
Tres costumbres de Adviento especialmente significativas
para vivir en familia y prepararse para la llegada de la Navidad.
En medio del ruido que suele marcar diciembre, el Padre
Ignacio Amorós propone tres costumbres sencillas de Adviento para vivir en
familia como caminos concretos para preparar el corazón para la llegada de
Jesús.
En un reciente episodio del podcast Mantita y Fe,
una iniciativa de la Fundación Gospa Arts, el sacerdote del proyecto “Se Buscan
Rebeldes” invitó a vivir este tiempo de Adviento con sentido, esperanza y una
renovada apertura interior.
El Padre Amorós indicó que en un tiempo donde la Navidad se
suele vivir entre el ruido y las compras, es necesario una pausa para regresar
al silencio, la oración y la espera activa, para preparar el corazón para el
misterio de la venida de Dios.
En la conversación, el sacerdote resaltó tres costumbres
de Adviento especialmente significativas para vivir en familia y prepararse
para la llegada de la Navidad.
1) El Belén: contemplar la humildad de Dios
La primera costumbre que recomienda el sacerdote es tener
un Belén o pesebre en casa, aunque sea en un espacio pequeño. Esta
tradición, que se remonta a San Francisco de Asís, permite representar “el día
que cambió el mundo, en esa humildad de una cueva de Belén”.
“A mí me parece que es una costumbre preciosa. Hay muchos
niños, con las familias, que vais a comprar pastorcitos, ovejas, ‘cada año
pongo una más’,me encanta. Yo creo que es una costumbre preciosa y que ayuda
mucho a recordar que tenemos que contemplar ese misterio que nos sobrecoge de
la humildad de Dios en Belén”.
2) La corona de Adviento: esperar a la Luz del mundo
La segunda costumbre es la corona de Adviento,
un signo sencillo pero profundamente cristiano. Está formada por cuatro velas
que se encienden, una cada domingo, y recuerdan que Jesús es la luz del
mundo.
“Es que se acerca la luz del mundo, el que ilumina
nuestra vida. Por eso, es muy bonito, con la corona de Adviento, ir encendiendo
las velas”.
3) El árbol de Navidad: el regalo del amor de Dios
Finalmente, el Padre Amorós recuerda el significado
cristiano del árbol de Navidad. Lejos de ser solo un elemento
decorativo, el árbol remite a Jesucristo como el árbol de la vida, aquel que
nos trae el gran regalo del amor de Dios.
“Nos recuerda que Jesucristo es el árbol de la vida, el
que también nos da el gran regalo del amor de Dios. Por eso ponemos bolas o
presentes, que nos recuerdan el gran regalo de Dios al mundo, que es Jesús”.
Preparar el corazón para la Navidad
Durante el podcast, el sacerdote también resaltó que el
Adviento es un camino interior, un período para ordenar la vida y reencontrarse
con la fe. Además, resaltó la importancia del silencio y la oración para dejar
espacio a lo esencial.
El Padre Amorós invitó a vivir la Navidad con autenticidad,
más allá de la carga social y el consumismo, y recordó pequeños gestos
concretos para transformar el hogar y el corazón durante este tiempo litúrgico.
Harumi Suzuki, churchpop
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