
Los berrinches forman parte del desarrollo emocional de los niños y, aunque pueden resultar desafiantes para padres y cuidadores, son una expresión natural de frustración, cansancio o necesidad. Estas explosiones emocionales en tu hijo -que van desde gritos hasta llanto inconsolable- pueden surgir en cualquier momento, especialmente cuando los pequeños aún no dominan el lenguaje para comunicar lo que sienten.
Entender por qué ocurren los berrinches y cómo manejarlos de manera efectiva no solo ayuda a calmar la situación, sino que también fortalece el vínculo entre adultos y niños.
En este artículo exploraremos las causas más comunes de los berrinches, su importancia en el desarrollo infantil y estrategias prácticas para afrontarlos con paciencia y empatía.
1Alejarlo del lugar y hablar con él

Si está haciendo el berrinche en un lugar público, es mejor alejarlo de ese escenario y llevarlo a un lugar más tranquilo para poder conversar con él utilizando un tono calmado y claro.
Los niños imitan nuestras reacciones. Si un adulto responde al berrinche con gritos o enojo, la situación suele empeorar. Según la psicóloga infantil Laura Markham, "la calma del adulto regula la tormenta emocional del niño". Respira profundo y mantén un tono de voz sereno, pero seguro.
2Validar sus emociones, sin ceder al mal comportamiento
Es importante que el niño se sienta escuchado, pero claro, sin solapar o permitir un comportamiento inadecuado, por ejemplo:
"Veo que estás muy enojado porque no pudiste llevarte ese juguete".
Validar no significa dar lo que pide, sino reconocer lo que siente. Esto ayuda a reducir la intensidad del berrinche.
3Establece límites claros, pero con amor
Debemos ser firmes pero amables. El Dr. Daniel Siegel, neuropsiquiatra infantil, recomienda establecer límites con empatía:
"Entiendo que quieres más dulces, pero ya comimos suficiente por hoy. Vamos a guardarlos para después".
4Permite que se exprese y se tranquilice
Puedes preguntar cómo se siente y luego de ello preguntarle: ¿necesitas un momento a solas? De esta forma el niño sabrá que lo estás tomando en cuenta, sin darle mayor peso a su actitud de berrinche.
5Dale opciones cuando sea posible
Ofrecerle al niño pequeñas elecciones le da una sensación de control que puede prevenir o reducir el berrinche, puedes preguntarle directamente:
"¿Qué quieres hacer?" O bien: "¿Quieres ponerte primero los zapatos o la chamarra?"
6Respira junto con él

Ante esos momentos de frustración puedes acercarte de manera amable a tu hijo y proponerle que respiren juntos para que pueda tranquilizarse y hablar contigo.
7Evita las luchas de poder
En medio del berrinche, no intentes razonar demasiado ni castigar. El cerebro del niño está en modo emocional, no racional. Lo más eficaz es esperar a que se calme para conversar.
8Prevé los posibles berrinches
Observa patrones: muchos berrinches ocurren por hambre, cansancio o sobreestimulación. Planificar rutinas, descansos y comidas a tiempo puede reducir la frecuencia de estas crisis.
9Fomenta el desarrollo emocional
Ayuda al niño a identificar y nombrar sus emociones. Con el tiempo, esto fortalece su capacidad para autorregularse. Libros, juegos y conversaciones pueden ser herramientas útiles.
Karen Hutch, Aleteia
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