sábado, 13 de diciembre de 2025

5 formas de paliar el «Christmas creep» o navidades prematuras desde un Adviento más espiritual

Cada vez se extiende más la percepción de que el ambiente navideño comienza antes, pero su vivencia espiritual se posterga más con el paso de los años: descubre cómo paliar este fenómeno desde la vivencia del Adviento. 

De no ser por Halloween, la celebración folclórica de la Navidad podría adelantarse hasta el mes de octubre: vivir el Adviento es una de las pocas formas de evitarlo.

De no ser por Halloween, la celebración folclórica de la Navidad podría adelantarse hasta el mes de octubre: vivir el Adviento es una de las pocas formas de evitarlo.

La percepción de que la Navidad comienza cada año de forma más precipitada es, prácticamente, empírica. Estudios y reportajes que analizan la evolución no solo lo corroboran, sino que incluso han bautizado este fenómeno bajo el nombre de Christmas creep -adelanto comercial de la Navidad-. Las luces se encienden antes cada año, los “hits” navideños - liderados por el icónico All I Want For Christmas is You, de Mariah Carey- escalan posiciones en radio desde principios de noviembre, los mercados abren sus puertas con mayor antelación e incluso las compras se adelantan. Hasta el punto es así que los expertos en psicología del consumidor aseguran que, de no existir la “barrera moral” de Halloween, el ambiente navideño se adelantaría al mes de octubre.

Paralelamente, también la cosmovisión cristiana lucha por hacerse un hueco en la pugna, tratando de desvincular la Navidad de una mirada exclusivamente folclórica o comercial y devolverla, con la fe en su cúspide, al lugar y sentido que merecen. Y organizaciones e iniciativas como Scepter consideran que el mejor modo es “echar el freno” y celebrar un Adviento que, lejos de competir con la Navidad, anima a preparar a los fieles para vivirla de forma más sincera y profunda.

A dos semanas de la gran fiesta de Nochebuena, Scepter recuerda que todavía es posible prepararse interiormente para ella con las herramientas que ofrece el Adviento. No son necesarios grandes planes, retiros ambiciosos o una planificación u horario perfectos, tan solo decisiones pequeñas pero perseverantes tomadas desde la fe, la esperanza y la devoción:

1. Elige un ancla de oración pequeña

No necesitas reestructurar toda tu rutina. Empieza con algo pequeño y repetible: un breve ofrecimiento de obras por la mañana, un Ave María en el coche, encender una vela antes de dormir.

Tiempo para Dios de Jacques Philippe es una de las guías más alentadoras y realistas para desarrollar un hábito diario de oración sin presión ni culpa. Incluso un par de páginas pueden redefinir tu enfoque para toda la temporada.

2. Haz del silencio una “pausa”, no un proyecto

El silencio no tiene que ser largo para ser significativo. Intenta incluir 30 segundos de silencio en tu día: antes de mirar el teléfono, antes de empezar una tarea o después de terminarla.

Piensa en ello como si pisaras el freno, lo justo para recordarle a tu corazón por qué esta temporada es importante. Esas pausas se acumulan y suavizan el ritmo de todo lo demás.

3. Elige una cosa a la que decir “no” (y una cosa a la que decir “sí”)

El Adviento nos invita a hacer espacio. Y hacer espacio suele significar elegir intencionalmente.

• Quizás digas no a un evento más o a una noche más de trasnochar.

• Y dices sí a un paseo, a una hora santa, a escribir lentamente y con oración una tarjeta navideña o a leer unas páginas de un libro espiritual.

Si buscas algo que te guíe para decir “sí”, el volumen En conversación con Dios, Adviento y Navidad, está pensado perfectamente para estas semanas, con reflexiones breves y enriquecedoras que se adaptan a días ocupados.

4. Deja que la Escritura marque el tono

Elige un pasaje de Adviento y reflexiona sobre él toda la semana. No le des demasiadas vueltas, simplemente revísalo una y otra vez.

Algunas sugerencias:

• Isaías 9:1–6

• Lucas 1:26–38

• Romanos 13:11–14

Escríbelo en una nota adhesiva, ponlo en tu pantalla o guárdalo en tu agenda. Deja que sea la voz que se distinga del ruido.

5. Prepara tu corazón a través de pequeños actos de generosidad

El Adviento refleja la generosidad de Dios: silenciosa, constante, a veces oculta. Busca una manera sencilla cada día de imitar esa generosidad: una palabra amable, una tarea discreta, un pequeño sacrificio, un sí paciente.

Incluso los actos más pequeños transforman el corazón y nos preparan para la alegría de la Navidad más que cualquier otra cosa.

ReL

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Trump se convierte en el primer presidente estadounidense en emitir un mensaje oficial por la Inmaculada Concepción


 

Mensaje presidencial con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción

Hoy, reconozco a todos los estadounidenses que celebran el 8 de diciembre como un día sagrado en honor a la fe, la humildad y el amor de María, madre de Jesús y una de las figuras más importantes de la Biblia.

En la fiesta de la Inmaculada Concepción, los católicos celebran lo que creen que es la libertad de María del pecado original como madre de Dios. Ella entró por primera vez en la historia como una joven cuando, según las Sagradas Escrituras, el ángel Gabriel la saludó en el pueblo de Nazaret con la noticia de un milagro: «¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo», anunciándole que «concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús».

En uno de los actos más profundos y trascendentales de la historia, María aceptó heroicamente la voluntad de Dios con confianza y humildad: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». La decisión de María cambió para siempre el curso de la humanidad. Nueve meses después, Dios se hizo hombre cuando María dio a luz a un hijo, Jesús, que ofrecería su vida en la cruz para la redención de los pecados y la salvación del mundo.

Durante casi 250 años, María ha desempeñado un papel destacado en nuestra gran historia americana. En 1792, menos de una década después del final de la Guerra de la Independencia, el obispo John Carroll, primer obispo católico de Estados Unidos y primo del firmante de la Declaración de Independencia Charles Carroll, consagró nuestra joven nación a la madre de Cristo. Menos de un cuarto de siglo después, los católicos atribuyeron a María la impresionante victoria del general Andrew Jackson sobre los británicos en la decisiva batalla de Nueva Orleans. Cada año, los católicos celebran una misa de acción de gracias en Nueva Orleans el 8 de enero en memoria de la ayuda de María para salvar la ciudad.

A lo largo de los siglos, leyendas estadounidenses como Elizabeth Ann Seton, Frances Xavier Cabrini y Fulton Sheen, que dedicaron sus vidas a glorificar a Dios al servicio de los demás, han profesado una profunda devoción a María. La Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, situada en el corazón de la capital de nuestra nación, honra a María como la iglesia más grande de América del Norte. El himno atemporal «Ave María» sigue siendo muy querido por innumerables ciudadanos. Ella ha inspirado la creación de innumerables iglesias, hospitales y escuelas. Casi 50 colegios y universidades estadounidenses llevan el nombre de María. Y, dentro de unos días, el 12 de diciembre, los católicos de Estados Unidos y México celebrarán la inquebrantable devoción a María que se originó en el corazón de México, lugar que ahora alberga la hermosa Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en 1531. Al acercarnos a los 250 años de la gloriosa independencia estadounidense, reconocemos y damos gracias, con total gratitud, por el papel de María en la promoción de la paz, la esperanza y el amor en Estados Unidos y más allá de nuestras costas.

Hace más de un siglo, en plena Primera Guerra Mundial, el papa Benedicto XV, líder de la Iglesia católica romana, encargó y dedicó una majestuosa imagen de María, Reina de la Paz, con el niño Jesús en brazos y una rama de olivo, para animar a los fieles cristianos a seguir su ejemplo de paz y rezar por el fin de la horrible matanza. Apenas unos meses después, la Primera Guerra Mundial llegó a su fin. Hoy, volvemos a mirar a María en busca de inspiración y aliento, mientras rezamos por el fin de la guerra y por una nueva y duradera era de paz, prosperidad y armonía en Europa y en todo el mundo.

En su honor, y en un día tan especial para nuestros ciudadanos católicos, recordamos las palabras sagradas que han brindado ayuda, consuelo y apoyo a generaciones de creyentes estadounidenses en tiempos de necesidad:

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.




Adviento en casa: rutina para preparar el corazón y el hogar

 

Adviento y Navidad en familia
Y si te decimos, que hay una rutina sencilla que puedes poner en práctica este Adviento para preparar tu corazón y que en tu hogar se respire un ambiente de paz

El Adviento significa preparación y esa preparación no solo se lleva a cabo en la misa dominical. También se vive en la rutina diaria, en cada espacio del hogar, en los pequeños momentos de reflexión que nos recuerdan que estamos en el camino de la esperanza hacia la llegada de Jesús al portal de nuestro corazón. 

Preparación con sentido

Navidad- Adviento

Así como un deportista se prepara para una competencia importante, un estudiante para ser un buen profesionista. Así también es necesario prepararnos y especialmente de corazón para la llegada de Jesús a nuestro corazón.

El padre Miguel Ángel de los Monteros, nos exhorta a no distraernos en otros asuntos que puedan quitar nuestra mirada del Adviento, como tener comprados todos los regalos, la cena, las posadas y muchas cosas más que nos puedan alejar de Jesús. 

Y añadió que "ese tipo de cosas las podemos preparar incluso horas antes de la cena de Navidad, pero el corazón no se prepara de última hora". Presta atención, porque aquí te compartiremos algunas actividades que puedes implementar en tu día a día.

1Coloca un nacimiento en tu hogar

Dedica un espacio especial para colocar un Belén. Hazlo en familia y así podrán compartir el significado de la representación del nacimiento del niño Jesús. 

Puedes explicar que el primero en llevar a cabo esta tradición fue san Francisco de Asís en Greccio, Italia, en la Navidad de 1223. 

Además pueden utilizar este espacio para acercarse y orar delante del Belén, mientras que pueden hacer alguna meditación sobre el Adviento o leer un pasaje de la Biblia, respecto a esta temporada.

2Proponte leer el Evangelio

"El Evangelio de san Lucas tiene 24 capítulos y es donde más se habla de la infancia de Jesús, porque no comenzar desde el primer domingo de Adviento a leerlo?" Comentó el padre Miguel Ángel. 

Explicó que podemos leer un capítulo diario y de esta manera cuando llegue la Navidad, habremos terminado el Evangelio y conocido de primera mano desde la anunciación, hasta su infancia y vida de predicador. 

3Ir a misa entre semana

Durante este Adviento puedes proponerte ir a misa, no solo los domingos, sino también entre semana y si puedes todos los días ¡que mejor Esto irá ejercitando, abriendo y fortaleciendo nuestro corazón para cuando nazca el Salvador.

4Asiste a una Hora Santa

Este tiempo también puedes hacerlo especial acudiendo a hacer pequeñas visitas al Santísimo durante la semana por lo menos unos minutos o bien, asiste a una Hora Santa. Todos los jueves son eucarísticos por lo tanto siempre hay Hora Santa, ¡no te lo pierdas!

5Acude a la confesión

confesión

Acudir al sacramento de la reconciliación debe ser siempre una prioridad, pero ahora que estamos en este camino de preparación, que gran forma de confesarse y así poder prepararnos para recibir el Cuerpo de Cristo. 

6Lectura espiritual

Existen devocionarios o libros con reflexiones particulares para esta temporada del año que pueden ayudarte a centrarte en este tiempo litúrgico de forma especial. 

7Adviento con propósito

Como ves, prepararte para el nacimiento de Jesús puede ser una gran oportunidad para acrecentar nuestra espiritual con hábitos semanales que nos ayudarán profundamente y esta Navidad harán la diferencia. 

Karen Hutch, Aleteia

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