Invitamos a los matrimonios y a personas interesadas en una familia feliz, a leer y asimilar pasajes de la Exhortación pontifical 'Amoris laetitia' del Papa Francisco.
Soporta todo
118. Panta hypoménei significa que
sobrelleva con espíritu positivo todas las contrariedades. Es mantenerse firme
en medio de un ambiente hostil. (El Papa sigue comentando 1 Co 13,4-7). No
consiste sólo en tolerar algunas cosas molestas, sino en algo más amplio: una
resistencia dinámica y constante, capaz de superar cualquier desafío. Es amor a
pesar de todo, aun cuando todo el contexto invite a otra cosa. Manifiesta una
cuota de heroísmo tozudo, de potencia en contra de toda corriente negativa, una
opción por el bien que nada puede derribar. Esto me recuerda aquellas palabras
de Martin Luther King, cuando volvía a optar por el amor fraterno aun en medio
de las peores persecuciones y humillaciones: «La persona que más te odia, tiene
algo bueno en él; incluso la nación que más odia, tiene algo bueno en ella;
incluso la raza que más odia, tiene algo bueno en ella. Y cuando llegas al
punto en que miras el rostro de cada hombre y ves muy dentro de él lo que la
religión llama la “imagen de Dios”, comienzas a amarlo “a pesar de”. No importa
lo que haga, ves la imagen de Dios allí. Hay un elemento de bondad del que
nunca puedes deshacerte [...] Otra manera para amar a tu enemigo es esta:
cuando se presenta la oportunidad para que derrotes a tu enemigo, ese es el
momento en que debes decidir no hacerlo [...] Cuando te elevas al nivel del
amor, de su gran belleza y poder, lo único que buscas derrotar es los sistemas
malignos. A las personas atrapadas en ese sistema, las amas, pero tratas de
derrotar ese sistema [...] Odio por odio sólo intensifica la existencia del
odio y del mal en el universo. Si yo te golpeo y tú me golpeas, y te devuelvo
el golpe y tú me lo devuelves, y así sucesivamente, es evidente que se llega
hasta el infinito. Simplemente nunca termina. En algún lugar, alguien debe
tener un poco de sentido, y esa es la persona fuerte. La persona fuerte es la
persona que puede romper la cadena del odio, la cadena del mal [...] Alguien
debe tener suficiente religión y moral para cortarla e inyectar dentro de la
propia estructura del universo ese elemento fuerte y poderoso del amor»[114].
119. En la vida familiar hace falta cultivar esa fuerza del
amor, que permite luchar contra el mal que la amenaza. El amor no se deja
dominar por el rencor, el desprecio hacia las personas, el deseo de lastimar o
de cobrarse algo. El ideal cristiano, y de modo particular en la familia, es
amor a pesar de todo. A veces me admira, por ejemplo, la actitud de personas
que han debido separarse de su cónyuge para protegerse de la violencia física
y, sin embargo, por la caridad conyugal que sabe ir más allá de los
sentimientos, han sido capaces de procurar su bien, aunque sea a través de
otros, en momentos de enfermedad, de sufrimiento o de dificultad. Eso también
es amor a pesar de todo.
De la Exhortación ‘Sobre el Amor en la Familia’ (Capítulo IV: Vocación de
la Familia)
Vea también Corazón de Jesús paciente y de mucha misericordia
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