Descubre una selección musical que logrará motivarte para la jornada
Aleteia te propone un viaje a través de un repertorio de canciones de bandas sonoras de dibujos animados (te ahorraremos el Sueltaló, sueltaló, que ya lo habrás escuchado bastante) que darán un sabor y un aroma especiales a tu jornada.
Hakuna Matata: para un despertar flemático
Nadie supo nunca en qué oscuro dialecto se pronunciaron estas palabras, pero no importa mucho. Son un poema en sí mismas. “Hakuna Matata, vive y sé feliz, ningún problema debe hacerte sufrir”. En El rey león, Timón y Pumba son dignos herederos de Horacio, que ya cantó mucho antes que ellos este credo con su famoso carpe diem.
Marcha de los elefantes: para un despertar militar
En El libro de la selva, bajo la batuta del coronel Hathi, la patrulla de los elefantes avanza dignamente “pisoteando hierba y matorral”. Si tienes problemas para salir del sobre, que la marcialidad y disciplina de estos elefantes te sirvan de ejemplo.
Pastel al arsénico: para un despertar goloso
Unas gotas de cicuta, baba de sanguijuela, dos cucharadas de laxante, veneno de cobra… En Astérix y Cleopatra, el infame Paletabis quiere desembarazarse de los galos, que representan una amenaza para él, y les prepara un pastel al arsénico para quitárselos de en medio. Quizás prefieras el olor de un buen café caliente mejor que esta peculiar receta, pero al menos conseguirá sacarte de la cama. ¡Buen provecho!
La fiesta del jardín: para un despertar poético
Si te encanta despertarte con el perfume de narcisos, violetas y lirios, esta cancioncilla es para ti. En esta escena de Alicia en el país de las maravillas, la flora se despierta con música en los labios. Te darán ganas de ir a recoger margaritas al campo del vecino.
La Seine: para un despertar parisino
¿Te apasiona la capital francesa y te gustaría despertarte con una evocadora melodía que huela a cruasán recién hecho? Esta canción te inspirará seguro. En Un monstruo en París, Lucille, cantante de cabaret en Montmartre, conoce a Francœur, un monstruo de voz cristalina y corazón puro. Juntos, interpretan esta canción dedicada al río Sena.
Escalas y arpegios: para un despertar clásico
“Do mi sol do do sol mi do, el solfeo es necesario en música”. ¿Querrías despertarte con un clásico pero Schubert y Beethoven te imponen demasiado? No cunda el pánico: en Los aristogatos, Duquesa y sus tres gatitos, Berlioz, Toulouse y Marie, están ahí para ayudarte a comenzar la jornada con suavidad y con el carácter sereno que te mereces.
Canción del trabajo: para un despertar aplicado
¿Te espera un duro día de trabajo y no sabes por dónde empezar? La canción de los ratones de Cenicienta podría ser un bálsamo de espíritu laborioso para tu corazón. “Cenicienta, Cenicienta, pronto, pronto Cenicienta. Lava y plancha, trae la ropa, barre y limpia la terraza…”. Así que piensa en esa pobre Cenicienta que trabaja duro todo el día mientras sus dos hermanastras mezquinas y su espantosa madrastra se dan a la gran vida. Hay que relativizar un poco, ¿no? Ánimo y buena suerte…
Busca lo más vital: para un despertar a lo scout
En el dibujo animado de El libro de la selva, el oso Baloo encarna a un vividor sin complejos que vive con lo mínimo. “Lo que has de precisar, no más”, para él es más que suficiente. Si buscas lo esencial, “mamá naturaleza te lo da”, dice. ¿Quién iba a decir que este oso tan “dich-oso” se pareciera tanto a un boy scout y nos fuera a cantar un himno a la sencillez en la vida?
Domitille Farret d'Astiès, Aleteia
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