“Las divergencias y conflictos no deben negarse ni disfrazarse, como a menudo estamos tentados de hacer, incluso en la Iglesia”
El papa Francisco explicó la forma en que un cristiano debe discernir la voluntad del Espíritu Santo delante a los grandes problemas sociales, en un discurso entregado a los miembros de la revista “Aggiornamenti Sociali” (actualidad social) que cumple 70 años de servicio, durante una audiencia en la Sala del Consistorio del Vaticano, este viernes 6 de diciembre de 2019.
Ante conflictos y divisiones, hay que discernir, escuchar, aprender y cambiar. Francisco insistió en que esto “requiere un método sinodal: se trata de construir una relación, compuesta de palabras y gestos, darse un objetivo común y tratar de alcanzarlo”.
El método sinodal para solucionar conflictos, sostiene, “es una dinámica en la que todos hablan libremente, pero también escuchan y están dispuestos a aprender e intercambiar. Dialogar es construir un camino por el cual caminar juntos y, cuando sea necesario, puentes para reunirse”.
“Las divergencias y conflictos no deben negarse ni disfrazarse, como a menudo estamos tentados de hacer, incluso en la Iglesia”. El Papa escribe que el conflicto “nunca puede ser la última palabra, sino que debe abrir a “nuevos procesos”.
Francisco resaltó el lema de la publicación: “orientarse en el mundo cambiante”, de frente a un mundo que a menudo deja a muchas personas perdidas y confundidas. Por eso, propuso el discernimiento social y el método sinodal de la escucha.
Por lo tanto, remarcó: “Necesitamos aprender a reconocer la voz del Espíritu, interpretar sus signos y elegir seguir esa voz y no las demás”. Un desafío personal y comunitario porque “el Espíritu está trabajando misteriosamente en la dinámica de la sociedad”.
Una forma de ir juntos
“El discernimiento de los fenómenos sociales no se puede hacer solo. Nadie, ni siquiera el Papa o la Iglesia, logra abarcar todas las perspectivas relevantes: necesitamos una comparación seria y honesta, que involucre a todas las partes involucradas”.
Advierte sobre “la tentación de la abstracción, de limitarse al nivel de las ideas, olvidando la concreción de hacer y caminar juntos”. Este riesgo disminuye cuando, se usan “palabras enraizadas en experiencias y prácticas sociales”, alimentadas por la concreción.
Discernimiento vs Fake News
Sostuvo que el discernimiento va más allá de “entrenar la sensibilidad espiritual”, y necesita además de “habilidades y análisis específicos” con la contribución de muchos expertos para abordar “cuestiones complejas y controvertidas”. Es decir, “desde el impacto de la inteligencia artificial en la sociedad y el trabajo, hasta la bioética; de la migración a los problemas de desigualdad”.
Además, el discernimiento que lleva a la acción de la mano con el Espíritu Santo abraza una visión – según el Papa – de una economía sostenible, cuidadosa del ambiente y la construcción del bien común en el actual escenario político.
La mirada de la compasión
El discernimiento para “aprender a emitir juicios y actuar con mayor responsabilidad y no solo por rumores, tal vez sobre la ola de noticias falsas”.
Con respecto al análisis científico de los fenómenos sociales, instó a cultivar el discernimiento para no caer en una “mirada aséptica a la realidad”, sino “aceptar los resultados de la investigación científica con la mirada del discípulo, asumiendo la compasión que Jesús tiene antes los que sufren, los pobres y por “nuestra tierra oprimida y devastada”.
La opción por los pobres
“Para los cristianos, el discernimiento de los fenómenos sociales no puede separarse de la opción preferencial por los pobres”, escribió el Papa. “Incluso aquellos que investigan y reflexionan sobre cuestiones sociales están llamados a tener un corazón de pastor que huele a oveja”.
La alegría del compromiso social
Por último, el Papa instó a la alegría y la plenitud que se asocia con el compromiso con la justicia y el cuidado de la casa común. “Ponerse del lado de los pobres es un encuentro con el sufrimiento y la injusticia, pero también con la felicidad genuina y contagiosa”.
Ary Waldir Ramos Díaz, Aleteia
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