Cuando el cristiano no está bien formado en la fe, cualquier
El cristiano comienza su camino desde que es introducido a la Iglesia por el bautismo. En nuestro caso, por regla general, los católicos somos bautizados desde pequeños y nuestros padres y padrinos se comprometen a formarnos en la fe con su palabra y ejemplo. Lamentablemente, la mayoría se queda con lo que aprendió en la catequesis sacramental y nunca más vuelve a instruirse, a pesar de ser una urgencia espiritual.
Esta falta de formación lleva a muchos creyentes a involucrarse en supersticiones y ritos que pueden dañarlos grandemente, porque ignoran las consecuencias de realizarlos. Y no solo por la cuestión espiritual, sino porque puede incurrir en delitos que son penados por el Código de Derecho Canónico.
El peligro de cometer un sacrilegio
Un ejemplo es aquel que corrió hace unos días en las redes sociales, donde una «vidente» aconsejaba a la audiencia hacer un ritual de año nuevo, cometiendo un acto sacrílego porque, para que fuera efectivo, requería una hostia consagrada. Cualquier católico medianamente instruido sabe que lo más grande que tenemos en la Iglesia y en el mundo, aunque los no creyentes no lo sepan, es la Eucaristía, porque en las especies eucarísticas está el Señor Jesucristo con su cuerpo, alma, sangre y divinidad, y nadie puede pretender usarlo para un rito de magia.
Al respecto, el Pbro. José Natanael Torres García publicó en sus redes lo siguiente:
Llevarse o retener las especies sagradas con finalidad sacrílega es una conducta que difícilmente podría confundirse. Comete un grave delito de sacrilegio contra el Cuerpo y la Sangre de Cristo quien, por tanto, se lleva o retiene las sagradas especies con finalidad sacrílega, esto es, para fines obscenos, supersticiosos o impíos, y quien, incluso sin sacarlas del tabernáculo, del ostensorio o del altar, las hace objeto de cualquier acto externo, voluntario y grave, de desprecio.
El presbítero menciona además que «el canon 1382 del Código de Derecho canónico, y el canon 1442 del Código de cánones de las Iglesias orientales, sancionan con excomunión -que será latae sententiae reservada a la Santa Sede para los fieles latinos, y excomunión mayor ferendae sententiae para los orientales».
La importancia de formarnos en la fe
Conocer la riqueza de la fe católica debería ser una necesidad para todos los cristianos que pertenecen a la Iglesia porque ignorar la inmensidad de lo que Cristo nos ha dejado a través de ella, que es Madre y Maestra, resulta en perjuicio de los hijos de Dios que se separan porque desconocen todo lo que se están perdiendo.
Ciertamente, se puede pecar por ignorancia y disminuir la culpa por la misma causa, pero también es verdad que los católicos debemos prepararnos para saber dar razón de nuestra fe y no confiar en personas que no son fieles a lo que enseña la Iglesia, pues los mandamientos nos dan la pauta a seguir para no errar el camino y perseverar en la fidelidad a Dios.
Formémonos para no pecar de ignorancia culpable, porque corremos el riesgo de cometer pecados graves que pueden poner en juego nuestra salvación y la de aquellos para los que somos ejemplo.
Mónica Muñoz, Aleteia
Lea el Catecismo de la Iglesia Católica (unos números cada día) para conocer su fe
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