lunes, 29 de diciembre de 2025

La diputada Päivi Räsänen da gracias a Dios: «Porque has utilizado mi persecución para tu gloria»

La ex ministra del Interior finlandesa está perseguida judicialmente por «delito de odio» por citar a San Pablo.

La finlandesa Päivi Räsänen (n. 1959), diputada y ex ministra del Interior (2011-2015), vive desde 2019 un calvario de procesos por 'delito de odio' por citar la Biblia.

La finlandesa Päivi Räsänen (n. 1959), diputada y ex ministra del Interior (2011-2015), vive desde 2019 un calvario de procesos por 'delito de odio' por citar la Biblia.

No es agradable ser juzgada por compartir unos versículos de la Biblia en las redes sociales. Pero en estos seis años de interrogatorios y audiencias, la política finlandesa Päivi Räsänen ha tenido la bendición de hacer miles de nuevos amigos y de tener oportunidades impensables para dar testimonio de Dios.

Ella misma lo recuerda en los tradicionales Te Deum Laudamus (acción de gracias a Dios por lo sucedido en el año que termina) que publica, como en cada número de diciembre, la revista Tempi:

En 2019 tuve que enfrentarme a una investigación penal por compartir en redes sociales una captura de pantalla de la Biblia (versículos 24-27 del capítulo 1 de la Carta a los Romanos). 

Carta de San Pablo a los Romanos 1, 24-27

"Por lo cual Dios los entregó a las apetencias de su corazón, a una impureza tal que degradaron sus propios cuerpos; es decir, cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y dando culto a la criatura y no al Creador, el cual es bendito por siempre. Amén. Por esto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por otras contrarias a la naturaleza; de igual modo los hombres, abandonando las relaciones naturales con la mujer, se abrasaron en sus deseos, unos de otros, cometiendo la infamia de las relaciones de hombres con hombres y recibiendo en sí mismos el pago merecido por su extravío". 

Las autoridades me acusaron de "discurso de odio" por expresar lo que la Biblia enseña sobre el matrimonio y la identidad humana. Fui acusada de "instigación contra una minoría", un delito que conlleva potencialmente una pena de prisión. Afortunadamente, la fiscalía nunca solicitó que me encarcelaran, pero considero que su petición de censura representa una grave amenaza para el derecho a la libertad de expresión en nuestra democracia.

Tras un largo juicio, en 2022 el Tribunal de Distrito me absolvió por unanimidad y, tras la apelación de la acusación, en 2023 el Tribunal de Apelación confirmó esta decisión, declarando que no corresponde a los jueces interpretar la Biblia. 

El caso se encuentra ahora ante el Tribunal Supremo, pero durante todo este proceso he mantenido mi convicción de que la libertad de expresión y la libertad de religión deben proteger a todos, incluidos aquellos que aún hoy conservan la visión cristiana tradicional del matrimonio. Pero mi camino con Cristo comenzó hace décadas.

La cárcel, el mal y la gracia

"¿Amas a Jesús?". Es la pregunta que una niña de cinco años, al volver a casa de la escuela dominical, le hizo al director de la cárcel, al que había parado mientras pasaba en bicicleta. No se puede ir al cielo si no se cree en Jesús, continuó la pequeña. El hombre, desconcertado, se puso en contacto con la madre de la niña y le pidió que considerara la posibilidad de sacarla de la escuela dominical, antes de que perdiera completamente la cabeza. La madre dejó que la niña siguiera asistiendo a la escuela dominical.

Fue mi madre quien me contó este episodio de mi infancia. Vivíamos cerca de una prisión porque mi padre trabajaba allí. No recuerdo ese hecho, pero sí todos los momentos de la escuela dominical que me impactaron. En un entorno como la prisión, los conceptos de pecado, culpa, juicio y gracia en el sacrificio de Jesús eran concretos, y de niña comprendía que tenía en mí la misma capacidad que los presos de hacer el mal. Pensaba que algún día yo también podría acabar en la cárcel. Y recuerdo que sentía una alegría enorme cuando le pedía a Jesús que perdonara mis pecados y me mantuviera a su lado. Jesús escuchó mi oración y ha sido fiel durante todos estos años.

De joven leía las fascinantes historias y advertencias de Jesús sobre los tiempos difíciles que se avecinaban. Él prometía que nos daría las palabras que debíamos decir cuando nos llevaran ante los tribunales y los reyes, y que seríamos sus testigos.

Pasé mi infancia en el este de Finlandia, justo al lado de la frontera soviética. Sabía que, al otro lado de esa frontera bien cerrada, la Biblia era un libro prohibido y que el mero hecho de poseerla podía acarrear problemas. Los cristianos que vivían detrás del Telón de Acero contaron más tarde lo importante que fue que los cristianos finlandeses contrabandeasen Biblias a través de la frontera y apoyasen a los cristianos soviéticos de muchas maneras durante esa época de persecución. Nunca imaginé que algo así pudiera suceder en mi país natal durante mi vida.

El honor de defender la libertad

En otoño de 2019 me encontré en una pequeña sala de interrogatorios de la comisaría. Frente a mí estaba sentado un policía con coleta. Entre nosotros había una Biblia. Me preguntó por el significado de los versículos de Romanos 1 que había citado. ¿Qué entendía yo por pecado? ¿Cuál es el mensaje general de la Carta a los Romanos o de su primer capítulo? ¿Aceptaba borrar mis escritos en un plazo de dos semanas? Respondí que no, que seguiría defendiendo esas enseñanzas de la Biblia, fueran cuales fueran las consecuencias. No me disculparé por lo que dijo el apóstol Pablo.

Me parecía una situación irreal, como si me estuviera viendo a mí misma en una película. ¿Cómo podía suceder algo así en Finlandia, un país modelo de democracia y Estado de derecho? ¿De verdad tenía que presentarme ante un juez para defender mi fe basada en la Biblia? Solo habían pasado unos años desde que había sido supervisora de la misma policía como ministra del Interior. En el Tribunal de Distrito, el interrogatorio continuó. El fiscal sostenía que la visión bíblica del pecado es una incitación al odio y un delito de injurias contra una minoría.

El caso judicial que me afecta lleva ya más de seis años y me ha quitado gran parte de mi tiempo. En estos años he vivido momentos dolorosos. El juicio ha supuesto largos interrogatorios policiales y audiencias en el Tribunal de Distrito y en el Tribunal de Apelación. El 30 de octubre de este año tuve una audiencia oral en el Tribunal Supremo de Finlandia. He obtenido dos absoluciones y espero y rezo para que llegue una tercera, definitiva.

Sin embargo, durante este proceso legal, mi mayor sorpresa ha sido la alegría y las oportunidades que se me han presentado. He ganado mucho más de lo que he perdido. No, ser perseguido no es agradable. Pero después de seis años, puedo ver cómo Dios me ha bendecido con nuevos amigos y oportunidades para dar testimonio de mi fe. Desde el principio sentí profundamente que todo el proceso estaba en manos de Dios y tenía un propósito. He considerado esta batalla como mi vocación. Ha sido un privilegio y un honor defender la libertad de expresar la fe, un derecho fundamental en cualquier Estado democrático. Tengo la bendición del apoyo inquebrantable de mis seres queridos. Mi querido esposo Niilo es pastor y doctor en Teología; tenemos cinco hijos y doce adorables nietos. Todos me han apoyado, animándome a ser fuerte y rezando por mí.

Mensajes de apoyo y conversiones

Dios ha utilizado este caso judicial de muchas maneras milagrosas. Durante el juicio, sentí concretamente el poder de la oración. Sin estas acusaciones, no habría tenido la excepcional oportunidad de dar testimonio de Jesús ante los agentes de policía, en las salas de los tribunales y directamente a las familias finlandesas y al público internacional a través de transmisiones de televisión y conferencias de prensa.

Los miles de mensajes que recibí de todo el mundo, en los que las personas me confiaban cómo Dios, a través de este caso, las había impulsado a orar y a confiar en Su Palabra, me han infundido valor. Algunas de ellas dicen haber encontrado a Cristo, incluidas personas con antecedentes LGBT. Un hombre de 22 años me dijo que no sabía casi nada del cristianismo hasta que escuchó una entrevista en la radio en la que dije: "Si quieres conocer a Jesús, puedes orar; Él entrará en tu vida". Cuando terminó el programa, ese chico se puso a rezar y Jesús entró en su vida. Lleva más de dos años siendo cristiano. Una joven dijo que llegó a la conclusión de que Jesús debía existir realmente cuando vio el telediario que hablaba de mi juicio.

La atención internacional hacia este caso ha sido realmente sorprendente. He concedido entrevistas, he viajado al extranjero para hablar del juicio y he conocido a muchas personas maravillosas. No hay palabras para describir lo agradecida que estoy a todos los hermanos y hermanas en Cristo que me han animado y apoyado durante estos años.

"El designio de Dios ha transformado en bien el mal que ustedes pensaron hacerme, a fin de cumplir lo que hoy se realiza: salvar la vida a un pueblo numeroso". Me vinieron a la mente las palabras de José a sus hermanos (Génesis 50, 20). Nuestro Dios es formidable para convertir el mal en bien.

Este calvario ha aumentado mi confianza en Dios. Dios es fiel a lo que promete en la Biblia. Jesús está vivo y cumple su palabra.

ReL

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domingo, 28 de diciembre de 2025

(VIDEO) Matrimonio cristiano: “El taller donde Dios pule el alma”



Un testimonio que revela cómo la vida matrimonial, vivida con fe y propósito, puede transformar el corazón y convertirse en camino de plenitud

El matrimonio, lejos de ser solo compañía, se convierte en una vocación que pule, transforma y revela el propósito de nuestro Creador. Cuando el matrimonio se vive con Dios al centro, deja de ser un reto y se convierte en propósito.

Guilleermo Arévalo, Aleteia

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Año horrible para los cristianos en Nigeria: yihadistas, milicias fulani, bandidos y criminales

Una mezcla de factores lleva a los cristianos a ser perseguidos y a vivir en un infierno

Un informe señala que 7.000 cristianos fueron masacrados en los primeros 220 días de 2025.

Un informe señala que 7.000 cristianos fueron masacrados en los primeros 220 días de 2025.

El 2025 llega a su fin y la difícil situación de los cristianos que viven en Nigeria sigue siendo muy grave. El año ha puesto de manifiesto lo frágil que es vivir en este país siendo cristiano, incluso cuando los fieles se esfuerzan por sobrevivir con valentía, esperanza y comunidad.

De hecho, en ningún lugar es más visible la crisis de la persecución a los cristianos que en Nigeria, donde grupos islamistas militantes y milicias extremistas de pastores siguen devastando aldeas cristianas, secuestrando a sacerdotes y laicos y destruyendo hogares e iglesias. Pero no es el único factor.

Secuestros masivos contra niños

En una de las últimas muestras de la tragedia, el padre Emmanuel Ezema fue secuestrado el pasado 2 de diciembre en su residencia de la iglesia de San Pedro en Rumi, en el estado de Kaduna, según informó la diócesis de Zaria el 3 de diciembre.

El 21 de noviembre, en uno de los peores casos de secuestros de la historia reciente del país más poblado de África, más de 300 niños fueron secuestrados a punta de pistola, junto con sus profesores, de la escuela católica St. Mary's en Papiri, en el centro de Nigeria. 

Cincuenta lograron escapar y se reunieron con sus familias, y Nigeria consiguió la liberación de otros 100, según informó Reuters el 8 de diciembre.

Sunday Gbazali, padre de 12 hijos, cuyo hijo de 14 años se encontraba entre los secuestrados, declaró a Reuters dos semanas después del secuestro que apenas dormía y que su esposa lloraba constantemente pensando en su hijo.

Funeral de sacerdote en Nigeria.

Funeral de sacerdote en Nigeria.archivo.

En el noreste, especialmente en diócesis como la de Maiduguri, los cristianos viven bajo la amenaza constante de los militantes y los pastores violentos. Como dijo el obispo John Bogna Bakeni de Maiduguri: "Cada día es una gracia... porque nunca sabemos lo que va a pasar en la próxima hora".

"Mientras bandas asesinas continúan sembrando el terror entre ciudadanos indefensos, condenamos firmemente estas atrocidades que han causado una angustia indescriptible. Es motivo de profunda preocupación que varias comunidades predominantemente cristianas, especialmente en las regiones del norte y centro del país, hayan sido objeto de repetidos y brutales ataques, con graves pérdidas", denunció la Conferencia Episcopal.

Los obispos están convencidos de que el aumento de la criminalidad es signo de una profunda crisis institucional y que el Gobierno debe hacer todo lo posible para aumentar la seguridad ciudadana y llevar ante la Justicia a los responsables de crímenes horrendos que corren el riesgo de socavar la cohesión nacional.

Pero también llaman la atención sobre "las persistentes violaciones de los derechos y libertades de las minorías cristianas en varios estados del norte. La negación de terrenos para la construcción de iglesias, en particular, dentro de las instituciones federales, y la destrucción de lugares de culto cristianos, especialmente en el punto álgido de la insurgencia de Boko Haram: son cuestiones que requieren una acción gubernamental urgente y decisiva".

Bulus Dauwa Yohanna, obispo de Kontagora, la diócesis de la Escuela Santa María atacada por bandidos, comentó: "Creo que los bandidos buscan blancos fáciles. Por ejemplo, en el estado de Kebbi, casi todos los musulmanes fueron secuestrados. Por lo tanto, creo que algunos de estos movimientos están compuestos por verdaderos delincuentes que simplemente buscan lucrarse". 

Cifras alarmantes

El 31 de octubre, el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos volvería a designar a Nigeria como "país de especial preocupación" en materia de libertad religiosa y amenazó con suspender la ayuda no humanitaria y tomar "medidas" si el Gobierno nigeriano no actuaba con rapidez para proteger a los cristianos de la violencia extremista.

El último informe del grupo de defensa Intersociety reveló que cada día mueren una media de 32 cristianos en Nigeria. El informe, publicado en agosto, indica que hasta 7.000 cristianos fueron masacrados en todo el país en los primeros 220 días de 2025.

En mayo de 2025, el director para África de Open Doors, Joshua Williams, lo explicaba así en un encuentro de líderes cristianos en Nairobi: en los últimos 15 o 20 años, 19.000 iglesias o capillas han sido atacadas y dañadas en África, y de esas, 15.000 estaban en Nigeria.

Solo el año pasado, más de 3000 cristianos fueron asesinados por su fe y casi la misma cantidad fueron secuestrados. 

Sacerdotes son secuestrados y ejecutados con una frecuencia escalofriante. Aldeas enteras han sido vaciadas. Las iglesias siguen siendo cáscaras quemadas. 

En un artículo reciente, Thomas Edwards destacó el caso de Deborah Samuel. Tenía diecinueve años cuando pidió a sus compañeros de clase que dejaran de convertir un grupo de WhatsApp en un foro de propaganda religiosa. La sacaron a rastras de la custodia policial, la apedrearon y la quemaron viva. Solo dos personas fueron acusadas, y el caso fue desestimado. Un policía incluso se filmó celebrando su asesinato. El caso incluso se comentó en el Europarlamento, sin que llegara a aprobarse una condena explícita.

El padre Sylvester Okechukwu fue atado y recibió un disparo en la cabeza a quemarropa. Dos años antes, el padre John Mark Cheitnum, conocido por su amabilidad, fue ejecutado simplemente porque sus captores temían que caminara demasiado despacio.  

El clero no es el único objetivo. En Kano, una abuela de setenta y cuatro años llamada Bridget Agbahime fue asesinada a golpes por una turba por oponerse al lavado ritual frente a su tienda. Se arrodilló para rezar mientras la mataban.  

El conflicto en Nigeria es multifacético pero detrás de esa complejidad también se esconde la persecución religiosa. Sin embargo, en el noroeste, el bandidaje y la criminalidad alimentan una violencia que no siempre es explícitamente religiosa. 

Boko Haram, por ejemplo, nunca ha ocultado su intención de expulsar a los cristianos de la región. Y en partes del Cinturón Medio, el patrón de ataques es lo suficientemente sistemático como para convencer a los líderes cristianos de que las comunidades cristianas están siendo desestabilizadas deliberadamente y, en algunos casos, expulsadas de sus tierras.

ReL

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Cómo evitar un suicidio: las propuestas de un experto

 

Przygnębiona kobieta w zaciemnionym pokoju
Las propuestas del responsable de la Unidad Móvil de Atención en Crisis del Centro de Humanización de la Salud San Camilo

Es posible evitar un suicidio. Lo saben los que cada mañana agradecen con fuerza poder dar los buenos días a un familiar al que apoyaron cuando pasaba un mal momento. Y tantos profesionales dedicados a acompañar a personas que se autolesionan o tratan de quitarse la vida.

¿Pero cómo detener a una persona que ha determinado matarse? 

Seguramente cada caso es un mundo, pero algunas cosas le han funcionado al responsable de la Unidad Móvil de Atención en Crisis del Centro de Humanización de la Salud San Camilo de Madrid, Valentín Rodil. 

Él compartió su experiencia en el taller “El suicidio, de la rendición a la lucha por la vida”, el pasado mes de noviembre en el arzobispado de Madrid.

Para Rodil, el elemento central para prevenir un suicidio, tanto en jóvenes como en mayores, es el vínculo afectivo. La conversación, la escucha, el respeto, la cercanía y la comunidad ayudan a evitar una muerte así.

Cercanía

Ante la posibilidad de un suicidio, Rodil invita a responder con cercanía, expresada en “una palabra, un gesto, la disponibilidad de alguien para escuchar sin juzgar”.

Es importante “aprender el idioma” de quien piensa en el suicidio para poder ayudarle a tomar conciencia de su situación y de las cosas buenas de su vida.

Si la persona que desea morir no quiere ser ayudada, “no nos olvidamos del tema; lo respetamos y, además, se lo decimos”, propone, para “mantener la comunicación abierta”.

En su opinión, la ayuda a alguien para que desista de suicidarse “no se puede afrontar solo: es demasiada carga y además te puede fallar el juicio”.

“Algo me mata por dentro”

Rodil, que es psicólogo y teólogo, compartió en el taller un audio de una chica de 20 años que explicaba su experiencia:

“Soy invisible, necesito ayuda, algo me mata por dentro…; pensé 'o salgo ahora mismo de clase, o reviento y no vuelvo a casa'; fui a Orientación y la chica de repente me abrazó y me estuvo escuchando como dos horas, fue como si llevara una mochila llena de piedras y alguien me la sujetara por un ratito”.

La escalera de la conducta suicida

Rodil también habló de una “escalera de la conducta suicida” con varios escalones:

1. La representación suicida: “No estoy bien, yo ya para qué estoy aquí”

2. La idea suicida: “Y si yo…”, es decir, alojar esa representación que va cristalizando poco a poco

3. La elaboración del plan: cómo, cuándo,…

4. La afirmación verbal: la amenaza suicida 

5. El ensayo suicida 

6. La ejecución, que a veces se logra y otras no

Una conversación difícil

Para detener la subida de esa escalera, Rodil propone una conversación en la que inicialmente la persona pueda valorarse y confesar las “zonas oscuras”.

Después anima a preguntar sobre las señales –“¿qué te ha pasado?”- o directamente “si está queriendo suicidarse”, y a avanzar según aumenta la confianza. 

Al hablar, el experto invita a sembrar ambivalencias, con preguntas como “¿qué hace que no lo hayas hecho ya” y “¿qué anclajes tienes a la vida?”, porque “la persona, en esa misma oscuridad, vive miedo y atracción al mismo tiempo”. 

Según Rodil, conversar con empatía, respeto y corazón, con un tono positivo y no acusatorio, puede ayudar a la persona a encontrar la mejor forma de solucionar sus problemas.

Patricia Navas, Aleteia

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