travestismo, todo lo transgénero se ha ido ya de mi vida, ha desaparecido completamente”, afirma este hombre de 60 años, que reconoce sentirse “mucho mejor conmigo mismo”. Según asegura, ha vuelto "a ser quien era antes y así es como voy a vivir mi vida ahora”.
Por su parte, Andrea Williams, directora del Christian Legal Centre, afirma que “es trágico que un hombre tan vulnerable reciba una operación que cambia la vida, irreversible y finalmente devastadora, sin que sus profundos problemas de salud mental se aborden adecuadamente”.
Esta organización está considerando acciones legales en nombre de Benjamin y recuerda que la experiencia de este hombre “representa una advertencia profunda e inquietante para nuestra sociedad, ya que se dice que la respuesta a la confusión de identidad de género profundamente arraigada es la prescripción de hormonas y la cirugía radical”.
J.Lozano / ReL
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