¿Qué se activa en nuestro cerebro cuando percibimos algo como bonito?
¿Por qué nos atrae lo bello, lo que consideramos bonito? No creas que somos los primeros en preguntárnoslo. Hay todo un sector que lo hace cada día: el marketing. Y una ciencia que lo estudia: la neuroestética.
¿Qué se activa en nuestro cerebro cuando percibimos algo como bonito? ¿Por qué lo que consideramos bello nos produce alegría, emociones positivas? ¿Qué supone conocer cómo funciona la mente humana ante la belleza?
Escuchar música que nos gusta, percibir a alguien como guapo, encontrarnos a gusto con la decoración de un salón o de nuestro dormitorio.
La belleza nos da paz, nos trae alegría y nos coloca en un ambiente positivo.
Lo recomiendan los psicólogos: rodearse de cosas bellas y bonitas para atraer pensamientos positivos.
Lo sabe el marketing, que para venderte algo te va a poner delante toda la belleza posible: del coche a la crema antiarrugas, pasando por la ropa a la comida. ¿Sabes eso de comer con los ojos?
Y es que la belleza, lo que consideramos bello, transmite positivismo. Y aunque los historiadores del arte, por ejemplo, nos explican que los conceptos de belleza -en lo que a cuerpo, moda, se refiere- van cambiando con los tiempos, existe un concepto general en las sociedades de qué es más bello, qué es estéticamente más atractivo.
Bondad versus belleza
Y la belleza, ojo, no es solo lo material.
Emir Zeki, profesor en la University College of London se dedica a la Neuroestética desde 1980. De hecho se considera el creador del concepto. No sólo ha localizado en qué punto del cerebro se concentran los estímulos de la belleza, también concreta que percibimos como belleza los buenos actos, las buenas acciones, y eso también repercute en nuestro estado de ánimo. Y nos transmite más confianza. Y nos hace percibir mejor a determinadas personas.
Zeki nos descubre que la belleza “enciende el cerebro” y en ese sentido ha estudiado qué nos produce contemplar una obra de arte o asistir a uno esos buenos actos. Asegura el profesor británico que “a mayor belleza, mayor intensidad” en la zona del cerebro que la percibe.
Y como al principio de este texto os hablaba del marketing, vamos a ver cómo se aplican estas ideas a la publicidad: porque está claro que si la belleza nos transmite un mensaje positivo, siempre preferiremos comprar lo que más positivo veamos.
Y al igual que podemos querer más a alguien, o enamorarnos si consideramos que actúa de forma ‘bella’ con nosotros, en marketing se busca que nos ‘enamoremos’ de ese producto que nos presentan. Es lo que se conoce como neuromarketing: estudia cómo reacciona tu cerebro ante tal o tal impulso, para potenciar el que ayudará a vender más. Y aunque nos parezca muy complicado, en ocasiones hay técnicas básicas.
Por ejemplo, cuando algo está ordenado lo percibimos como más bello. Sencillo, ¿verdad? Piensa cuando entras en una web a comprar online. Una pantalla ordenada, más limpia, nos produce más confianza.
Y como la sencillez, la simetría -la proporción de las partes como ya enunciaron los clásicos griegos-, se considera otra de las claves de la belleza. Y también se aplica en el marketing más moderno.
Al final, conceptos nuevos que se basan en grandes teorías clásicas. No olvidemos que ‘estética’, la palabra, proviene precisamente del griego: sensación, percepción. Y es, justamente, la rama de la filosofía que estudia la esencia y al percepción de la belleza.
Porque nuestros clásicos ya debatían sobre qué se considera bello en cada momento. Y no sólo en lo material.
Maria José Fuenteálamo, Aleteia
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