
¿Lo saben todos los cardenales? Cuando entren en procesión en la Capilla Sixtina, se parecerán mucho a las monjas carmelitas de Compiègne. Mientras subían al patíbulo el 17 de julio de 1794, las monjas canonizadas por el Papa Francisco entonaron un himno gregoriano, el Veni Creator. El mismo himno que acompaña a los príncipes de la Iglesia al cónclave. Y aunque no van hacia el martirio -aunque el cónclave no es tarea fácil- visten la púrpura.
El rojo es el color del testimonio y del fuego del Espíritu Santo. Se desconoce el autor de este himno del siglo IX, aunque se atribuye a algunos de los más grandes compositores, desde san Ambrosio de Milán hasta Raban Maur, figura importante del Renacimiento carolingio. Texto literario de bella factura, el Veni Creator se divide en seis estrofas que desarrollan la teología pneumatológica iniciada por los padres capadocios.
Invocando al Consejero
La tercera Persona de la Trinidad es el amor "común" que une al Padre y al Hijo. El himno pide "dar a conocer" al primero y revelar al segundo. Antes de elegir al sucesor del Papa Francisco, los 133 electores pedirán también estar "llenos de gracia y amor", con un "Consejero" que sea "espíritu de verdad" para inspirar sus palabras y apoyar su discernimiento por el bien de la Iglesia.
Aunque se canta como introducción al cónclave, el himno Veni Creator no está reservado a él. En la liturgia, también se canta en las vísperas entre la Ascensión y Pentecostés, durante la novena que prepara los corazones para la efusión del Espíritu Santo que dio origen a la Iglesia y la renueva continuamente. Se canta especialmente en ocasiones importantes para invocar el amor del Padre y del Hijo, en las Misas de consagración y de ordenación. Que Aquel que es "fuente viva, fuego, caridad, consagración invisible" sea el dueño de todo don.
Multitud de versiones
Más allá de la melodía gregoriana, los más de mil años que nos separan de la escritura del Veni Creator han visto florecer innumerables variantes melódicas. Entre ellas figuran partituras de Roland de Lassus y Maurice Duruflé, Joseph Haydn y Gustav Malher, y músicos contemporáneos como Ralf Hoffmann.
En las redes sociales podemos encontrar muchas maneras rezar al Espíritu Santo y unirnos a las oraciones cardinales.
Valdemar de Vaux, Aleteia
Vea también
1. Véni Sáncte Spíritus, et emítte caélitus Lúcis túae rádium.
2. Véni páter páuperum, Véni dátor múnerum, Véni lúmen córdium.
3. Consolátor óptime, Dúlcis hóspes ánimae, Dúlce refrigérium.
4. In labóre réquies, In aéstu temperies, In fletu solátium.
5. O luz beatíssima, Reple cordis íntima Tuórum fidélium.
6. Sine túo númine, Nihil est in hómine, Nihil est innóxium.
7. Láva quod est sórdidum, Ríga quod est áridum, Sána quod est saúcium.
8. Flécte quod est rígidum, Fóve quod est frígidum, Rége quod est dévium.
9. Da túis fidélibus, In te confidéntibus, Sácrum septenárium.
10. Da virtútis méritum, Da salútis éxitum, Da perénne gáudium. Amen (Aleluia).
Traducción
Ven Espíritu Santo y desde el cielo envía un rayo de tu luz.
Ven padre de los pobres, ven dador de las gracias, ven luz de los corazones.
Consolador óptimo, dulce huésped del alma, dulce refrigerio.
Descanso en el trabajo, en el ardor tranquilidad, consuelo en el llanto.
Oh luz santísima: llena lo más íntimo de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda nada hay en el hombre, nada que sea inocente.
Lava lo que está manchado, riega lo que es árido, cura lo que está enfermo.
Doblega lo que es rígido, calienta lo que es frío, dirige lo que está extraviado.
Concede a tus fieles que en Ti confían, tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud, dales el puerto de la salvación, dales el eterno gozo.
Amén, Aleluya.
Si desea escuchar algunos cantos gregorianos vaya a la página
http://luxetorigo.homestead.com/conciertos.html
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