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Sentirse insuficiente es una experiencia humana más común de lo que solemos admitir. Es ese pensamiento silencioso que nos susurra que no somos lo suficientemente buenos, inteligentes, atractivos o exitosos y que nos hace falta algo para sentirnos realizados.
Pero, ¿de dónde proviene esa sensación de insuficiencia?, ¿qué podemos hacer para afrontarla? Muchas veces esta falta de sentirnos lo suficientemente buenos proviene de los parámetros que comúnmente vemos en redes sociales
La raíz del sentimiento de insuficiencia

La psicóloga Brené Brown, reconocida por sus investigaciones sobre la vulnerabilidad y la vergüenza, señala que la sensación de "no ser suficiente" está profundamente relacionada con el perfeccionismo y la autoexigencia. En su libro "Los dones de la imperfección", Brown explica:
"El perfeccionismo no es lo mismo que luchar por la excelencia. Es usar el logro y la productividad como una forma de ganarse la aceptación y el amor".
Esta necesidad de validación externa puede hacernos sentir constantemente inadecuados, especialmente en un mundo donde las redes sociales nos exponen a estándares irreales de éxito y felicidad.
¿Por qué nos sentimos así?
Existen varias razones por las que podemos sentirnos insuficientes por ejemplo:
La comparación constante: el psicólogo social Leon Festinger propuso en la década de 1950 la teoría de la comparación social, que sostiene que tendemos a evaluarnos a nosotros mismos comparándonos con los demás. En pequeñas dosis puede ser útil, pero cuando es constante, mina nuestra autoestima.
Experiencias pasadas: críticas durante la infancia, experiencias traumáticas o relaciones tóxicas pueden dejar huellas emocionales que alimentan esa voz crítica interna.
Autoexigencia desmedida: muchos de nosotros crecimos creyendo que sólo valemos si rendimos, si logramos, si cumplimos. Esta mentalidad, aunque nos impulse, también puede agotarnos emocionalmente.
¿Qué podemos hacer?
1Ser compasivos con nosotros mismos
Quizás hayas escuchado que nuestro mayor crítico solemos ser nosotros mismos. Por ello, identificar la forma en la que nos hablamos, nos vemos y nos tratamos debe ser el primer paso para ser conscientes de ello.
Kristin Neff, psicóloga pionera en el estudio de la autocompasión, sugiere que cambiemos ese diálogo interno por uno más amable. No se trata de ignorar los errores que cometemos, sino de tratarnos con la misma comprensión que ofreceríamos a un amigo.
"La autocompasión implica ser cálido y comprensivo con uno mismo cuando sufrimos, fallamos o nos sentimos inadecuados", dice Neff.
2Redefinir el concepto de autosuficiencia
Pregúntate: ¿Quién define lo que es suficiente? ¿Es un estándar realista o impuesto? Cambiar la narrativa interna implica replantear nuestras propias expectativas y aceptar que el valor personal no se mide únicamente por el rendimiento o los logros.
Para ello podemos pedir a Dios en oración la gracia de vernos como él nos mira, que mejor mirada que la de un Padre amoroso que nos ve con profundo amor. Ese debe ser nuestro verdadero parámetro, los ojos de Dios.
3Recibir ayuda

Acudir a terapia, puede ayudarte a poner en perspectiva tus pensamientos. Muchas veces, al verbalizar nuestras inseguridades, descubrimos que no estamos solos y que otros también se sienten así.
4Detén los disparadores de insuficiencia
Si descubres que ciertas cuentas en redes sociales, entornos laborales o relaciones alimentan tu sensación de insuficiencia, es válido establecer límites. Tu bienestar es prioridad.
5Ejercicios autocompasivos
Puedes escribir en tu diario o bien en una libreta todos los talentos que tienes y para ello puedes apoyarte leyendo la parábola de los talentos (Mt 25 14,30) La cual puede ayudarte a reconocer aquellos dones y talentos que Dios te ha dado y puedes multiplicarlos en lugar de enterrarlos por miedo a no ser lo suficientemente bueno.
Karen Hutch, Aleteia
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