La violencia en México alcanza también a la Iglesia católica. Durante el sexenio se han documentado extorciones, homicidios y agresiones a templos católicos. El padre Omar Sotelo Aguilar es un sacerdote que lleva bien dentro de su vocación la comunicación. Y más aún la comunicación que defiende y define el alto riesgo que en México lleva consigo el ministerio sacerdotal.
Es fundador y alma del Centro Católico Multimedial, autor de documentales arriesgados (como “Hermano Narco”) y de informes incómodos como “Tragedia y crisol del sacerdocio en México: diez años de persecución”, que trata de un tema que la prensa secular ni por asomo cubre: la violencia extrema contra sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos en México.
Aleteia: Omar, tú eres un testigo de calidad de que México es un país donde impera la impunidad. Si en los casos del fuero común o del fuero federal, nueve de cada diez delitos se quedan sin castigo. Cuando se trata de la Iglesia católica, de los sacerdotes y los fieles, ¿la situación es igual o es peor?
Padre Omar: Como hemos señalado en otras ocasiones, México es uno de los países más peligrosos para ejercer el sacerdocio en América Latina y el mundo. El número de actos delictivos en contra de miembros de la Iglesia actualmente sigue siendo alto, tanto en víctimas humanas, como en agresiones a templos e instalaciones.
Pero esto va más allá, pues la respuesta de justicia frente a estos delitos es casi nula. Podríamos considerar que cerca del noventa por ciento de estos casos están sin resolver e incluso, sin atenderse por parte de las autoridades de las entidades correspondientes.
En México se han violentado 26 templos a la semana durante el presente sexenio y se registran cerca de 800 extorsiones y amenazas por año en lo que va del sexenio.
Si bien es cierto que los asesinatos de sacerdotes han decrecido en los últimos años, ¿han subido los números en lo que respecta a extorsiones a sacerdotes y fieles?
Aunque en los números en este gobierno los asesinatos de sacerdotes han disminuido en relación a los sexenios pasados, en la actual administración se han contabilizado diez homicidios contra sacerdotes en el país; pero hay que tomar en cuenta que en el mismo lapso, diez sacerdotes y religiosos han sido violentados.
Por fortuna, viven para contarlo, pero hay que tomar en cuenta que el número de ataques a templos e instalaciones de la Iglesia ha ido en aumento. Nuestros registros señalan que 26 templos a la semana han sido violentados en el país durante el presente sexenio. En el caso de las extorsiones, aunque el número de casos que hemos reportado no ha aumentado, tampoco ha mostrado indicios de disminuir.
¿Cuáles son las extorsiones más comunes que ustedes, en el Centro Católico Multimedial que tú diriges, han registrado, tomando como rehenes a sacerdotes o a los fieles?
Con respecto al rubro de la extorsiones, hemos detectado cerca de 800 extorsiones y amenazas por año en lo que va del sexenio. Las extorsiones más comunes son las llamadas telefónicas, aunque el número de hostigamientos por mensajes y redes sociales ha ido en aumento en los últimos años.
¿Qué herramientas se pueden ofrecer a las parroquias, seminarios, sacerdotes y fieles para que no caigan o detecten a tiempo los intentos de extorsionarlos? ¿Es posible prevenir las extorsiones? ¿Cómo debemos actuar ante ellas?
Lo más importante es mantenerse informado sobre nuestro entorno familiar y social y no caer en provocaciones, porque la delincuencia organizada hace uso del temor y la desinformación para cometer esta clase de ilícitos.
Otra cuestión: mantener informada a las autoridades eclesiásticas y a la comunidad parroquial sobre estos eventos. También es necesario subrayar que la denuncia a las autoridades competentes será necesaria a fin de documentar este tipo de acontecimientos.
¿Percibes un ambiente hostil frente a la Iglesia en un México dividido y polarizado? ¿Hay signos del trabajo por la paz que están llevando a cabo los obispos en la CEM, los jesuitas, las y los religiosos y asociaciones de laicos? ¿Qué falta?
Se ha trabajado arduamente en el tema de la pacificación en México, pero nunca será suficiente, se tiene que trabajar más a fondo y con mucho compromiso. Los trabajos que ha realizado la CEM a través de los diálogos por la paz son excelentes cimientos para la construcción de la paz en el país, solo habrá que cuidar que estos valerosos actos no se ensucien con protagonismos e individualismos de organismos e instituciones.
¿Cómo ves el futuro, con la nueva presidencia de la República? ¿Qué debe hacer la Iglesia en su conjunto?
El trabajo de todos como Iglesia tiene que ser hoy más que nunca de mucho compromiso y valentía, pues este México, no solo dividido y polarizado, está expuesto a muchos organismos, que avalados por el pasado y el entrante gobierno, tratarán de imponer acciones y principios contrarios a la fe y el accionar propio de la Iglesia Católica.
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