jueves, 25 de diciembre de 2025

10 frases de C.S.Lewis sobre la Navidad para explorar su misterio y su grandeza

 

C.S.Lewis sigue siendo un escritor muy popular, por sus cuentos de Narnia, por sus libros de teología y por sus ensayos culturales firmes y divulgativos

C.S.Lewis sigue siendo un escritor muy popular, por sus cuentos de Narnia, por sus libros de teología y por sus ensayos culturales firmes y divulgativos

C.S.Lewis, el popular autor de Crónicas de Narnia y de Mero Cristianismocontemplaba con asombro religioso y maravilla la Navidad cristiana, mientras le agobiaba sobremanera la Navidad consumista.En un artículo de 1957 titulado "Lo que la Navidad significa para mí", dejó claro que "la idea de que no sólo todos los amigos sino todos los conocidos deberían darse regalos unos a otros, o al menos enviarse postales, es bastante moderna y nos la han impuesto los tenderos".

En una carta personal explicó que él no enviaba postales y que no hacía regalos, excepto a niños.

Añadía que en estas fiestas fatigosas, cuando llegaba el 25 de diciembre, las familias ya no tenían fuerza ni humor para celebrar con cordialidad sino que "parece más bien como si sufrieran una larga enfermedad en la casa". ¿Qué diría de la Navidad aún más consumista del siglo XXI, y del caso concreto de la española, que debido a la fiesta de los Reyes Magos duran socialmente una semana más que las anglosajonas?

Sin embargo, la Navidad sí le inspiraba profundamente a nivel espiritual.

Escribió al menos dos poemas sobre Navidad: "La Natividad" "El cambio de la marea". Repetía que el nacimiento de Jesús fue "el evento central de la historia en la Tierra" y que la Encarnación, que Dios se hiciera niño, tomando la debilidad de la carne humana, era "el Gran Milagro". Y trató de expresarlo en varios de sus libros, tanto en el ciclo de cuentos de Narnia como en sus reflexiones teológicas. Lo mostramos aquí con una selección de 10 frases.

1. "Una vez en nuestro mundo, un establo tuvo algo dentro que era más grande que todo nuestro mundo"

Lo leemos en La Última Batalla, el libro final de las Crónicas de Narnia, cuando lo que parecen luchas entre facciones desembocan en un final cósmico. Cae el escenario del mundo, y se revela la grandeza de su Autor, escondido bajo lo humilde.

2. “El Hijo de Dios se hizo hombre para permitir a los hombres llegar a ser hijos de Dios"

Lo escribe así en su libro clásico de presentación de la creencia cristiana, Mero cristianismo, que nació como unas charlas radiofónicas durante la Segunda Guerra Mundial. En realidad es un eco de lo que dicen los teólogos clásicos, incluso en el Catecismo de la Iglesia Católica en el párrafo 460. "Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios", decía San Atanasio de Alejandría en De Incarnatione, 54. "El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres", proclamaba Santo Tomás de Aquino, como se lee en la festividad del Corpus.

3. "En la historia cristiana, Dios desciende para re-ascender. Él baja. De las alturas del Ser Absoluto, baja al tiempo y al espacio, abajo, con la humanidad”

Lo escribió en Los milagros, libro de 1947, revisado en 1960. En él criticaba los dogmas del naturalismo (la doctrina que pontifica que sólo existe lo que se rige por las leyes de la naturaleza, materia y energía). La Encarnación era para él la entrada del Autor del mundo, desde fuera del mundo, hacia dentro del mundo.

4. "El Ser Eterno, que todo lo sabe y que creó el universo entero, se hizo no sólo un hombre sino, antes, un bebé, y antes de eso, un feto dentro del cuerpo de una mujer... Si quieres reflexionar sobre ello, piensa si te gustaría convertirte en una babosa o un cangrejo".

Es otra de sus reflexiones en Mero cristianismo, libro dirigido a personas que no han pensado mucho antes en la fe. Recuerda que la Encarnación implica un abajamiento en dignidad. En otras obras como Cartas del diablo a su sobrino recuerda que podría ser que los demonios, seres de puro espíritu e intelecto, se hubieran rebelado contra Dios precisamente por desprecio a la carne y la materia, y a la idea de que Dios mismo se encarnara, o de que creara a los hombres, espíritus encarnados.

5. "Dios podría, si así lo hubiera querido, haberse encarnado en un hombre de nervios de acero, el tipo de estoico que no deja que se le escape ni un suspiro. En su gran humildad, Él escogió encarnarse en un hombre de sensibilidad delicada, que sollozó en la tumba de Lázaro y sudó sangre en Getsemaní"

Esta frase la usó en una carta de su correspondencia personal, insistiendo en la necesidad de aceptar la plena humanidad de Cristo, también con sensibilidad y sentimientos.

6. "Algunos dibujos de Papá Noel en nuestro mundo le hacen parecer sólo alegre y risueño. Pero ahora que los niños se paraban a mirarlo en la realidad, no lo veían así. Era tan grande, y tan alegre y tan real, que todos se quedaron bastante quietos. Sentían alegría, pero también solemnidad".

Así es como ven los niños Pevensie a Papá Noel en medio de sus aventuras invernales en Narnia, donde una bruja malvada ha cubierto de nieve y ventiscas la tierra. "Siempre es invierno, pero nunca Navidad", dicen, contundentes, los narnianos que sufren su tiranía. Pero con la aparición de Papá Noel, todo cambia. Como el León Áslan, como el río, como el mar, como Júpiter, hay en él algo a la vez solemne y jovial. Hay alegría en el Niño Dios, pero también reconocimiento de su realeza y poderío.

7. "Mi hermano escuchó a una mujer en el autobús decir, cuando el bus pasaba junto a una iglesia con un pesebre fuera: 'quieren meter la religión en todo, fíjese, ahora ¡incluso en la Navidad!'"

Lewis escribió esto en una carta personal en los años 50 o 60; ¿qué habría escuchado en nuestros días? En una encuesta inglesa de 2012, nueve de cada diez encuestados sabían que María puso a Jesús en un pesebre, pero sólo uno de cada diez sabía que los Reyes Magos viajaron desde Oriente siguiendo una estrella hasta Jerusalén (en Inglaterra saben poco de los Reyes Magos).

8. "Y entonces gritó: '¡Feliz Navidad, larga vida al verdadero Rey!' Y él y el reno desaparecieron de la vista antes de que nadie se diera cuenta"

Este grito de Papá Noel en el primer libro de Narnia es hoy tan subversivo como la rebelión de los niños Pevensie y los narnianos contra la tiranía de la Bruja Blanca. Celebrar la Navidad implica celebrar también la realeza del Niño. Al reconocer a nuestro verdadero Señor, podemos alzarnos y desafiar a los falsos señores y tiranuelos que nos intentan oprimir, adormecer y esclavizar.

En la película la alusión es mucho más débil: "Larga vida a Áslan, y feliz Navidad"; Áslan es el verdadero rey de Narnia. Pero la película no se atreve a decir, como Papá Noel en el libro: "larga vida al verdadero Rey"

9. "Fue hermoso en dos o tres noches seguidas en los Días Santos ver a Venus y Iove (Júpiter), brillando el uno al otro, con la Luna justo entre ellos: Majestad y Amor enlazados por la Virginidad, ¿qué podría ser más apropiado?"

Este párrafo de una carta personal refleja su interés por la simbología literaria de los planetas, que toma de la tradición medieval que él estudiaba y que usó en su Trilogía de Ransom o Trilogía del Espacio, pero también, más sutil, en Narnia, como estudió Michael Ward, antiguo clérigo anglicano, hoy católico.

En 2020 hemos visto en Navidad otra conjunción: Saturno (símbolo de destrucción y cambio) y Júpiter (símbolo de realeza) juntos como si fueran una sola gran estrella. Hay varias teorías sobre qué fue "la estrella de Belén", pero la Iglesia tiene claro que en el Niño Jesús se encuentra la Divinidad del Cielo con la fragilidad de la carne humana y terrenal.

10. "Encontramos en nuestro Libro [anglicano] de Oración que el Salmo 110 es uno de los designados para el Día de Navidad. Quizá al principio esto nos sorprenda. No hay nada en él sobre paz y buena voluntad, nada que remotamente nos sugiera al establo de Belén... La noticia no es 'paz y buena voluntad' sino: "cuidado, ¡ya viene!"

Lewis escribió esto en sus “Reflexiones sobre los salmos". Efectivamente, es un salmo que probablemente inquietó al cruel rey Herodes el Grande, siempre buscando conspiradores contra él ("quebrantará a los reyes en el día de su ira"):

El Señor dijo a mi Señor:

Siéntate a mi diestra,

Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

El Señor enviará desde Sion la vara de tu poder;

Domina en medio de tus enemigos.

Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder,

En la hermosura de la santidad.

Desde el seno de la aurora

Tienes tú el rocío de tu juventud.

Juró el Señor y no se arrepentirá:

Tú eres sacerdote para siempre

Según el orden de Melquisedec.

El Señor está a tu diestra;

Quebrantará a los reyes en el día de su ira.

Cuando se reza con el Salmo, salen sus significados navideños. "Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder" se prefigura, paradójicamente, en los pastores que llevan sus regalos al Niño.

"La hermosura de la santidad", "el seno de la aurora", "el rocío de tu juventud", apuntan al Niño, su hermosura infantil que promete un amanecer de bien y belleza.

Como sucede a menudo en Lewis y también en Chesterton y Tolkien, lo aparentemente pequeño y débil es en realidad fuerte y transformador. Ésa es, una y otra vez, una de las enseñanzas perennes de la Navidad, una temporada que inspiró a con fuerza a los tres grandes escritores.

Pablo J. Ginés/ReL

Vea  también    Navidad y Adoración 
(lea todo el texto, le ayudará mucho)




miércoles, 24 de diciembre de 2025

Así fue el nacimiento de Jesús en Belén, según las visiones de la beata Ana Catalina Emmerich

Escena al inicio de la película 'Ben Hur' (1959) de William Wyler, cuando los Reyes Magos miran en la cueva de Belén.

Escena al inicio de la película 'Ben Hur' (1959) de William Wyler, cuando los Reyes Magos miran en la cueva de Belén.

“El resplandor en torno a la Santísima Virgen se hacía cada vez mayor y ya no se veía la luz de la lámpara que había encendido José. La Santísima Virgen estaba vuelta a Oriente y arrodillada sobre su colcha de dormir, con su amplio vestido suelto y extendido en torno a ella”.

Este fue el momento justamente previo a que la Virgen María diera a luz a Cristo, el Salvador, tal y como lo relató la beata Ana Catalina Emmerich, que recibió el don especial para revelar cómo fue la vida de Jesús y la propia María a través de lo que ella llamaba “cuadros”, una especie de fotogramas que veía al mismo tiempo que se producían estos acontecimientos históricos.

Las visiones de una beata que tuvo los estigmas de la Pasión

Esta religiosa alemana, declarada beata, sufrió los estigmas de Jesús y se alimentaba únicamente de la Eucaristía. Esta humilde mujer nació a finales de siglo XVIII y aunque sus visiones no son dogma de fe, la Iglesia considera particulares de gran valor para acercarse, en este caso, a la figura de la Virgen. Durante un largo tiempo el escritor Clemente Brentano fue recogiendo de boca de la Emmerich estas visiones y que ahora están publicadas en libros como La vida oculta de la Virgen María y La Amarga Pasión de Cristo.

En su relato, la monja agustina explica con detalle todo lo que vio de este momento clave para la humanidad. Así, recuerda que “a las doce de la noche (la Virgen) se quedó arrobada en oración: la vi elevarse sobre la tierra de modo que podía verse el suelo debajo (…) Entonces ya no vi más el techo de la gruta, y una vía de luz se abrió entre María y lo más alto del Cielo con un resplandor cada vez más alto”.

La Sagrada Familia, en la película 'Natividad' (2006) de Catherine Hardwicke.

Coros de espíritus celestiales

Según explicaba la beata, “en esta vía de luz apareció un maravilloso movimiento de glorias que se interpretaban y se acercaban perceptiblemente en forma de coros de espíritus celestiales”.

Y entonces se produjo el Nacimiento del Mesías, el Señor, pues “la Santísima Virgen, que levitaba en éxtasis, rezaba ahora mirando hacia abajo, al suelo, a su Dios en cuya madre se había convertido, que yacía ante ella en el suelo como un recién nacido desvalido”.

Así vio Ana Catalina Emmerich a Jesús recién nacido: “Vi a Nuestro Salvador como un niño muy pequeño y refulgente cuya luz sobrepasaba la del esplendor circundante, acostado en la manta delante de las rodillas de la Santísima Virgen. Para mí era como si fuera muy pequeñito y se fuera haciendo más grande ante mis ojos. Pero todo esto solo era un movimiento del otro resplandor tan grande, que no puedo decir con seguridad cómo lo he visto”.

El niño, sostenido en brazos por María

Siguiendo con esta visión en la gruta de Belén, cuenta que la Virgen “estuvo así arrobada todavía un rato y vi que le puso al niño un paño, pero no lo tomó en brazos ni lo levantó. Al cabo de un largo rato vi que el niño rebullía y lo oí llorar, y entonces fue como si María volviera en sí: levantó al niñito de la alfombra y lo envolvió en el pañal que le había puesto encima y lo sostuvo en brazos junto a su pecho. Luego se sentó y envolvió completamente al niño en su velo: creo que María daba de mamar al Salvador. Entonces vi en torno a ella ángeles de figura totalmente humana adorando con el rostro en el suelo”.

Un poco después recuerda la humilde monja, a la que gracias a sus indicaciones se hallaron los restos de la casa de la Virgen en Éfeso, que “ya habría pasado más de una hora desde el nacimiento cuando María llamó a José, que todavía estaba en oración. Cuando se acercó, se postró sobre su rostro con fervor, alegría y humildad, y sólo se levantó cuando María le pidió varias veces que lo apretara contra su corazón y diera gracias alegremente por el sagrado regalo del Altísimo. Entonces José se incorporó, recibió en sus brazos al niño Jesús y alabó a Dios con lágrimas de gozo”.

Sumidos en la contemplación

A continuación, prosigue la beata con su visión, “la Santísima Virgen envolvió al niño en pañales. En este momento no recuerdo la forma de envolverlo en pañales, sólo sé que uno era rojo, y sobre él una envoltura blanca hasta debajo de los bracitos y otro pañalito más por arriba hasta la cabecita. María solamente tenía cuatro pañales”.

"Luego vi a María y José sentados en el suelo desnudo con las piernas cruzadas uno junto a otro. No hablaban y parecían sumidos en contemplación. Sobre la alfombra delante de María yacía envuelto como un bebé, Jesús recién nacido, hermoso y radiante como un relámpago. ¡Ay!, pensé, este lugar contiene la salvación del mundo entero y nadie tiene ni la menor idea”, recogía Brentano de labios de la monja alemana.

Después de esto colocaron al Niño en el pesebre, que según Emmerich, “estaba lleno de juncos y hierbas finas y revestido con un cobertor que colgaba por los costados. El pesebre estaba encima del abrevadero de piedra que había a la derecha de la entrada de la cueva”.

María y José lloraban de alegría

Una vez que María y José dejaron ahí al niño, “los dos se quedaron de pie a su lado cantando himnos entre lágrimas de alegría”.

El Misterio de Belén en 'Natividad'.

El gozo de la Creación

El Nacimiento de Cristo recorrió el mundo: “Vi que los corazones de muchas buenas gentes se llenaron de jubiloso anhelo, y los corazones de los malos de gran temor. Muchos animales se movían alegremente, y en muchos lugares vi que las flores se enderezaban y que las hierbas, árboles y arbustos expandían aromas y destilaban bálsamos. Muchas fuentes se hinchieron y brotaron, y en la cueva de la loma al sur de la Cueva del Pesebre brotó una caudalosa fuente a la hora que nació Jesús, que a la mañana siguiente San José enmarcó y la preparó un cauce”.

La llegada de los pastores

A la mañana siguiente llegaron tres mayorales de los pastores a los que el Ángel se les había aparecido aquella noche. “Cuando llamaron tímidamente a la Cueva del Pesebre, San José salió a recibirlos cordialmente. Ellos le dijeron lo que les había anunciado esa noche el ángel, y que venían a adorar al Niño de la Promesa y a regalarle sus pobres dones. José aceptó sus regalos con humilde gratitud e hizo que llevaran los animales a la cueva cuya entrada estaba junto a la puerta Sur de la Cueva del Pesebre, adonde los acompañó”.

Ana Catalina Emmerich prosigue asegurando que José “luego llevó a los tres mayorales a ver a la Santísima Virgen, que estaba junto al pesebre sentada en el suelo encima de una manta con el Niño Jesús en el regazo. Los pastores, con sus cayados en la mano, se hincaron de rodillas humildemente delante de Jesús. Lloraban de alegría y permanecieron mucho rato con gran dulzura y sin palabras. Luego cantaron el himno de alabanza que los ángeles habían cantado esa noche y un salmo que he olvidado. Cuando quisieron despedirse, la Santísima Virgen les puso a uno tras otro el Niño Jesús en brazos. Se lo devolvieron con lágrimas y abandonaron la cueva”.

Artículo publicado originariamente en ReL el 25 de diciembre de 2017.

J. Lozano, ReL

Vea también     Santo Cura de Ars: Sermón sobre el Misterio de la Navidad



martes, 23 de diciembre de 2025

Cinco canciones para contemplar previo a la Navidad

 

Acoustic instrument ornaments
La música puede ser una excelente herramienta para la preparación del alma para vivir la Navidad. Te presentamos estas canciones católicas que te ayudarán a vivir este tiempo

El tiempo de Adviento es tiempo de espera; y por ende, de esperanza. Durante estas semanas, disponemos el corazón para celebrar el nacimiento de nuestro Salvador. Por ello, la contemplación, recogimiento y meditación son esenciales para este tiempo.

A los fines de estimular esta preparación contemplativa, compartimos algunas canciones recientemente estrenadas en las redes de parte de varios artistas católicos.

“Llena de Gracia”Verónica Sanfilippo

Con la producción de Jonatan Narváez, la cantante católica argentina Verónica Sanfilippo canta Llena de Gracia, perteneciente al álbum "A Jesús por María".

En esta canción, Verónica medita sobre la humildad ejemplar de Nuestra Buena Madre y ruega a ella que nos cubra con su manto protector para que en nuestras almas se refleje la alegría del amor de Dios.

Una canción perfecta para comenzar nuestra meditación de cara a la Navidad.

"Ave Maria"Andrea Bocelli

El célebre tenor italiano Andrea Bocelli produjo una versión del Ave Maria con la particularidad de que se trata de una composición propia. Según ha expresado: “No me considero un compositor, sin embargo, soy músico y de vez en cuando las melodías vienen a mi mente, con las armonías esencialmente completas… Una música que golpea a la puerta de mi alma a la que doy agradecida bienvenida y a la que luego doy libertad a través lápiz y papel.”

El texto es litúrgico, en idioma italiano, y el bello video, lleno de piedad, está filmado en el Santuario della Santa Casa di Loreto, con la especial participación de su hija Virginia y de Anastasia Petryshak en violín.

Del cielohakuna

Hakuna, el grupo musical que ha atraído a creyentes y no creyentes estrenó, en 2023, una canción dedicada al nacimiento de Jesús.

Con casi 600 mil oyentes mensuales, esta agrupación de jóvenes españoles propone ir más allá de las luces que iluminan la ciudad, los regalos, e incluso, del calor de hogar cuando se reúne la familia, pues nos recuerdan que, el motivo de esta celebración es el Niño que viene del cielo a traernos salvación; a invitarnos a volver a la inocencia y sencillez.

Cumbia de NavidadItala & Juanjo

Con un ritmo tropical, Itala & Juanjo -un matrimonio católico latinoamericano- a dueto con el padre Miguel Ángel, recuerdan que el motivo de nuestra celebración es que Jesús se hizo hombre para habitar entre nosotros. Además, reflexionan sobre el papel de José y María, que dijeron sí a los planes de Dios.

Con este ritmo alegre, vivimos la alegría de saber que nos ha nacido el Salvador.

Ven Mesías anunciadoJésed

Desde México, el grupo musical Jésed, canta Ven Mesías anunciado, una canción que lleva a la esperanza, pues recuerda que el Salvador está por llegar para traer su paz a nuestros corazones.

Sin duda, su letra se vuelve una plegaria que nos ayudará a ponernos en manos de Dios y decir "Dios que te has encarnado, ven, camina a nuestro lado".

Martín Susnik - Redacción de Aleteia

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