Santo Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia, teólogo y maestro, compuso himnos y oraciones que mueven a la santidad. Por ello, para este Año de Oración, inaugurado por el Papa Francisco durante el Ángelus del pasado 21 de enero, destinado a redescubrir el valor de la oración y la exigencia de la oración cotidiana en la vida cristiana, se ha elegido una bellísima oración en la que Santo Tomás enseña a pedir la gracia de llevar una vida santa.
Oración
Concédeme, oh Dios misericordioso, que desee ardientemente, examine cuidadosamente, conozca verdaderamente y cumpla perfectamente las cosas que te son agradables, para alabanza y gloria de tu santo nombre.
Dirige mi camino, oh Dios mío, para que pueda hacer lo que me pides. Muéstrame el camino y concédeme seguirlo según sea necesario y provechoso para mi alma.
Concédeme, oh Señor Dios, un corazón vigilante para que ninguna especulación sutil me aleje jamás de ti; una nobleza que ningún afecto indigno me pueda apartar de ti; una rectitud que ningún mal propósito me pueda separar de ti.
Concédeme una firmeza que ninguna tribulación pueda quebrantar; una libertad que ningún afecto violento pueda derribar.
Dame, Señor Dios mío, una mente para conocerte, diligencia para buscarte, sabiduría para encontrarte.
Dame un estilo de vida que te agrade, perseverancia para confiar en ti y esperarte, y finalmente fe para abrazarte. Amén.
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