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sábado, 15 de septiembre de 2018

¿Qué es lo más difícil que has hecho en tu vida? 70 personas responden y seguro quedarás sorprendido





Resultado de imagen para dificultades

La pregunta del título es una pregunta no muy fácil de responder, pero no porque no tengas la respuesta, porque probablemente la encontraste enseguida, sino más bien porque a veces es difícil entender cómo enfrentarlo.
En el video que vas a ver, hay 70 personas que
tienen entre 5 y 75 años que han respondido a esa misma pregunta. Y sus respuestas nos llevan a una
idea principal: no importa si tienes 5 años o 75, siempre te encontrarás con obstáculos y dificultades. Y es que, sea en menor o mayor
escala, el dolor, el esfuerzo y el sacrifico van a
estar siempre presentes. 
Y ante esto, puedes tomar dos actitudes:
entristecerte porque el dolor te aqueja y el
sacrificio es muy grande,  o aceptar el dolor
y buscar la manera de enfrentarlo.
Sin embargo, la realidad es que la vida no es
 tan blanco o negro y seguramente sabes de lo
 que te estoy hablando, porque aunque siempre
quieras elegir la opción de tener la actitud más
positiva, tú y yo somos personas frágiles y
vulnerables, con algunos vacíos emocionales y espirituales que no nos permiten recuperarnos tan fácilmente como quisiéramos.





Pero la buena noticia es que abrazar el dolor, incluso puede permitirnos ser un poco más felices. ¿Es eso posible? A continuación te doy un par de ideas que pueden ayudarte a verlo con más claridad: 

Acepta el sufrimiento

Cuando aceptas el sufrimiento, no quiere decir que te lo debes tragar pasivamente, sin decir ni una palabra, quiere decir que lo acoges como algo que es parte de tu experiencia de vida, incluso eligiéndolo con actitud esperanzadora (esta es la única manera de encontrar belleza en el). Mientras que si no lo aceptas y rehuyes, puede llegar a hacer mucho daño. 

¿Puede salir algo bueno del sufrimiento?

Después de aceptar el dolor y el sacrificio con alegría, viene la segunda parte: obtener un bien del sufrimiento, algo que Jacques Philipe en su libro «La libertad interior» explica de forma brillante: las contrariedades nos hacen ser conscientes de que no somos propietarios únicos de nuestra vida y evitan que nos encerremos en nosotros mismos. Si todo fuera de acuerdo a nuestros deseos, no seríamos capaces de crecer, de abrir nuestra mente ni nuestro corazón. Empezando por ahí, «Dios en su amor, su omnipotencia y sabiduría, posee la facultad de obtener un bien de un mal». (Jacques Philipe, pp. 46-62)

Abrirse a la gracia y confiar

Muchas veces a lo largo de su palabra, el Señor te hace saber que está contigo incondicionalmente y que con Su amor serás capaz de superar cualquier dolor o esfuerzo por más imposible que parezca. La única condición con la que debes cumplir es abrir tu corazón a Su gracia, porque esto es lo que Él te promete: «No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío. Si cruzas las aguas, yo estoy contigo, si pasas por los ríos, no te hundirás, Si andas sobre las brasas, no te quemarás, ni la llama te abrasará…dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo… No temas, que yo estoy contigo» (Isaías, 43, 1-5). 

No olvidar orar

Aceptar el dolor, ver su lado positivo y abrirse a la gracia, será más fácil y llevadero por el camino de la oración. Estar en comunicación constante con Jesús, contarle tus problemas y alegrías, pedirle ayuda con las dificultades por las que pasas tú y tus seres queridos, decirle lo que te enoja y te duele, pero también darte tiempo de escuchar lo que te quiere decir y abrir tu corazón, será una de las mejores formas de dejarnos ayudar por Él.
Además de libros espirituales como los de Jacques Philipe, también te invito a leer el Salmo 23 y la historia de Job, un verdadero ejemplo de paciencia y perseverancia, pero sobre todo de fe, esperanza y amor a Dios, para profundizar en lo que recibimos del Señor cuando confiamos en Él.

Silvia Ordoñez, catholic-link






miércoles, 22 de agosto de 2018

«Estar siempre unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida». El increíble testimonio de Carlo Acutis


 Carlo Acutis


Carlo Acutis nació en Londres el 3 de mayo de
1991 y murió el 12 de octubre de 2006 a la edad
de 15 años, tras ser diagnosticado con leucemia.

El pasado mes de julio, el Papa Francisco lo declaró venerable, luego de que sus virtudes heroicas fueran reconocidas.
Quienes compartieron tiempo con él, afirman que el joven sentía un profundo amor por la eucaristía, asistía todos los días a misa, rezaba el rosario diariamente y se preocupaba por servir a otros a como diera lugar. Hizo su primera comunión a los
siete años y ofreció los dolores de su enfermedad al Papa y la Iglesia Católica. Su alegría, entrega y dedicación lo llevaron a ser querido por todos.
Carlo desarrolló una gran pasión por la tecnología
y todo lo relacionado con ella, que sirvió como
 impulso para evangelizar y llevarlo a crear su más destacada exposición virtual: «Los Milagros
Eucarísticos en el Mundo». Consideraba a la Virgen María su más grande confidente, daba clases de catecismo a niños pequeños y disfrutaba participar en distintos voluntariados.
«Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo
nos espera». 
Su causa de beatificación inició el 15 de febrero de 2013 y culminó el 24 de noviembre de 2016, actualmente su caso se encuentra en proceso en el Vaticano.
Acutis ofrecía con gran amor sus dolores, cuando los médicos o enfermeras le preguntaban cómo se
sentía, afirmaba: «¡Hay gente que sufre mucho más
que yo!». Los cortos años que Carlo tuvo la fortuna de
vivir no fueron impedimento para que su misión de evangelizar se cumpliera, hoy su historia le da la
 vuelta al mundo y se espera que sea reconocido
como patrono de los cibernautas.
Estas son cuatro importantes lecciones que nos deja Carlo:

1. No hay límites para alcanzar la santidad

Aunque aún no ha sido declarado santo, Carlo nos demuestra que sin importar la edad o el lugar del que vengamos, todos estamos llamados a un camino de santidad. Algunas veces Dios se vale de los corazones más sencillos y pequeños para mostrar su obra. El profundo amor que sentía Carlo hacia la Eucaristía debe impulsarnos a seguir sus pasos. Cultivar el amor a Dios en los más pequeños se convierte hoy en una tarea indispensable.

2. La entrega y el servicio son la clave para vivir en Cristo

Ayudar a otros debe convertirse en uno de los deberes más importantes para un cristiano. Actuar frente al rechazo, la indiferencia, el dolor, el sufrimiento o la tristeza, nos permite ver en los demás el rostro de Cristo. Unirnos con generosidad y amor a los que más lo necesitan nos hace experimentar el amor de Dios de maneras inimaginables. Ver a Cristo en los más pobres, en aquel hermano o amigo caído transforma nuestro corazón y nos ayuda a ser conscientes de nuestra propia miseria.

3. Ofrecer con amor el sufrimiento nos acerca más a Dios

Carlo decidió afrontar su grave enfermedad con el alma llena de amor. Contrario a lo que muchos piensan, el agotamiento y el dolor no fue impedimento para que renunciara a su anhelo de seguir transmitiendo el mensaje de Dios. A los ojos de los demás, el sufrimiento de un niño puede ser considerado injusto, cruel, absurdo. Pero Carlo nos confirma una vez más que ofrecerle a Dios cada pena y dolor hace más ligero el peso de la cruz. 

4. Ir de la mano de María siempre hará la carga más ligera

Carlo murió el día de la Virgen del Pilar. Su devoción y profundo amor por la Virgen hicieron que este fuera el complemento perfecto para acercarse aun más al perfecto amor de Cristo. Ir de la mano con María Santísima es indispensable, unirnos en su dulzura y ternura le otorga a nuestro corazón la sencillez y la fortaleza que tanto necesitamos para seguir adelante aun cuando el sufrimiento y el dolor parecen no tener fin. La devoción a la Virgen María  caracteriza a todos los santos. Esperemos que Carlo, pueda unirse pronto a la lista de jóvenes santos.
Te invito a pensar en las obras que has realizado hasta hoy ¿serán suficientes? La conferencia online Resiliencia y Fe puede ser de gran ayuda en caso de que estés pasando por un duro momento, también te dará las herramientas necesarias para afrontar el cambio desde la fe.









martes, 21 de agosto de 2018

Conmovedora carta de una nieta a su abuela que abrazó la vida



mamá


El blog que nunca debió de existir es el título de esta sincera y hermosa carta que escribió Emma Isabel a su abuela.  Cuando la leí solo pude pensar en lo agradecidos que debemos estar por nuestra vida, y que cuando pensemos que esta se pone difícil, no dudemos en preguntarnos que se sentiría no haberla vivido.
Este texto revela la increíble maravilla que encierra nuestra existencia y el profundo anhelo del ser humano por vivir amar y ser feliz. ¡Esperamos que les guste y que lo puedan compartir! 🙂

[dropcap]«L[/dropcap]a mayor parte del tiempo, escribimos sobre nuestras vivencias como consagrados en matrimonio, sobre nuestras luchas, preguntas que van surgiendo en el caminar vocacional y luces que Dios va dejando. Pero esta vez quiero compartir con ustedes una parte de mi historia mucho más personal, que pocos conocen pero ante la cual siento el deber y la responsabilidad de revelar.
Comenzaré por decirles que este blog nunca debió existir, los post que hemos publicado y que has leído tampoco. Cada letra y reflexión se supone que no debían de haber sido escritos, más sin embargo se escribieron.
Y la razón de esto se remonta a una heroica decisión que se tomó hace más de 50 años.
Era 1961, y el retraso en el período de una joven que no había logrado terminar la escuela comenzaba a indicarle que un hecho sufrido hacía unas semanas tendría más repercusiones de las que esperaba. Habiendo estado en un noviazgo, pocas personas le creerían que su ex pareja le había forzado a estar con él. Y es que a veces pensamos que el abuso solo se da entre desconocidos, pero lamentablemente son cada vez más los casos de mujeres y hombres violentados en escenarios dónde se supone que el amor debía de prevalecer.
Sin estudio, sin dinero, sin apoyo, sola… Y un bebé en camino.
Recuerdo que la primera vez que escuché su historia, sentadas una tarde tomando café, contemplaba sus manos sosteniendo un lápiz, sentía impotencia y el inmenso deseo de viajar al pasado, abrazarla y decirle que todo iba a estar bien. Aún hoy no me explico cómo logró sobreponerse a todo lo que vivió. No faltaron  quienes le aconsejaron que “cortara de raíz” el problema y abortara. Pero al igual que aquél día ella responde siempre con las mismas palabras que uso para esas personas y dice: “No era capaz, porque toda vida es sagrada”.
Y así, sin poder acceder a cuidados prenatales, sin baby shower, sin sesión de fotos de embarazo, sin cuna ni pañales, sin nadie que sostuviera su mano durante el parto, una tarde de junio de 1962, nació una niña a quién nombró Isabel (mujer casa de Dios) y que muchos años después yo llamaría mamá.
Justo esta semana, en mi país se descubrió un abortorio clandestino y en lo personal me ha conmovido profundamente pensar en las mujeres que por alguna razón han decidido apagar la vida que llevaban en su vientre. Uno de los himnos que cantamos cada 15 de septiembre en Costa Rica dice que “los hijos del pueblo, levanten la frente al sol refulgente de la libertad” y es doloroso pensar que muchos de esos hijos no conocerán jamás la luz del sol.
Puede que me tome la causa provida muy personal, pero no puedo tomármelo de otra manera, le debo mi existencia a Dios y a una mujer que por encima de todo nunca olvidó que toda vida es preciosa, maravillosa, llena de potencial, y que aún en el escenario más oscuro decidió valientemente proteger la luz que había en ella.
nieta
Hoy mi abuelita es una hermosa mujer de 72 años, con cabecita de algodón (así le decimos mi hermano y yo al ver sus preciosas canas) que colorea con su nieta libros de arte-terapia, siembran juntas cactus y suculentas, cocina las mejores empanadas de frijol del mundo y poco a poco de la mano de la bebé que algún día protegió, comienza a aprender las letras del abecedario. Es inmensamente amada. Trabajó honradamente para salir adelante con su hija. Tiempo después conoció a un buen hombre, se enamoraron y con los brazos abiertos adoptó en su corazón a la niña de cabellos oscuros que años atrás había traído al mundo sola. Hoy tengo el honor de llamar a ese hombre abuelo, y aunque los lazos de sangre no nos unen, los de la ternura se han ido abriendo paso desde el primer día que me adoptó a mi también como su nieta.
En mayo cumplieron 47 años de casados, juntos construyeron un hogar que recibió a tres niños más, uno de los cuales no creció en su vientre pero cuando llegó se dieron cuenta desde un primer momento que todo ese tiempo lo habían estado gestando en su corazón. Afrontaron el desempleo, la pobreza, la muerte prematura de dos de sus bebés, levantaron la bandera del perdón que se extendió más allá de las paredes de esa casa y alcanzó también el alma del hombre que en algún momento rechazó su embarazo y a su hija. Vieron a su niña crecer, graduarse, ir a la universidad, alcanzar una profesión, estar al lado de su padre biológico al momento de su muerte, formar una familia, y vieron nacer a la primera nieta que hoy escribe post en este blog.
Y es que cuando hablamos del tema del aborto, olvidamos que no es solo una vida la que está en juego, sino generaciones enteras, familias e historias de amor.
Sin la valiente decisión de una chica de 17 años, hoy no estarías leyendo esto.
Compartimos nuestros post con la esperanza de que toda persona pueda luchar y alcanzar una historia de amor auténtica, plena y bella, que sepa que siempre valdrá la pena esperar, pero también sentimos el deber sagrado de anunciarles que toda vida encierra en sí el poder de cambiar el mundo, y es digna de ser vivida desde el momento de la concepción hasta el último aliento.
Una vez, Santa Teresa de Calcuta, premio Nobel de la Paz 1979, dijo sobre el aborto:
“Al abortar, la madre no ha aprendido a amar; ha tratado de solucionar sus problemas matando a su propio hijo. Y a través del aborto, se le envía un mensaje al padre de que no tiene que asumir la responsabilidad por el hijo engendrado. Un padre así es capaz de poner a otras mujeres en esa misma situación. De ese modo un aborto puede llevar a otros abortos. El país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia para conseguir lo que se quiere. Es por eso que el mayor destructor del amor y de la paz es el aborto”
Siempre se puede amar y abrazar la vida aún en los escenarios más difíciles, defender la existencia de ese ser en el vientre es una triunfante afirmación del amor.
Y por último, solo quiero darle las gracias a esa mujer de 72 años (que aunque aún no ha terminado sus clases de lectura estoy segura que mi mamá o mi hermano le van a leer este post) y con ella a todas las mujeres que contracorriente sacaron de lo más profundo de sí un valor y coraje que ninguna película de acción o superhéroes podrá igualar jamás. Gracias abuelita por hacerte cómplice con Dios, por haber abrazado la vida de mi madre, y sin darte cuenta también abrazaste mi vida, la vida de mi hermano y la de toda nuestra familia. No me alcanzarán las horas para darte las gracias por el maravilloso regalo de ver cada día ese sol refulgente de la libertad.
Siempre estaré orgullosa de llamarme como tú y mamá: Emma Isabel».

Luisa Restrepo, catholic-link