Durante los primeros años del matrimonio es importante que esa relación se consolide, se asiente y crezca en amor. Para conseguirlo, rezar y llevar un diario espiritual juntos es una de las prácticas más unificadoras que puede realizar una pareja. Y es también una prueba de que ambos desean que Dios ocupe el centro de sus vidas
En los últimos años el número de celebraciones de matrimonios canónicos ha disminuido significativamente. Y el número de divorcios ha aumentado. Por esta razón el Papa Francisco ha escrito un documento Itinerario catecumenal para la vida matrimonial en el que propone un acompañamiento a los esposos durante los primeros años, con el fin de incentivar el matrimonio canónico y prevenir las rupturas de parejas.
Atención a matrimonios jóvenes
El Papa indica en este documento: «Muchas veces ocurre que la atención de los matrimonios jóvenes se centra en la necesidad de ganar dinero y en los hijos, descuidando el empeño en la calidad de su relación mutua y olvidando la presencia de Dios en su amor. Merece la pena ayudar a los matrimonios jóvenes a saber encontrar tiempo para profundizar en su amistad y acoger la gracia de Dios».
Además, propone una serie de claves y pautas para que, durante la primera etapa de vida matrimonial, la pareja se fortalezca, su amor arraigue y crezca, dando fruto.
El documento recomienda que desde el principio de la vida matrimonial los contrayentes reciban una ayuda concreta para vivir con serenidad su relación interpersonal y nos recuerda: «Toda la vida en común de los esposos, toda la red de relaciones que tejerán entre sí, con sus hijos y con el mundo, estará impregnada y fortalecida por la gracia del sacramento».
Ayuda del Espíritu Santo
También cuentan los esposos con la ayuda del Espíritu Santo. Así lo dice la exhortación apostólica sobre el amor en la familia Amoris Laetitia que en su punto 74 asegura que estos «nunca estarán solos con sus propias fuerzas para enfrentar los desafíos que se presenten. Ellos están llamados a responder al don de Dios con su empeño, su creatividad, su resistencia y su lucha cotidiana, pero siempre podrán invocar al Espíritu Santo que ha consagrado su unión, para que la gracia recibida se manifieste nuevamente en cada nueva situación».
Es fundamental que el nuevo matrimonio sea consciente de que Dios está en el centro de su vida y da sentido a todo lo que ocurre en ella. Por esta razón es necesario que se cultive una espiritualidad conyugal compartida.
Propuesta: escribir un diario del matrimonio
¿Y cómo hacerlo? El Papa Francisco nos sugiere una idea: que los cónyuges lleven juntos un «Diario del matrimonio» y así sean protagonistas de su propia historia de amor en común.
Exactamente estas son las palabras del Papa:
«Se podría sugerir que los cónyuges lleven un Diario del matrimonio para una especie de verificación periódica de la comunión conyugal, en el que anotar alegrías y sufrimientos y todo lo que constituye la experiencia concreta de la vida de la pareja».
Se trata de realizar juntos una especie de «escritura sagrada», para dejar constancia de cada momento significativo de la vida. Este diario puede convertirse en un medio de transmisión de la fe en la familia: un memorial de la gracia del Espíritu Santo que actúa en la familia.
Orar juntos para crecer juntos
Este diario sirve también como una hoja de ruta para encauzar el matrimonio en una u otra dirección. Una pareja que reza unida realiza una de las prácticas más íntimas y unificadoras que puede hacer.
De esta forma, cada matrimonio mediante ese diálogo constructivo irá componiendo ese diario en el que decidirán cómo van a vivir su espiritualidad. Además, revisarán todos los aspectos de su vida en común y cederán a Dios un lugar primordial en el centro de su relación.
Escribir un diario es un hábito espiritual
Si el matrimonio cuenta con Dios, tiene un plus de paz y seguridad. Y no es que las dificultades no acechen ni llamen a su puerta, sino que al orar unidos crean un hábito espiritual que los hará aliados en la vida, en amor y en propósitos de mejora.
El Papa Francisco en su documento «Itinerario catecumenal para la vida matrimonial» indica que durante los primeros años el matrimonio debe aprender muchas cosas:
- aceptar la diversidad del otro,
- no tener expectativas irreales sobre la vida en común,
- gestionar los conflictos,
- buscar un equilibrio entre las necesidades de uno, de otro y las de la familia,
- adquirir hábitos saludables
- y cultivar una espiritualidad conyugal compartida.
Y escribir este diario matrimonial es una rutina que aportará a la pareja la seguridad y estabilidad necesaria para seguir juntos y creciendo.
Contenido del Diario del matrimonio
En Aleteia os damos una serie de ideas para que juntos elaboréis vuestro diario del matrimonio.
¿Qué material necesitáis?
- Una libreta o cuaderno con las páginas en blanco o con líneas, como prefiráis. Un consejo: utilizad un archivador con anillas para poder añadir más páginas en el apartado que deseéis.
- Bolígrafos o lápices de colores, para dar un toque especial a los diferentes apartados.
- Podéis añadir recursos gráficos como fotografías o pegatinas, incluso hacer vosotros las ilustraciones si os apetece.
Para facilitaros el trabajo, podéis descargar las imágenes para imprimirlas y escribir sobre ellas. La medida es para una libreta o cuaderno de 21cm x 21 cm.
Aquí tenéis la portada:
y contraportada:
Contenidos del diario del matrimonio
Siguiendo las pautas que nos ofrece el papa Francisco en su documento, podéis incluir los siguientes apartados en vuestro diario matrimonial:
Cita Bíblica: buscad en las escrituras una frase que os motive y con la que os sintáis identificados en vuestra vida en común. Una frase que guíe vuestro matrimonio. Podéis cambiarla a lo largo del tiempo.
Recuerdos, ¿por qué me enamoré de ella/él?: Normalmente todos tenemos tendencia a olvidar. Por eso es positivo que de vez en cuando recordéis cuáles fueron las razones que os enamoraron de vuestra pareja. Y se lo digáis.
Además, dad gracias a Dios por todo lo que habéis vivido juntos y ayuda para continuar adelante con todos vuestros proyectos.
Diferencias: Reconocer que sois diferentes es importante para poder conversar sobre la vida y para valorar la plenitud de la perspectiva que origina vuestras diferencias.
De esta forma empezaréis a ver que tu cónyuge es un regalo de Dios, que cada uno puede aceptar con gratitud.
Trato con Dios: La unidad en el matrimonio exige que a lo largo de la vida se confíe en Dios y se forje una relación perdurable con Él para fortalecer el lado espiritual del matrimonio.
En este apartado podéis añadir ideas y propuestas para tener más trato con Dios y cómo llevarlas a cabo.
Preocupaciones y dudas: Compartir vuestras debilidades y preocupaciones no es un signo de debilidad. Todo lo contrario. Hablar sobre ello hará que seáis más transparentes el uno con el otro y que confiéis.
Podéis hablar de cómo apoyaros.
Alegrías y risas: El matrimonio debe vivir con humor, divertirse, reír y disfrutar juntos. Una pareja que vive de esta forma está más satisfecha y segura. Así que pedidle a Dios que os mantenga alegres y agradecedle esos momentos.
Además, podéis anotar actividades que os gusta realizar juntos y fijarlas en el calendario.
Mantener el amor: Poner sabor y romance en el día a día os ayudará a conservar la relación viva y fresca. Es necesario que exista un equilibrio entre la vida diaria y sus responsabilidades con el tiempo para el amor.
Podéis buscar juntos frases bíblicas sobre cómo mantener el amor en vuestro matrimonio.
Comunicación: Hablar, hablar y hablar. Y escuchar también. La comunicación es una parte vital en el matrimonio. Las palabras que os dirijáis deben construir amor, respeto y admiración. Mantened entre vosotros diálogos de calidad.
Anotad en este apartado, por ejemplo, las palabras o frases favoritas que os decís entre vosotros.
Somos Iglesia: El compromiso con la comunidad fortalece a los esposos. Los matrimonios que van juntos y participan en la vida de la Iglesia, están más asentados, comparten valores y son más felices.
Os animamos a que apuntéis en esta sección ideas y acciones concretas para participar en vuestra parroquia. Y fijad momentos para rezar juntos allí.
Nuestra familia: El matrimonio perdura más allá e influye en las generaciones siguientes. Por tanto, como esposos, debéis construir esa herencia para que sea digna y llena de amor. Además, podéis reflexionar y agradecer a los que os influyeron antes a vosotros.
Os invitamos a que apuntéis ideas sobre el tipo de legado que queréis dejar a vuestros hijos y nietos.
Estas son algunas ideas que podéis añadir a vuestro diario, pero podéis confeccionarlo a vuestra manera y según vuestras necesidades y gustos.
Si quieres una pista más, aquí puedes ver otro modelo posible junto al que hemos desarrollado:
El objetivo es que disfrutéis estos momentos compartidos en oración. Comprobaréis que es una gran inversión para vuestro matrimonio pues os acercaréis más a Dios y más entre vosotros.
Para acabar, citamos unas palabras del Papa Francisco contenidas en la Encíclica Amoris Laetitia: «A los matrimonios jóvenes también hay que estimularlos a crear una rutina propia, que brinda una sana sensación de estabilidad y de seguridad, y que se construye con una serie de rituales cotidianos compartidos.» (Amoris Laetitia, 226).
¿Qué mejor rutina que escribir un diario del matrimonio juntos?
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