jueves, 5 de julio de 2018

¿Qué tiene la papa peruana que supera a la patata común?

En los Andes de Perú se cultivan unas papas multicolores capaces de combatir dos problemas graves de salud

Rojas, negras, moradas, amarillas o anaranjadas… En Perú se cultivan más de 3000 variedades de patatas, especialmente en los Andes. Se diferencian de la común por su diversidad de formas, colores y sabores, así como por tener superiores cualidades nutricionales.
Presentan la particularidad de que se cultivan a más de 3.200 metros sobre el nivel del mar y están en su mayoría en manos de pequeños agricultores.
En muchos países y a lo largo de la historia, la papa contribuye y a contribuido a mejorar la nutrición de la población más vulnerable. 
Desafortunadamente, en muchos casos, los cultivos han sido remplazados por los de otras variedades más comerciales por lo que prácticamente han desaparecido no solo de los mercados, sino también de los hábitos de consumo de las poblaciones rurales y más aún de las urbanas.
Por falta de información y educación nutricional, los consumidores no suelen comprar estas patatas de colores. Piensan que no son buenas o que tiene una baja calidad. Sin embargo el consumo de estas variedades de tubérculos puede aportar un beneficio nutricional importante y, por otra parte contribuiría a un aumento de los ingresos de los agricultores locales.

Contra la anemia y la desnutrición

Según el Ministerio de Salud de Perú el 43,5% de los niños, de 6 a 35 meses, sufre de anemia. Estamos hablando de que 620.000 niños menores de 3 años son anémicos y que 410 mil niños menores de 5 años presentan desnutrición crónica. 
Para hacer frente a esta situación el Ministerio de Salud realizó una campaña de concientización basada en una mejora de la alimentación de la población a base del consumo de papas nativas, entre otros alimentos. Así, entre el 2016 y el 2017, se logró disminuir los índices anémicos de la población, de 43,8% a 32,4 %.
Para continuar en ese camino es necesario el esfuerzo de las familias y del personal sanitario para lograr una buena educación alimentaria. No solo se ha de priorizar el consumo de los alimentos ricos en hierro como las carnes, hígado y legumbres. La lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y el suplemento de hierro recetado por un médico a bebés y a las madres embarazadas es fundamental para prevenir la anemia y la desnutrición.

Cada color, unas propiedades

La papa constituye de por sí una buena fuente energética. También aporta proteínas, fibra y minerales. Es un alimento saludable, sin colesterol, libre de sodio, muy rico en vitamina C, de fácil acceso y económico.
Junto a otros alimentos como vegetales, legumbres y carnes puede resultar muy beneficioso para aumentar los niveles hierro en sangre y mejorar la nutrición en aquellos que están bajo peso.
Por otra parte, el color de la papa es un indicador de su valor nutricional. En las papas peruana de colores se observa que su contenido en antioxidantes y otros micronutrientes como el hierro y vitaminas se encuentran en mayor concentración que las comunes. Estos beneficios se observan al ser consumidos con cáscara y mediante cocciones bien realizadas.
  • La papa de color amarillo tiene más vitamina C. Fomenta la absorción de hierro que contiene. Se la suele llamar “tumbay”, “peruavian” y “runtush”.
  • Las de color azul, morada y roja tienen mayor cantidad de hierro y antioxidantes. Se las llama también “leona”, “wencos”, “sumacc soncao”.
Por otra parte, son altamente valoradas por científicos y agricultores por la tolerancia a enfermedades, propiedades organolépticas como sabor y textura y por sus propiedades agrícolas, ya que soportan condiciones adversas como sequías, suelos con baja fertilidad e incluso heladas. 
A pesar de que sabemos que la papa no es un alimento fuente de hierro, si lo es en calorías y demás nutrientes esenciales, por lo que al momento de elegirla es mejor optar por la papa nativa, a la vez que ayudamos a los pequeños productores. Incluirla en la dieta nos ayudará a recuperar nutrientes y calorías necesarias, principalmente en aquellos niños desnutridos.
Mediante la educación responsable a los más pequeños y a embarazadas, junto al compromiso y la perseverancia de todos se puede llevar una alimentación equilibrada, variada, donde además se le de valor a los productos locales y de cercanía, de esta manera se pueden lograr grandes cambios en la salud.
María Eugenia Brun, aleteia 






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