Una prótesis de brazo para el niño Jacob Scrimshaw
desencadenó una ola de generosidad
Jacob Scrimshaw es un niño británico de 5 años que nació prematuro y, como consecuencia de ello, llegó al mundo con una malformación: le faltaba el brazo izquierdo a la altura del hombro.
Para el bebé Jacob no había ningún obstáculo: jugaba, se reía y disfrutaba tanto con su familia como en el entorno de sus primeros años de guardería.
Los primeros problemas al crecer
Sin embargo, al comenzar la Educación Primaria, los niños de su clase comenzaron a mostrarse intrigados por aquel compañero que no tenía brazo. Para Jacob, la situación se volvió molesta y frustrante. Sus padres notaron que algo preocupaba a su hijo mayor.
En casa no había preguntas incómodas ni burlas, pero fuera a veces Jacob sufría impertinencias. El niño, además, al crecer era más consciente de que no podía hacer todos los gestos y acciones que los demás niños hacían en la escuela o en la calle.
Los papás buscan una solución
Sus padres, Gemma y Chris, decidieron entonces poner en marcha -con el asesoramiento de los médicos– una campaña de recaudación de fondos para crear un brazo robótico que permitiera a Jacob una mayor movilidad.
A través de la plataforma GoFundMe, cientos de personas conocieron el problema de Jacob y colaboraron de forma anónima con donativos. Fue una oleada de solidaridad y ha dado como resultado, entre tantos beneficios, que Jacob pueda abrazar a su hermano pequeño.
Muchas personas solidarias les ayudan
Junto a otras campañas, lograron reunir los 19.000 euros necesarios para poder trabajar en la creación de una pieza ortopédica adecuada.
Pero un detalle importante de esta historia es que, al buscar una empresa productora de prótesis, Gemma conoció por internet Ambionics, una compañía muy especial.
Ambionics fue creada por Ben Ryan a raíz de que a su hijo recién nacido le tuvieron que amputar un brazo.
Para Ben Ryan, que en esos momentos era profesor de Psicología, aquel suceso hizo cambiar sus prioridades. Decidió abandonar su puesto de trabajo y emprender la creación de la empresa con la que hoy se dedica a fabricar prótesis a medida empleando la tecnología más avanzada.
Cómo Jacob pudo llegar a abrazar a su hermanito
En imágenes puedes ver cómo Jacob llegó a la consulta del especialista de Ambionics y cómo se produjo ll momento del abrazo entre los hermanitos:
Cuando los papás de Jacob explicaron a Ben el problema de su hijo, el empresario vio más allá de un encargo profesional y quiso implicarse para que pudieran solucionar el problema del niño. Fue así como crearon el brazo ortopédico de Jacob, que se articula a la altura del codo y presenta una mano que puede agarrar objetos.
Para Jacob, la experiencia de probar un brazo ortopédico ha sido enormemente positiva, más cuando Ben quiso que el brazo se convirtiera en un elemento que favoreciera la autoestima del niño. Lo hizo en color verde como Hulk, el héroe de Marvel por el que el niño siente admiración.
El día de la prueba final, Jacob no podía estar más contento.
La reacción sorprendente de Jacob
Pero para sorpresa de todos, uno de los momentos más emotivos de la colocación del brazo robótico llegó por iniciativa del propio Jacob: quiso enseguida abrazar a su hermano, algo que nunca había podido hacer hasta ese momento.
Para los padres y para el fabricante Ben Ryan, el abrazo de los pequeños quedará grabado en su memoria porque supera todas las expectativas.
Ahora, como han comentado, les ilusiona pensar que esta Navidad también será la mano robótica de Jacob la que pueda hacer que él mismo abra sus regalos.
Dolors Massot, Aleteia
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